sábado, 18 de junio de 2011

¿Estás contento con tu vida?

Hablemos de la vida. ¿Qué cambios debemos realizar en nosotros para llevar una vida ecuánime, una vida que pueda ser llamada dichosa?



Empecemos por cosas simples que podemos cambiar ya, en este momento, en este segundo. Lo único que existe es el presente, si querés cambiar, hacelo ahora, es la mejor ocasión. El cambio siempre es Ya mismo.

Debemos fijar una cadena de prioridades en la vida. Hay que ser sincero con uno mismo y definir qué es lo que más nos interesa: familia, pareja, trabajo, rol social, búsqueda interna. ¿Qué es lo que uno más quiere?
Hay que ser verdaderamente honesto para que funcione. No hace falta publicarlo ni la necesidad de contarlo.

Es un claro trabajo interno. Una forma práctica de ayudarse a expresarlo es tomarlo como un ejercicio, y con papel y lápiz en mano, anotar de un lado de la hoja las cosas que más te gustan de vos y del otro lado las que no te gustan.

Estás sólo con tu intimidad. Sé franco. Los deseos que todavía te faltan llenar, anhelos fuertes que todavía están allí, agazapados.

En definitiva, ir por las prioridades. ¿Qué querés de la vida? Una por una. Por otro lado, ¿qué es lo que más te gustaría cambiar? Sólo una también para empezar. ¿Hay algo que te moleste de la vida que has estado llevando?¿Qué característica de tu personalidad no te agrada, y está pidiendo a gritos ser cambiada? Vamos a trabajar estas manchas, que desentonan en la imagen que ya tenés de vos mismo.

Con esa misma sinceridad, focalicemos aquello que nos gusta de nosotros. Tenelo muy en cuenta porque te vas a aferrar a eso. Lo vas a hacer crecer, de un modo tan simple y bello, firme y claro, como para compensar la otra energía de la que te vas a liberar. Por ejemplo, de vos te gusta, que sos optimista y positivo, pero por el otro lado, mentís mucho. En esa misma proporción, en que hago crecer lo positivo, voy dejando de mentir.

Siempre va a haber algo que te eleve. Estás vivo, tenés la oportunidad de seguir recordando tu belleza interna y que sos un ser de luz, que nació para ser feliz. Podés moverte por el planeta, proyectando tu amor y tu comprensión de que hay una energía superior que te ha creado, y que por ende heredaste esas mismas características. Hay gente a tu alrededor, despertando del mismo modo en que lo estás haciendo, y sería muy nutritivo recordarles a ellos también, el milagro de estar vivos y poder experimentar lo que aquí y ahora se puede.

Es una elección que estás haciendo en cada momento. ¿Qué mejor momento para empezar a practicar las elecciones de lo que quiero potenciar en mi, y de lo que quiero ir trascendiendo, que cuando comienza el día?

Podés elegir si tu día va a empezar de una forma miserable o de una forma bien alegre, calmo, creativo, audaz, lleno de imaginación y con una expresión de amabilidad y nobleza en tu rostro. Es sólo un estado de atención, pero ese estado marca la diferencia entre la dicha y la desdicha. ¿Quién en su sano juicio quiere ser infeliz?
Gente divina, gracias por existir

http://espiritualidaddiaria.infobae.com

viernes, 3 de junio de 2011

Los Ricos Invierten en su Mente

 

Hace algunos días asistí al seminario de Robin Sharma, un prestigioso y reconocido motivador y conferencista internacional.


El evento no fue menos que extraordinario y me refresco algunos de los principios sobre liderazgo que conozco y que siempre es bueno que alguien más te recuerde.

Todo formidable, sin embargo hubo algo fuera del contexto principal del seminario que llamó tremendamente mi atención y que me aporto lecciones importantes sobre la riqueza que hoy te comparto.
 

Los Ricos Invierten en su Mente.
El seminario se llevó a cabo un jueves por la noche. Mi primera sorpresa fue encontrar a cientos de empresarios y gerentes de grandes compañías justamente allí a las 8 de la noche. Ansiosos por alimentar su mente, el seminario fue presenciado por más de mil personas que asistimos. La mayoría de ellos personas elegantes y con clase que pagaron un promedio de $80 dólares para escuchar la charla de 90 minutos de Robin Sharma.

Yo me preguntaba: ¿dónde está la gente pobre? ¿dónde están quienes más necesitarían escuchar estos mensajes? La respuesta es más que obvia. A excepción de unos pocos, la mayoría de personas están en sus casas por la noche, viendo televisión, leyendo el periódico, o tal vez durmiendo. Pero los ricos, estaban allí. Llenando su mente y su espíritu con mensajes poderosos, positivos y que potencian sus capacidades al máximo.

Entonces comprendí que una de las grandes diferencias entre ricos y pobres reside en la forma como invierten su tiempo y dinero que a la larga, se convierte en más tiempo y más dinero.

Los Ricos Involucran a sus Hijos
Otro detalle que note y que me impactó fue el hecho de ver a muchos jóvenes y adolescentes en el seminario. Algunos llegaban con sus padres. Me encantó la idea de verles llegar con traje formal y corbata cual grandes y exitosos empresarios. Me llamo la atención un grupo de 3 jóvenes que promediaban si mucho los 15 años. Totalmente involucrados en la charla y con la mejor postura que he visto en mi vida.

El primer pensamiento que cruzó mi mente fué "cómo me hubiera encantado a mis 15 años estar en estas". Pero antes de que ello diera paso a un mal sentimiento, uno más poderoso alcanzó mis neuronas: "mis hijos tienen la oportunidad hoy" y ello... depende de mí.

Los ricos involucran a sus hijos. Fue maravilloso ver adolescentes en la fila esperando que Robin Sharma les firmara un libro que por supuesto era seguro que leerían. Una lección que jamás quiero borrar de mi mente. Involucra a tus hijos en lo que haces. No hablo de forzarlos, hablo de inspirarlos.

Los Ricos Disfrutan del Momento
Cuando llegué al centro de convenciones, en la entrada del salón nos recibieron a esas 1100 personas con copas de vino y sodas. La atmósfera era tal que se podía respirar el entusiasmo en la gente. Que lugar tan extraordinario, pensé. Todo el mundo parecía caminar con prontitud de un lugar a otro con un solo objetivo: obtener el mejor lugar para escuchar la conferencia. En realidad, estaban disfrutando el momento.

Los Ricos Leen, Los Pobres ven TV.
Finalmente, en la entrada al salón había mesas con cientos de libros. Apenas podías acercarte porque la gente estaba comprando libros como si estos se fueran a terminar. Vi a señoras salir con 3 o 4 libros en sus brazos como si hubieran encontrado el más grande tesoro. Vi a jóvenes salir con un libro y a empresarios salir con los suyos. Y entonces entendí que los ricos leen, se educan y crecen cada día.

Y todo esto me hizo recordar que hay una gran diferencia entre hacer negocios exitosos, y gente exitosa haciendo negocios.

 

 

 

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