miércoles, 30 de diciembre de 2009

¡FELIZ AÑO 2010!

Vaya la presente para desearles a todos mis queridos lectores un Feliz Año 2010 y que éste año nuestro Dios los colme de bendiciones y que la salud, el amor y la prosperidad reinen en sus hogares.

Ojalá éste nuevo año me traiga más inspiración, de manera que pueda conservarlos a ustedes y que pueda agregar más lectores de calidad como los que actualmente ostento con tanto orgullo.

Cuídense y nos vemos en el 2,010.

¡FELIZ AÑO!

Yohel

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domingo, 27 de diciembre de 2009

¿Existe el ambiente de trabajo perfecto?

Imaginemos esto:

Una oficina donde todos los trabajadores son cooperadores, pro activos y con iniciativa.

Las personas con mando son humildes y escuchan a su alrededor y no solo se regodean en sus propios egos, sino que fomentan no solo la capacitación sino el desarrollo personal integral en todos sus subalternos.

Los colaboradores siempre dan esa “milla extra” y por ello son recompensados, no siempre en dinero, pero si en consideración, beneficios y apoyo emocional, ya que la administración de la empresa está consciente de que no todo es dinero y que para muchos de los colaboradores lo importante es sentirse útiles y que se reconozca su trabajo.

En éstas compañías se fomenta la eficiencia a todos los niveles y se estimula la programación y la planeación, de manera que se reduzcan al mínimo las incidencias de los indeseables “imprevistos” que son los que rompen las agendas y atrasan el trabajo a nivel individual; como consecuencia de ello a nivel grupal y finalmente a todos y cada uno de los rincones de la compañía.
Un efecto colateral de éste sistema de trabajo es que las personas pueden trabajar en base a un horario fijo, contando con que podrán salir siempre a una hora fija y de esa forma tener una vida familiar y personal plena y no utilizar el hogar solo como dormitorio, ya que siempre llegamos a diferentes horas y nunca temprano, debido a que siempre hay una crisis que resolver.

Los colaboradores también tienen sentido de pertenencia y por ello cuidan las cosas de la compañía como si fueran suyas y tratan siempre de que su trabajo sea eficiente y puntual, de manera que todos – principalmente él mismo – estén orgullosos de su labor.

Esa compañía se llama “La Tierra de Nunca Jamás”.

 

En muchas ocasiones hemos estado refunfuñando por las condiciones existentes en nuestros trabajos y siempre estamos con el ansia de salir de uno para ir a otro donde “las cosas serán mejor”.
En situaciones extremas quizás ello sea la mejor alternativa, pero en la mayoría de los casos nuestro ambiente de trabajo no es tan malo, sino que lo estamos comparando con la compañía que describimos al inicio de la presente. Y cómo su nombre lo dice, la misma no existe.

Todos los negocios tratan de ser buenos en todo, pero la mayoría de las veces o no son buenos en nada o son muy buenos sólo en algunos puntos.

Las compañías que son consideradas con sus empleados y les escuchan, puede ser que no tengan buenos salarios. Otras compañías tienen salarios de ensueño, pero a cambio quieren el alma, corazón, vida y – principalmente – tiempo del empleado con su consiguiente secuela de problemas personales y familiares a causa que siempre está en el trabajo.

Lo que quiero ilustrar es que muchas veces, con un ligero cambio de paradigma o siendo más directo con las personas que podrían mejorar el ambiente de trabajo en la empresa podríamos cambiar nuestro entorno y entonces sí empezar a trabajar en un ambiente menos hostil; que fomente el trabajo en grupo; donde haya respeto mutuo y mucha sinergia.

Creo que soñar no cuesta nada.

Autor: Yohel Amat

viernes, 25 de diciembre de 2009

Ferris Bueller’s Day Off o remembranzas de los años idos

Hoy en día de Navidad me tope en la TV local con una película del año 1986, la cual le da título a la presente columna y que en países de habla hispana se conoció como “Un Experto en Diversión”.

Dicha película me trae muchos recuerdos, ya que desde que salió a la luz tuve el privilegio de verla y desde la primera vista – tengo varias acumuladas – se convirtió en un clásico personal.

Si desean saber el argumento, sigan el enlace sin embargo les puedo adelantar que en esencia es una oda y exaltación a la juventud y al aprovechamiento del tiempo que estamos viviendo.

En la cinta, los tres protagonistas se escapan del colegio y deciden ir en el carro del padre de uno de ellos a pasar un día libre.
Pasean; se “cuelan” en un restaurante fino; van al museo; irrumpen en un desfile y arman un karaoke apoteósico; todo ello salpicado por escapadas, redenciones, confesiones y sustos gratuitos.

Estos recuerdos me traen sentimientos encontrados, ya que por una parte el hecho de saber que ya han pasado 23 años desde que vi ésta película, me recuerda que ya tengo 45 años y que el tiempo cada vez apremia más.

Por otra parte, hizo que recordara otras épocas de mi vida - ¿Mas simples? ¿Mas sencillas? ¿Mejores? – y allí asomó su inocente rostro la melancolía, trayendo con ella su secuela de tristeza y añoranza.

Cada vez refuerzo más mi convicción de que tengo que apurar mis proyectos y aprovechar el tiempo que me queda, ya que no quiero estar dentro de 20 años añorando las cosas que AHORA experimento y que puedo hacer.
Al menos ahora tengo control.

Autor: Yohel Amat

domingo, 20 de diciembre de 2009

Opinión:Que difícil es tomar decisiones difíciles

En muchas ocasiones en nuestra vida nos enfrentamos a disyuntivas que nos obligan a tomar decisiones sumamente difíciles y las cuales afectarán el curso de nuestras vidas... para bien o para mal.

Ante tamaña situación nos sentimos paralizados e indecisos, ya que generalmente si tomamos la decisión errónea las consecuencias pueden ser funestas para nosotros y para nuestras familias.

De allí que sea muy importante el meditar cuidadosamente - si las circunstancias lo permiten - nuestro proceder.
Para ello hagamos todas las todas las consultas posibles, incluyendo en ellas a las personas que se puedan afectar por las consecuencias de nuestra decisión.

Nunca deberemos actuar guiados por nuestros sentimientos o por la premura, ya que ambos son malos consejeros.

Durante mi vida he tomado muchas malas decisiones e inclusive, he experimentado la circunstancia de que he hecho algunas cosas por medios equivocados o basados en mala información y a la larga resultó haber sido la mejor decisión.
El tema de la toma de decisiones es terreno fértil para la especulación, ya que en la mayoría de los casos nadie sabe las consecuencias finales de nuestras decisiones, ya que las mismas sólo son evidentes con el paso del tiempo.

En mi caso me prepararé para enfrentar varios elementos trascendentales que tengo por delante y ruégole al cielo por paciencia y sabiduría.

Autor: YOHEL AMAT

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Opinión: John Fogerty como epítome de una utopía

John Fogerty fue el líder de una banda de rock and roll de finales de los años 60 e inicios de los 70 llamada Credence Clearwater Revival.

En días pasados pude ver un vídeo de una nueva canción de Fogerty - ahora como solista - llamada "Wish it was true".
El vídeo fue filmado - especulo yo - en la granja de Fogerty, a saber el típico rancho de "cowboys" norteamericano: cercas blancas; ganado; amplios espacios abiertos; una gran casa en el centro del terreno; niños corriendo en plena alegría y libertad; etc.
En esencia el ambiente era totalmente paradisiaco, bucólico y natural.

Mientras veía el vídeo me dejé llevar por lo bella de la melodía y por la hermosa letra que ostenta.
Sin embargo de repente siento en mi pecho una opresión y una angustia tan súbita, sorprendente y dolorosa que -siendo preso de ella - las lágrimas fluyeron sin yo poderlo evitar.

Después que recuperé el control de mis sentimientos, procedí a tratar de dilucidar que era lo que me había pasado, ya que estaba plenamente consciente de que la causa de mi trastorno no había sido por la canción "per se", sino por la idea que vendían las imágenes.

Yo provengo del interior de mi país y por ello amo el campo y el estilo calmo y lento de la vida de la campiña de mi país.

Al ver las imágenes de éste vídeo todo el peso de vivir en una gran ciudad; la vorágine del día a día; lo duro de la vida; el horror de la realidad y de sus implacables designios, todo ello aunado había causado que por un momento mi espíritu sucumbiera por el peso conjunto de todos éstos elementos y que con ello la angustia saliera rampante con rumbo fijo a mi corazón a estrujarlo con saña.

Cuando ello sucede uno puede caer en la trampa de pensar en lo afortunado que es Fogerty si realmente vive el día a día rodeado de su familia y en una ambiente tan paradisiaco y contrastante con mi actual vivir.

Digo trampa, porque es muy fácil pensar que Fogerty disfruta de algo tan deseado por mi persona, pero sin pensar en las cosas por las que tuvo que pasar para llegar a ello.

Fogerty era el alma y corazón de CCR y ello fue causa de muchas fricciones dentro de la banda, a resultas de la envidia y el resentimiento debido a su preponderante influencia a la hora de la toma de decisiones trascendentales para el grupo.
Durante su breve existencia éste grupo generó infinidades de éxitos, todos compuestos por John.

A la larga las tensiones socavaron las bases de CCR y el grupo se disolvió.
Fogerty tuvo que asistir al final de un sueño y de la fama y gloria que él mismo le había brindado por pocos años.

Por suerte Fogerty - y ello explica el hecho de que sea considerado un sobreviviente - siempre ha tenido una personalidad, ego y carácter muy fuerte.
Ello le permitió poder sobrevivir a lo que le esperaba: muchas batallas legales con su antigua disquera.

Fruto de esto, Fogerty estuvo por décadas sin poder disfrutar de las regalías que producían las canciones que él mismo había compuesto y que eran tan queridas por él.
Ello le causó que no pudiera disfrutar de la prosperidad que se merecía por su creatividad como compositor y por años tuvo una inconsistente y frustrada carrera como solista, a consecuencia de tantas batallas en los tribunales para poder recuperar su patrimonio.
Tuvieron que pasar casi 30 años para que todo se dilucidara y para que todo volviera a su dueño original.

Meditar en ésto me ha hecho pensar que todo lo bueno en la vida cuesta mucho esfuerzo, trabajo y persistencia y que el hecho de pensar que la grama de nuestro vecino aparente ser más verde que la nuestra no quiere decir que realmente sea así.
Y de serlo, siempre es bueno tener en cuenta que ese verde intenso casi siempre tiene un precio directamente proporcional a su matiz.

Autor: YOHEL AMAT

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jueves, 17 de diciembre de 2009

Realmente vale la pena?

En muchas ocasiones en nuestra vida hacemos grandes sacrificios con el ansia de obtener a la larga un bien mayor, el cual compense tantas penurias y pesares.

Para poder pasar por dichos "bautizos en fuego" hay que tener plena conciencia de la situación y de las circunstancias que involucran, junto con una clara conciencia de todo el panorama; de manera que podamos darnos cuenta a tiempo si la meta a alcanzar es lo suficientemente valiosa y útil para el alcance de nuestros anhelos.

Si no hacemos dicho análisis desde el inicio, entonces podríamos cometer el error de actuar y desempeñarnos con dejadez o basados únicamente en la obligación del momento, lo cual lo único que nos traerá es resultados mediocres.

Todo meta valiosa amerita sacrificios monumentales y en directa proporción al valor que le demos a la misma.
Siempre estaremos en la libertad de abandonar un proyecto, siempre y cuando nuestra decisión esté basada en un profundo análisis y no en decisiones basadas en emociones, o peor aún: en la pereza o en la comodidad del momento, descuidando el largo plazo.

Para dilucidar la pregunta que le da título a la presente columna, la respuesta sólo la podemos dar nosotros mismos.

Autor: YOHEL AMAT
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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Esperas agradecimiento? Espéralo sentado

En muchas ocasiones las personas esperan un gesto amable; un agradecimiento; un "si me importa" de alguien significativo en sus vidas. Sin embargo casi siempre dicho anhelo viene acompañado - casi infaliblemente - de una profunda y prístina decepción.

A veces es difícil asimilar el hecho de que éste es un mundo frío y mezquino para la alabanza y poco dado a resaltar logros y proezas - a menos que medie mucho dinero o canongías - pero generoso en el castigo por nuestros pecados y muy duro en el reproche.

Lo que sucede es que muchas veces no podemos superar ese juvenil instinto de buscar la aprobación y el ensalzamiento por parte de las personas de nuestro entorno, cómo forma de convencernos a nosotros mismos de nuestra valía: no hay muestras de agradecimiento; entonces no valemos.

En el momento que asimilemos la idea de que el mundo en el que vivimos es en realidad un laboratorio de pruebas, donde los "conejillos de india" somos nosotros mismos; será entonces el momento en el cual podremos continuar nuestro camino con el pleno convencimiento de que será fútil pretender que las alabanzas lluevan sobre nuestras cabezas, ya que muy en el fondo lo que pasa es que cada uno de nosotros está concentrado en sostener la carga de su propia cruz
No importa si se trata de familia cercana o de amigos de años: cada quién está inmerso en el horror de sus cuitas diarias.

Liberémonos de ese infantil e inútil anhelo de aprobación y concentrémonos en buscar las palmaditas en la espalda de los dos seres que realmente nunca nos olvidan: Dios y nosotros mismos.

Autor: YOHEL AMAT


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martes, 15 de diciembre de 2009

Entre mas alto apuntemos...

... mas alta será la energía que hay que invertir y el precio ha pagar para dar en el blanco.

Dixi.

Yohel
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La santa paciencia

Cuando era niño - allá en los 70s - en un canal local de TV daban un programa humorístico peruano llamado "El Tornillo" si mi memoria no me falla.

Dicho programa consistía en segmentos humorísticos de breve duración en los cuales se burlaban de todo por medio de la sátira.

Uno de los segmentos que más hilaridad me causaba era el que se llamaba "La Santa Paciencia".
En dicho segmento, el personaje principal siempre se enfrentaba a personas en disputa y a punto de liarse a golpes, utilizando el recurso de mediar entre las parte por medio de lo que él llamaba "La Santa Paciencia".

Empezaba a predicar las bondades de la paciencia y de cómo por medio de ella se podían evitar los altercados y prevenir que "la sangre llegara al rio".
Casi siempre utilizaba un lenguaje grandilocuente y en el cual utilizaba una prosa que casi rozaba la prédica de púlpito.

El asunto es que casi siempre después que lograba que los antiguos contrincantes se abrazaran pletóricos de olvido y amistad, el personaje principal se veía enfrentado a una situación similar y para asombro de su reciente audiencia, el mismo reaccionaba con ira y violencia, terminando casi siempre enfrascado en una riña que nada tenía que envidiarle a una pelea de campeonato mundial de boxeo.

Lo irónico de la situación es que el personaje principal es el epítome de aquellas personas que son muy buenas predicando... pero no ejecutando.
Ahora no nos llamemos a engaño: todos en el fondo tenemos - en cierto grado - muchas cosas en común con mi querido personaje de la infancia.

Por ello deberemos estar conscientes de que la excelencia no se alcanza ni súbitamente; ni hablando de ella; ni escribiendo acerca de ella; etc.

Lo importante es avanzar poco a poco en pos del éxito, aprovechando en el camino todo el "alimento" que encontremos - libros; conferencias; audio libros, etc. - para poder tener la energía necesaria para llegar al final.

Por supuesto que es emocionante compartir todo lo nuevo que vayamos descubriendo en nuestro andar, pero lo más importante a tener en cuenta es que muchos ojos estarán puestos en nosotros a la espera de señalar nuestros errores y contradicciones.

Ojalá no terminemos convirtiendo nuestra imagen pública en un mal chiste.

Autor: YOHEL AMAT
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lunes, 14 de diciembre de 2009

Can we fix our life?

Este pensamiento lo publicó mi amigo Milciades Mendez y el mismo me pareció de mucha valía. Espero que ustedes estén de acuerdo conmigo.

"SOMETIMES WE WOULD LIKE TO GO BACK IN THE PAST AND FIX OUR LIFE, BUT THE ONLY THINK WE JUST CAN DO IS ACCEPTED, GROW AND BE BETTER THE NEXT TIME, NO EVERYTHING COULD BE FIXABLE. GOD BLESS US, SOMETIMES WE JUST LIVE AND WE FORGET WHAT OUR HEART TELL US TO DO."
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Existe la mala suerte?

Se ha elucubrado mucho con respecto a éste tema y en muchos círculos es claro elemento de polémica.

Hay muchos que opinan que nuestra suerte la hacemos nosotros mismos; mientras que otros transcurren sus vidas con la plena creencia de que son meros peones en el tablero de ajedrez de los dioses.

Otros esgrimen el argumento de que nuestro destino ya está escrito y por ello deberemos resignarnos a que lo que nos suceda así debió ser y no hay nada que podamos hacer al respecto.

Yo por mi parte no me engaño al respecto y soy plenamente consciente de que gran parte de los sinsabores que he experimentado en mi vida son fruto de mis acciones u omisiones.
Si no somos conscientes de ello nunca podremos tomar plena conciencia de quién realmente somos, para que en consecuencia comencemos a cambiar actitudes y a corregir rumbos.

Sin embargo una parte de mí sabe que todos hemos experimentado rachas de pequeños acontecimientos molestos y generalmente costosos los cuales se suceden uno detrás del otro, sin apenas darnos respiro.

Ante tal cantidad de inconvenientes pareciera que fuéramos puestos en una especie de prueba, con la cual se desea saber hasta donde resistimos sin despotricar ante nuestra desdicha y sin alzar nuestro puño al cielo para preguntar "Por que yo, Señor?"

En esos momentos lo que normalmente hago es elevar al cuadrado mi ingenio y mi creatividad para resolver los inconvenientes que se alzan altaneramente ante mi; a la vez que trato de armarme con toda la paciencia que pueda y de la cual nunca cuento en grandes cantidades.

En realidad nada ganamos con maldecir, aunque el animal que todos llevamos dentro desee liberarse de las ataduras de la razón que le sujetan en momentos de contrariedad y pruebas... y lo que más nos asusta es que muy en el fondo quisiéramos dejarle en plena libertad para que haga de las suyas y destroce a dentelladas nuestros enemigos y contrariedades. Ojo. Autor: YOHEL AMAT
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sábado, 12 de diciembre de 2009

El regalo homogéneo

Hay que estar conscientes de que el tiempo es uno de nuestros bienes más preciados... y el más perecedero.

El mismo se nos da en igual cantidad a cada una de las criaturas de Dios: en 24 unidades de 60 minutos cada una.

Hay que dar gracias a nuestro Creador por el privilegio de poder estar sanos y conscientes al momento de recibir el "paquete" correspondiente al día de hoy y corresponderle el privilegio por medio del buen uso del preciado presente.

Comenzaré mi día plenamente consciente de que puede ser el último para mi y en consecuencia lo viviré con la pasión que corresponde, en aras de que mi paso por la Tierra no haya sido en vano.

Autor; YOHEL AMAT
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viernes, 11 de diciembre de 2009

El peligroso botón de "Posponer"

Soy un fanático de las agendas de mis celulares y de la de mi computadora, ya que con dichos elementos compenso mi natural propensión a olvidar fechas y eventos y eso que no menciono mi inclinación a la desorganización.

Para combatir dicha compulsión he diseñado un sistema, al cual he bautizado como "Sistema de Contrapeso".
El mismo consiste en atenuar los efectos de mis defectos o carencias por medio de elementos que causen un efecto contrario en mi persona y me auxilien a lograr un equilibrio o mejor aún: inclinar la balanza hacia el lado más conveniente para la consecución de mis objetivos.

Volviendo al tema de las agendas, generalmente las mismas nos recuerdan los compromisos por medio de ventanas, dentro de las cuales se encuentran los textos de los recordatorios que nosotros previamente habíamos definido.

Sin embargo, otro elemento que nunca puede faltar es un botón identificado - generalmente - por la palabra "Posponer"; mismo que generalmente viene acompañado por la opción de escoger un lapso de tiempo - opcional por cierto - para volver a desplegar la misma ventana en caso de que no podamos - o queramos - hacer honor al compromiso de marras.

Por supuesto que es mucho mas fácil presionar el botón "Posponer" que ponernos en acción y completar la tarea desplegada.

Sin embargo en la medida que no aprendamos a priorizar, sucederá que las ventanas empezarán a acumularse y en un momento dado se constituirán en un monumental recordatorio de nuestro fracaso en nuestro empeño por combatir el caos natural de lo cotidiano.

Es muy importante depurar nuestro sistema de etiquetado, de manera que identifiquemos eficientemente las cosas que realmente son importantes y releguemos al fondo del barril las cosas irrelevantes.
Y más aun: no sólo saber rotular; sino agarrar las tareas pendientes e importantes y completarlas. Pensemos en ello la próxima vez que vayamos a utilizar la función "Posponer". De otra forma estaremos obteniendo a la larga el efecto contrario al deseado.

Autor: YOHEL AMAT

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La pasión hasta en lo cotidiano

Muchas personas se desenvuelven en muchas de sus facetas - empleados, padres, ciudadanos, etc. - con un talante de hastío y de mediocridad que de manera indirecta afecta sus vidas sin ellos darse cuenta.

Realizan sus labores diarias sin un propósito específico y por un sentimiento de inevitabilidad que los impele a pensar que "hay que hacerlo porque no hay de otra."
Al actuar de esa forma esas personas están coartando sus posibilidades y alimentando hábitos de conducta erróneos.

Siempre hay una salida ante un trabajo o situación tediosa, pero si nos sumergimos en el mar de la inevitabilidad, entonces viviremos con el sentimiento de que "tenemos que" y no con el de "escojo esto o aquello."

Ni la persona ni el ente se merecen un trabajo de nuestra parte carente de pasión, ya que en la misma es que reside el secreto para siempre dar esa milla extra que nos diferenciará del montón y que nos hará personas extraordinarias, a saber personas que hacen algo extra que el ordinario no.

Autor: YOHEL AMAT

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martes, 8 de diciembre de 2009

La importancia del tiempo de los demás

En muchas ocasiones a lo largo de mi vida he sentido que las personas no saben valorar en su justa medida el tiempo de su prójimo.

Es por ello que muchas veces somos víctimas del "síndrome del doctor", aquel que sufren los profesionales de la salud en cualquier sitio público al recibir la insolente insistencia de un advenedizo pidiendo consultas gratuitas para sus males.

En mi caso, mi conocimiento sobre computadoras me ha llevado a sufrir en carne propia el abuso de amigos y compañeros de trabajo - inclusive de advenedizos - los cuales prácticamente han exigido de mi parte pronta solución a sus problemas informáticos... pero por supuesto sin cobrar un centavo, ya que - según los advenedizos - "Entre amigos no debe campear el lucro". El tiempo y el conocimiento de cualquier persona tienen su valor y nunca deberemos abusar de los mismos, ya que podrÍamos con ello "matar la gallina de los huevos de oro."

Autor: YOHEL AMAT

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Tres tristes miedos

El miedo es un mecanismo de defensa natural que durante siglos nos ha protegido del peligro. Es incuestionable la utilidad de éste elemento para conservar nuestra integridad física y mental.

Sin embargo el peligro es aun mayor cuando vivimos nuestras vidas basados solamente en el temor, ya que ello nos lleva a vivir vidas mediocres y llenas de frustración.

Se han identificado tres tipos de miedos, mismos que son los causantes de la mayoría de las vidas mediocres que pululan a nuestro alrededor... y dentro de nosotros mismos.

MIEDO AL FRACASO
Éste es uno de los temores más comunes y la principal causa de que muchos vivan estilos de vida en zonas " libres de fracasos", pero carentes de retos y de realizaciones.
Las personas que ostentan este miedo nunca quieren arriesgarse en nada y siempre quieren "jugar a lo seguro", siendo esto una utopía, ya que todo en ésta vida conlleva un riesgo.
Como consecuencia de ello nunca nos atreveremos a hacer nadar y nos constituiremos en expertos en la mediocridad.

Por nuestra propia naturaleza tendemos a evadir el fracaso, ya que el mismo conlleva vergüenza y escarnio.
La mayoría de las personas tienden a buscar constantemente en su entorno la más mínima señal de fracaso para señalar con el dedo al caído y por un momento regodearse en su fracaso.
Todo ésto es consecuencia de nuestro propio mecanismo de defensa ante el horror de nuestros propios fracasos.

La persona pro activa y que sabe que es lo que quiere - por medio de metas claras y definidas - comprende que el fracaso es parte de cualquier proceso de aprendizaje y que "per se" no dicta que nosotros seamos fracasados, ya que la acción de fracasar no nos constituye en perdedores.

Una vez que le perdamos el miedo al fracaso, nos liberaremos de las cadenas que nos atan a la mediocridad y podremos entonces explotar todo nuestro potencial.

MIEDO AL RECHAZO

Cuantas ocasiones de disfrutar las dulces mieles del amor perdimos en nuestra vida por el hecho de no habernos atrevido a dar ese primer paso para entablar una relación con ese objeto de deseo? Cuantas oportunidades de trabajo hemos perdido por el mismo motivo?

Es natural que ante un elemento "superior" - llámese una persona; un trabajo de alto perfil; una oportunidad de promoción; etc. - tengamos ese convencimiento de que no somos dignos de ello y que seguramente seremos rechazados debido a nuestras limitantes y defectos.

El principal antídoto contra éste mal es el de estar conscientes de nuestra valía y de nuestras carencias.
Ésto último no es para auto castigarnos, sino para reforzar las mismas y poder constituir contrapesos en nuestro carácter que nos ayuden a aumentar nuestra auto confianza.
Éste último es elemento fundamental para poder combatir con éxito éste nefasto temor que tanto daño causa por medio de la inacción.

MIEDO AL ÉXITO
Por increíble que parezca, en muchas ocasiones tendemos a evadir el éxito, ya que amamos el mismo, pero le tememos a las responsabilidades que conlleva.

En muchas ocasiones - principalmente en el plano laboral - inconscientemente "saboteamos" nuestras posibilidades de promoción o de éxito por el simple y prístino temor a perder la "libertad" de la que gozamos como simple empleados o ciudadanos del montón; o de perder uno de los elementos más celosamente guardados - mera excusa nada mas - por los mediocres: "nuestra vida personal".

Generalmente este comportamiento viene amarrado con fuertes convicciones de pereza y conformismo que nos llevan a evitar dar esa milla extra que exige cualquier patrón de éxito en cualquier actividad.

Una vez estemos conscientes de que todo en ésta vida tiende a evolucionar y a crecer, nos daremos cuenta que despotricar del éxito nos es mas que un subterfugio para ocultar nuestra propia cobardía ante las grandes cosas de la vida reservadas para nosotros.


CONCLUSIONES
Vivir bajo la égida del miedo no es vivir... es morir en vida.
Debemos comprender que quién no aprende a determinar y dominar sus miedos, vivirá el mayor de los horrores al final de sus días: el de todas las cosas que pudo haber hecho y que pospuso por cobardía. El horror consiste en que ya para ese momento será demasiado tarde.

AUTOR: YOHEL AMAT Mensaje enviado desde mi BlackBerry® de +Móvil!

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domingo, 6 de diciembre de 2009

¿Es bueno tender a ser perfeccionista?

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El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables.
Pearl S. Buck

En muchas ocasiones uno de los grandes obstáculos en nuestro caminar hacia la excelencia son los moldes mentales que llevamos con nosotros.
Aunque parezca inverosímil, muchas personas confundimos “excelencia” con “perfección”, en el sentido de que todo tenemos que hacerlo bien… y desde el primer intento.

Una de las principales características que nos hace humanos es nuestra tendencia a cometer errores. Ahora la actitud que tomemos ante ellos es lo que realmente definirá nuestro futuro y andar, a lo largo de nuestra vida.

Tan malo es romper en llanto y quedarse en el suelo - presa de la vergüenza y del miedo – cómo auto flagelarnos y convertirnos en nuestro peor crítico a resultas de un error cometido.

En mi caso trabajé durante catorce años en una transnacional, en la cual las personas no éramos tales, sino que nuestro tiempo y alma debían estar a la disposición de la compañía a su placer y gusto.
Trabajar bajo presión; improvisar a última hora; dar más importancia a los caprichos de un jefe que a la planificación programada; etc. todo ello me causaba un estrés increíble que me llevó a desarrollar una conducta tendiente a exigirme a mí mismo un grado de perfección tal que a resultas de él ahora ante cualquier trabajo me yergo como el más exigente de mis supervisores.

En una ocasión me di cuenta de que dicho sistema de trabajo estaba minando mi salud y mi paz mental, ya que vivía en constante sobresalto y con eternos dolores de cabeza a resulta de errores cometidos, los cuales me hacían ver mi falibilidad… y sin que la persona para la cual trabajaba le diera la menor importancia.
Fue en ese momento que me di cuenta de que me estaba exigiendo demasiado a mí mismo y sin necesidad.

Ahora, ello no quiere decir que debamos ahora relajar nuestros estándares de calidad y proceder a hacer cualquier trabajo bajo la perspectiva de que “errar es de humanos”. Para nada.
Seguiré exigiendo mucho de mi mismo, no porque me considere superior o infalible, sino porque estoy plenamente consciente de mis limitantes y por ello quiero “apuntalarlas” de manera que minimice el daño que pudieran causar en mi constante búsqueda de la excelencia.

Autor: Yohel Amat

sábado, 28 de noviembre de 2009

Vivir la Excelencia!!!: Los 10 Mandamientos de la Excelencia.

 

pergamino-10mandamientos-VE

I

Descubre y abraza tu Ideal.

II

Vive a la altura de los Principios.

III

No comprometas tus sueños e integridad con algo menor que la excelencia.

IV

Acuérdate de tomarte un tiempo a fin de aclarar tus motivos, recuperar el equilibrio y renovar tus fuerzas espirituales, mentales, físicas y socio-emocionales, para seguir hacia adelante.

V

No te quejes, ni critiques, ni murmures.

VI

Desarrollo relaciones fuertes y constructivas.

VII

Vigila tus pensamientos y hábitos más constantes.

VIII

Acepta tu libertad.

IX

Acepta tu responsabilidad.

X

Acepta que la vida es abundante.

Nota: Luego de pensar bastante en esto de la excelencia, he querido presentar lo que considero sus diez mandamientos. Sin embargo, una vez que terminé de escribir el borrador en uno de mis cuadernos de apuntes, acudí a google para buscar si alguien ya había escrito algo así. Me tope con un libro: “El decálogo de la excelencia”, de Jesús Mondría. Sólo he visto el índice del mismo, y me parece interesante. Pero, mi concepción de lapergamino_1bb_VE excelencia me impulsa a dar, lo que voy a llamar hoy, mi versión de los diez mandamientos de la excelencia. ¡Qué disfruten de esta entrega! Recuerden dejar sus comentarios.

Vivir la Excelencia!!!: Los 10 Mandamientos de la Excelencia.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Relación mentor – aprendiz: El ego y el orgullo… ¿Buena compañía?

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El verdadero discípulo es el que supera al maestro.
Aristóteles

Uno de los elementos fundamentales para alcanzar el éxito y la excelencia es el hecho de contar con un mentor.

mentor, ra.

(Del gr., Méntor, personaje de la Odisea, consejero de Telémaco).

1. m. y f. Consejero o guía.

2. m. ayo.

El hecho de contar con uno ahorra muchos golpes y esfuerzos durante el largo camino de alcanzar nuestra metas, ya que los mismos ya han recorrido el sendero y muchas veces están ávidos de compartir con otros sus experiencias, ya que ello a la vez les causa la satisfacción de demostrarles a otras personas que ello si triunfaron… mientras que nosotros somos solo simples aspirantes al solio en el palacio del éxito.

Ahora, conseguir uno no es fácil, ya que los posibles mentores se dividen en dos grupos:

  • Aquellos que se niegan a compartir sus experiencias, ya sea por miedo a crear competidores; porque no les interesa; por mezquindad o simplemente porque nunca han pensado en ello.
  • Aquellos que desean compartir sus experiencias adoptando aprendices con los cuales compartir sus experiencias y satisfacer – en cierta forma – su ego.

Si llegamos a tener el privilegio de que una persona esté dispuesta a compartir sus secretos del éxito con nosotros, deberemos visualizar la situación como lo que es: una oportunidad única en la vida y de la cual la mayoría se ven privados.

Sin embargo el proceso de aprendizaje guiado por un mentor dista mucho de ser un proceso placentero y agradable, ya que lo primero que tenemos que dejar atrás es nuestro orgullo, ya que en muchas ocasiones nos veremos en la circunstancia de que nuestro mentor nos llame la atención con respecto a una conducta o una acción nuestra, y la cual se conciba – desde su punto de vista - como censurable.

En dichas ocasiones nuestro ego nos instará a mandar todo por el caño, ya que lo primero que vendrá a nuestra mente es que “ya no somos niños, y para que me regañen… sólo mis padres”.

Si por un momento nos ponemos a meditar al respecto llegaríamos a varias conclusiones:

  • Durante todo el proceso de aprendizaje con nuestro mentor, realmente si somos “niños” en camino a convertirnos en “adultos” plenos y exitosos. Ello implica que en cierta forma, nuestro consejero se yergue ante nosotros como un padre dispuesto a enseñarnos y disciplinarnos – proceso nada agradable para ninguna de las partes – en aras de nuestro propio beneficio.
  • Uno de los principales enemigos del éxito es la imprudencia; el hecho de dejarse llevarse por los sentimientos o el temperamento, ya que ello generalmente produce actuaciones impropias de nuestra parte y las cuales posteriormente se volverán en nuestra contra y nos llenarán de culpa y remordimientos. Todo nuestro actuar durante toda nuestra vida deberá ser guiado por la prudencia y la paciencia, ya que las mejores decisiones y acciones se toman en el solaz de una mente fría.

Ahora, el mentor debe estar a la altura de las circunstancias y siempre debe conducirse dentro de los terrenos de la decencia y las buenas maneras, ya que la humillación y el sometimiento nunca han sido herramientas de enseñanza adecuadas y le hacen un gran daño a los que las utilizan.

No es fácil aceptar llamadas de atención y reproches. Muchas veces las justificaciones y las excusas pugnarán por salir de nuestro pecho y se atropellarán en nuestra boca; pero en esos momentos lo mejor es aceptar con humildad el consejo y continuar – guiados de la mano de nuestro preceptor – el largo pero satisfactorio camino hacia el alcance de nuestros sueños.

Autor: Yohel Amat

viernes, 6 de noviembre de 2009

Confieso que he pecado: El error de generalizar

urbano hombre

 

Generalizar es señalar la paja en el ojo ajeno sin reparar en la viga del nuestro.
Anónimo

El sistema de transporte de la capital de mi país es un desastre. Los buses la mayoría de las veces son chatarras ambulantes, a la vez que trampas de muerte y lóbregas cavernas hediondas, escenario del sufrimiento diario de aquellos desdichados que no tienen otra alternativa para transportarse.

Los dueños de dichos vehículos lo único que les importa es la cuota diaria que les tiene que entregar el conductor del vehículo y todo lo demás es secundario para él.
Por lo inhumano del sistema, los conductores conducen como energúmenos y son la principal causa del estrés generalizado que vivimos la mayoría de los conductores que tenemos la desgracia de toparnos con ellos.

En mi concepto todos los conductores de estos anacrónicos ejemplos de nuestro tercermundismo todos son iguales: maleantes, groseros, irresponsable y una amenaza a todo lo que sea decencia y respeto al derecho ajeno.
Todos son iguales.” – decía mientras meneaba mi cabeza de un lado al otro.

Sin embargo un día en uno de los corredores de nuestro país me tocó ponerme en una fila que conducía a una caseta de peaje en la cual el sistema de cobro se acababa de dañar.
Por ello me veía en la disyuntiva de luchar contra una jauría de carros que se empeñaban en dejarme fuera de la fila más cercana por algún oscuro motivo.

Cual fue mi sorpresa, que uno de los llamados “Diablos Rojos” se dio a la tarea no solo de darme cortesía para poder entrar a la fila que me urgía, sino que además ayudó a muchos de los desventurados que se encontraban en mi misma situación.

En realidad, ya había visto varios ejemplos de conductores – no sólo de buses de transporte, sino además de taxis – que ostentaban buenos sentimientos hacia sus congéneres y que desplegaban cortesía en el manejo; respeto hacia las leyes y consideración hacia los demás conductores. En realidad los había visto, pero no había caído en cuenta de ello.

Ello me llevó a darme cuenta de que muchas veces durante el día tendemos a tachar a los individuos pertenecientes a algún grupo social – léase políticos; léase personas de barrios populares; léase personas pertenecientes a un gremio o profesión, etc. – como individuos uniformes en su comportamiento y con los mismos patrones de comportamiento.

Muchas veces el estrés diario nos lleva a actuar así, impidiéndonos ver la realidad a nuestro alrededor: los individuos todos tenemos similitudes, pero también muchas diferencias.

El hecho de generalizar y tildar a una persona en base a su profesión o medio de vida simplemente es una forma fácil de denigrar a nuestros semejantes.
Además sirve como forma de dar rienda suelta a todo ese cúmulo de frustraciones que acumulamos día a día en nuestra lucha diaria por el sustento y por alcanzar la excelencia.

El hecho de generalizar nos pone en una posición aparente de poder, la cual nos permite señalar los errores de los demás sin reparar en los muchos dedos que apuntan hacia nosotros: nos convertimos en una sociedad de “señaladores” profesionales.

Lo propio es auto examinarnos y detectar aquellos comportamientos que nos hacen repelentes o indeseables hacia nuestros semejantes y con ello comenzar a cambiar las cosas desde donde realmente tenemos el control: nuestro interior.

Autor: Yohel Amat

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Confesiones de un mediocre en rehabilitación: Capítulo 7; De la adolescencia a la etapa adulta – La Gran Transición

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Capítulo anterior: Capítulo 6; Las Bases del Futuro

De cómo emprender una gran tarea… pero con todas las de perder

Tal y como ya hemos comentado, venimos a este mundo con todo el equipo necesario para alcanzar las alturas más altas y para desarrollar plenamente todos los talentos con los que nacemos y sin embargo somos programados para perder.

Pero como siempre, cuando alguien pierde otros ganan.

Mi experiencia

Yo crecí en una ciudad pequeña y fronteriza de mi país. Eran los 80, Siglo XX, y la verdad es que es una época que recuerdo con mucha nostalgia, ya que era joven y creía estar seguro de lo que quería de la vida.

A mis 18 años solo quería tres cosas:

  • Conseguir mi documento de identidad que me acreditara como ciudadano mayor de edad (“Para poder hacer lo que me daba la gana” – pensaba.)
  • Entrar a la universidad (Para estudiar la carrera de computadoras y para conocer chicas)
  • Conseguir un trabajo (“Para comprar lo que quisiera”)

¿Difiere esto mucho de lo que usted deseaba a esa edad? Estoy seguro que no.

Y si tienes esa edad al leer ésta columna o si estas pronto a cumplirla, también creo que deseas lo mismo, exceptuando lo de la carrera de computadoras, donde estoy seguro que tendrás otros gustos al respecto.
En realidad esa carrera la elegí simplemente por instinto, producto de varios artículos que había leído en diferentes revistas.
Nunca en mi vida había tenido una computadora, así que este deseo se basaba puramente en suposiciones y en corazonadas de que ello era lo que realmente deseaba hacer en la vida.

image Deben tomar en cuenta que para 1982 las computadoras personales apenas habían salido al mercado y sus precios eran altos.
Por ejemplo, una típica computadora IBM – compañía inventora del género de la computadora personal - podía costar alrededor de $6,000.00 y en mi hogar no disponíamos de tamaña cantidad.

Nunca tomé ninguna prueba de aptitudes para ver si mis talentos eran los adecuados para la carrera y menos aun analicé si el mercado estaba preparado para profesionales de dicha carrera.
Tampoco calculé los costos de dicha carrera para ver si en la familia disponíamos de lo necesario para sufragarla.
En otras palabras, todo lo hice basado en pálpitos y en suposiciones, conducta que los años me han enseñado es suicida, como lo reiteraremos más adelante en la presente obra.

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Una de las grandes ilusiones que tenía a esa edad era la de estudiar en España, ya que tengo mucha familia allá.
Sin embargo del sueño nunca pasé. Nunca hice un análisis de ese deseo y de que era lo que necesitaba para alcanzarlo.
Y peor aún: mi padre tampoco.

A muy temprana edad mi nos llevó a todos en casa a un viaje de un mes a España, recorriendo muchas partes de ella y dejándome, hasta el día de hoy, con varios de los recuerdos más agradables de mi vida.
De allá mi padre vino con dos cosas: con una inversión en bonos y con la idea de que fuéramos a estudiar a España la universidad.

Cometí un error en aquella ocasión – uno de los primeros que cometería a lo largo de mi vida – y fue que dilapidé los beneficios de mi primera aventura financiera.
Varios de esos bonos estaban a mi nombre y todavía recuerdo que periódicamente tenía que ir al correo público a recoger los cheques que correspondían a los dividendos ganados. Si mal no recuerdo los cheques eran trimestrales.

Como buen “animalito salvaje” - en términos financieros - nunca abrí una cuenta de ahorros con ese dinero; o preparé un fondo para el ambicioso sueño de irme a estudiar al extranjero.

Yo pensaba que todavía ese sueño estaba lejos y que llegando el momento las cosas se arreglarían solas y todo saldría bien.

Lo que hice fue:

  • Seguir esperanzado en que mi papá en su momento me daría todas las facilidades para cumplir ese sueño que él había despertado;
  • Y gastarme el dinero trimestral tan pronto como pudiera en cosas fútiles e innecesarias en términos del alcance de mis sueños, ya que de metas… nada.

Ahora, ya empezaba a vivir en mi “matriz” y por ello me dejé llevar por los mensajes de mi entorno, los cuales le enseñan a uno a gastar y consumir. Lo último a lo que te incentivaban es a ahorrar.

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Si hubiera sabido aprovechar la oportunidad que mi padre me dio – ¡Pobre púber ignorante! - hubiera ahorrado dicho dinero para poder tener los recursos necesarios para alcanzar el gran anhelo que tenía de estudiar en el extranjero.

Sin embargo, carecía totalmente tanto del conocimiento como de las herramientas mentales necesarias para haber podido aprovechar esa oportunidad sabiamente.

Por un lado mis progenitores no estaban conscientes de que necesitaba una guía al respecto, y por otro ni yo estaba en la capacidad – es lo más probable – de asimilar el consejo en caso de haberse dado.

En otras palabras, por mi falta de visión ya estaba comprometiendo mi futuro, al no prepararme para alcanzar mis futura metas.
En lugar de eso me dediqué a vivir para el presente y a esperar a ver qué pasaba.

He querido resaltar este punto – ampliamente explicado en capítulos anteriores – para ilustrar que en la adolescencia es que empezamos a adquirir los malos hábitos que serán nuestra perdición en el futuro.

(continuará)

Autor: Yohel Amat

martes, 3 de noviembre de 2009

Tu también puedes “brillar”

La persistencia es de nuevo en este caso, como en muchas otras cosas de este mundo, la primera y más importante clave del éxito.
Anónimo

Este anuncio - originario de Tailandia -tiene un mensaje tan poderoso que he optado por publicarlo en éste blog, ya que me ha conmovido casi hasta las lágrimas.

Nos muestra la irreal historia de una sorda con deseos de aprender a tocar el violín… todo a ritmo de música clásica.

Vemos las burlas de los demás y los clásicos “realistas” que quieren hacerle ver la realidad: una sorda no podrá nunca tocar el violín.
Nuestra protagonista aún así persiste y lo primero que consigue para alcanzar su objetivo es un mentor.
Se trata de un músico callejero el cual – y sin tener ningún tipo de relación con ella - sí cree en su deseo ardiente y la apoya y alienta.

Durante el transcurso del anuncio vemos como a su alrededor todo el mundo - expertos en el arte de saber porqué los sueños no se van a realizar – le dicen todos los motivos por los cuales ella va a fracasar.

Su mentor le regala su primer violín y con él comienza su entrenamiento… y además arrecian los problemas.
Ello siempre será así porque cuando se trata de un ideal noble siempre habrá resistencia para probarnos a nosotros mismos de que estamos hechos y si realmente nos lo merecemos.

Posteriormente vemos como ella comienza a practicar y practicar sin que nada ni nadie le haga desistir.
Mientras tanto ni por parte de su propia hermana – la cual es pianista – recibe ningún apoyo.
Todo lo que recibe son mensajes como:

- “¿Puede una gallina volar?
- “¿Puede un sordo aprender a tocar el violín? ¿Por qué no aprendes otra cosa?

Llorando habla con su mentor y le pregunta, desesperada: “¿Por qué tengo que ser diferente que los demás?”; a lo que él le contesta:

- “¿Y porqué tendrías que ser igual? La música es algo visible. Cierra tus ojos y la verás.

¡Qué contraste!

Sus compañeros en el colegio se burlan de ella… nadie cree en su sueño. Sin embargo nuestra protagonista se mantiene firme practicando y en aras de su sueño el cual es participar en un concurso de música clásica. ¡Qué locura!

Para colmo de males unos gamberros en la calle le destrozan su violín y además hieren a su mentor el mismo día del concurso. Ello descorazonaría hasta al más templado, sin embargo nuestra heroína arregla como puede su violín y se presenta al concurso, cuando ya daban por sentado que no asistiría.

En ese momento toca con el corazón en la mano y da rienda suelta a todo el dolor y frustración acumulado en el camino recorrido hasta ese momento: el momento de demostrarle a todo el mundo que ella si podía ser una gallina voladora.

Las notas – inaudibles para ella – fluyen con la pasión de alguien que está en el éxtasis de hacer lo que siempre deseo realizar y que por ello aprovecha el momento para poner alma, vida y corazón en cada uno de sus movimientos, en aras de la perfección.

De más está decirles que al final recibe una ovación de pie, junto con el mensaje final: “Tu puedes brillar”.

Espero que ustedes también lo disfruten como yo lo he hecho y que podamos darnos cuenta de que los sueños están a nuestro alcance, solamente requerimos de dos cosas: creer en nosotros mismos y decidirnos a ir a por ello.

Autor: Yohel Amat

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domingo, 1 de noviembre de 2009

Conflicto Generacional

Xavier Sáez–Llorens
xsaezll@cwpanama.net

Cuando una persona empieza a decir que sus tiempos fueron mejores que los actuales, su mente ha iniciado síntomas de senilidad prematura. Me fastidia cuando médicos veteranos critican a los doctores bisoños, tildándolos de deficientes en capacidad analítica y faltos de apego a los andares tradicionales de nuestra profesión. No parecen recordar sus propios titubeos pretéritos. Lo que más me irrita, sin embargo, es escuchar a adultos moralistas manifestando que la juventud de hoy exhibe una profunda pérdida de valores. Paja verbal. Por mucho que nos veamos tentados a pensar de esa manera, la percepción de que “el pasado fue mejor” es falaz, estéril e incluso perniciosa.

No podemos retrasar la evolución natural de una sociedad que se adapta recurrentemente a modernos y disímiles desafíos. Este tipo de conflicto generacional surge multitudes de veces al pasar de una cohorte etárea a otra, pero parece interpretarse como un desastre que nadie había podido prever con antelación.

Para mitigar pesimismos, convendría repetir esa famosa charla dictada por un galeno británico que circula por la red cibernética desde hace varios años.

Este orador citaba cuatro frases populares que se emiten de forma cíclica: “La juventud es mal educada, no hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los de mayor edad. Nuestros hijos ya no se ponen de pie cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y son simplemente malos”; “Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esa juventud es insoportable, desenfrenada y horrible”; “El mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres. El fin no puede estar muy lejos”; y “Esta juventud está malograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes y no podrán mantener nuestra cultura”.
Al enunciarlas, la concurrencia asentía de conformidad con cada una de las locuciones. Apenas se silenciaron los murmullos, él reveló el origen de dichas citas: La primera frase es de Sócrates, que vivió del 470 al 399 a.C.; La segunda es de Hesíodo, pronunciada el año 720 a.C.; La tercera es de un sacerdote, 2000 a.C.; y la cuarta estaba escrita en un vaso de arcilla descubierto en las ruinas de Babilonia, con más de 4 mil años de existencia. Ante la perplejidad de los asistentes, el disertante exhortó al público: “Señores, relájense, que la cosa siempre ha sido así”.

Lo único que cambia realmente es el entorno social. Nosotros, al ir cumpliendo años, nos alejamos de esa juventud y olvidamos que, a la misma edad, éramos muy parecidos a los chavales contemporáneos. El ritmo de un objeto en movimiento no puede describirse adecuadamente si el evaluador también se mueve.

Actuemos con inteligencia. Nuestra labor como individuos experimentados no es enrumbar las costumbres y proyectos de vida de los jóvenes por senderos recorridos décadas atrás, sino protegerlos de riesgos innecesarios, inherentes a la escasez de información o desinformación que propiciamos en sociedad, escuela u hogar.

La educación sexual integral es, quizás, el mejor ejemplo de nuestras falencias como ciudadanos, educadores y padres. Años atrás, la iniciación sexual precoz tenía como posible consecuencia adversa la adquisición de gonorrea o sífilis, ambas tratables con penicilina. Ahora, el muchacho inexperto se expone al virus del sida, dolencia terrible e irreversible. Los nuevos adolescentes, además, están padeciendo infecciones crónicas por herpes y HPV debido a la moda actual de sexo oral y anal con compañeros para evitar riesgo de embarazo. Lastimosamente, por más sermones de abstinencia y fidelidad que pregonemos, enseñanzas que avalo, no vamos a lograr un impacto significativo en su conducta sexual. Hay que insistir, además, en hablar del inofensivo y demonizado condón, propaganda que ha sido tristemente abandonada por las autoridades sanitarias y los medios de comunicación.

El más grande placer en la vida para un adolescente es hacer lo que los mayores le indican no hacer. Tengo varios amigos profesionales cuyos hijos han caído en drogas, embarazos indeseados o infecciones sexuales debido a un ejercicio parental anticuado, rígido y dogmático. Como decía Shakespeare, “Los viejos desconfían de la juventud porque han sido también jóvenes”.

La Prensa

Una semana de silencio…

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La vida humana se parece a un camino cuya salida es un precipicio horroroso; nos advierten de ello desde los primeros pasos; pero el decreto está ya pronunciado: es preciso adelantar siempre sin poder retroceder.
Jacques Benigne Bossuet

Primero que todo les debo una explicación. Durante meses me propuse escribir diariamente en éste blog, tanto para mí – como catarsis para deshacerme de la angustia y de la culpa – cómo principalmente para ustedes, mis queridos lectores.

Durante ese lapso de tiempo derramé en las páginas de éste blog mi dolor y mi pena ante el azote inmisericorde de la adversidad. El lacerante dolor causado por el látigo impío sobre mis carnes y sobre mi espíritu era insoportable en algunos casos, y ustedes debieron haberlo intuido en algunos de mis escritos.
Sin embargo siempre estuve consciente de que a pesar de que el frío viento del invierno hincara sus dientes sobre mí el verano llegaría… y así ha sucedido.

Llegó en la forma de un nuevo comienzo. Llegó en la forma de una nueva oportunidad.
Nadie ha dicho que soy digno de ella ni nadie garantiza que esta sea MI oportunidad… simplemente me aferro a ella con la satisfacción de saber que Dios aprieta… pero no ahoga.

En el momento justo que las fuerzas me estaban abandonando y que el agua comenzaba a entrar a borbotones por mi garganta, surgió la mano amiga que me tomó de la mía y no solo impidió mi impío viaje hacia las oscuras profundidades de la angustia, sino que me ha llevado a la orilla.
A cambio lo único que me ha pedido es “Sé digno de ello”. Vive Dios que lo haré.

A causa de mi nueva realidad, el tiempo es inmisericorde y por ello quizás notarán que ya no escribiré diariamente o que mis escritos son de más corta extensión, sin embargo mi anhelo por alcanzar la excelencia ahora se ve incrementado por los grandes retos que estaré enfrentando y que desde ya exigen mucho de mi.

Cuento con ustedes para que compartan conmigo los sucesos y eventos que acontezcan de aquí en adelante, como si estuviésemos en una especie de historia que se escribe en el día a día y de la cual no sabemos el final, ya que las páginas se llenarán durante el diario… dinámica pura.

Gracias por acompañarme ahora y siempre y ésta semana de silencio me la regalé para reordenar mis prioridades y para refrescar mi espíritu, ya que escribir a diario exige un esfuerzo agotador de mi parte a pesar de lo mediocre – por ahora - del producto final.
Sin embargo soy consciente de que sólo alcanzaré la excelencia si me someto al riguroso régimen de la acción diaria. Y para ello cuento con ustedes.

Ante mí se yerguen todas las oportunidades posibles para expiar mis pasados pecados y para expulsar por fin y de una vez por todas la angustia y la desesperación.

Ojalá lo pueda hacer en la mejor compañía: ustedes, mis tan queridos lectores.

Autor: Yohel Amat

 

sábado, 24 de octubre de 2009

El foráneo de la semana: Capital humano; La esencia de la motivación y el rol de las personas

Hoy en día, en que el Capital Humano ha cobrado una relevancia y reconocimiento en las organizaciones competitivas, muchas son las herramientas y técnicas utilizadas para lograr el mejor perfomance y desarrollo de los colaboradores dentro de una organización a fin de generar competitividad y valor, una de ellas de mayor importancia es la motivación, cuando se habla de motivación del personal en las organizaciones y las empresas se nos presentan muchas ideas y buenas intenciones surgen desde las propias organizaciones, sin embargo ¿Usted se pregunta, cuántas veces eso se manifiesta en los hechos?.

Por ello la motivación en las personas se inicia con la aparición de una serie de estímulos ya sea internos y externos que hacen sentir unas necesidades, cuando éstas se concretan en un deseo específico, orientan las actividades o la conducta en la dirección del logro de unos objetivos, capaces de satisfacer las necesidades.

Para Gary Dessler 1979: "La motivación refleja el deseo de una persona de llenar ciertas necesidades. Puesto que la naturaleza y fuerza de las necesidades específicas es una cuestión muy individual, es obvio que no vamos a encontrar ninguna guía ni métodos universales para motivar a la gente" (DESSLER, Gary (2001): Administración de personal, (8º ed.), Pearson Prentice Hall Hispanoamericana., México, D.F.)

Las personas para actuar con compromiso y esfuerzo requieren ser estimuladas adecuadamente, al respecto recuerdo una cita del escritor Truman Capote: “Quien no imagina es como el que no suda, almacena veneno”. (Nueva Orleans, EE UU, 1924-Los Ángeles, 1984) Novelista estadounidense).

Cuando se trata de motivación del personal en las empresas u organizaciones a muchas de éstas promueven y publicitan lemas encaminados a ensalzar o magnificar sus excelencias en el trato hacia los componentes de sus plantillas, pero ¿Pero la pregunta real sería, cuántas veces eso se manifiesta en los hechos con el trato a su Capital Humano?.

Es cotidiano que muchas empresas y sus directivos particularmente, simulen valorar a los colaboradores de sus empresas, mientras las preocupaciones reales van dirigidas estrictamente a los recursos financieros.

Una de las tendencias en muchas empresas erróneamente es que se obsesionan con tener el mínimo número de empleados al menor coste posible, creyendo con ello que gestionan bien sus costes. Esto último, no es incierto del todo, como tampoco lo es que un despido deja de ser un coste. Sin embargo, si no se logra obtener de un empleado o directivo lo mejor de sí mismo en cuanto a esfuerzo, dedicación, contribución y resultados, tampoco se estará gestionando bien y se despilfarrará dinero del mismo modo, como además el recurso importante del tiempo, el cual es irrecuperable.

Muchos líderes, como académicos, así como las experiencias vertidas e ilustradas en muchos artículos, foros, o congresos y una gran cantidad de ejemplos en todo el mundo prueban que la motivación contribuye a acrecentar exponencialmente la productividad de una organización.

Existen muchas noticias sobre acerca de la incapacidad de las empresas occidentales para motivar a su personal, existe la clásica declaración de intenciones realizada por el presidente de Sony, que dijo con toda serenidad: “Vamos a ganar y Uds. no pueden hacer nada por evitarlo porque llevan dentro de Uds. mismos las causas de su fracaso”.

Abraham J. Maslow (Brooklyn, Nueva York, 1 de abril de 1908 - 8 de junio de 1970) fue un psicólogo humanista estadounidense, nos definió una serie de necesidades que el hombre intenta satisfacer: necesidades de tipo fisiológicas, seguridad, adhesión, realización, estima. Según esto, dichas necesidades se manifiestan casi siempre una tras otra, cuando una necesidad se satisface intentamos satisfacer otra. Aunque no se trata de una regla absoluta, en ciertos casos podemos perseguir simultáneamente necesidades de diferentes niveles.

Maslow definió en su pirámide las necesidades básicas del individuo, colocando las necesidades más simples en la base de la pirámide y las más fundamentales en la cima de la pirámide.

A medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior. Motivación de Maslow:

"Maslow nos ofrece varias claves en el ámbito de la motivación. Si queremos motivar a las personas que tenemos a nuestro alrededor debemos buscar que necesidades tienen satisfechas e intentar facilitar la consecución del escalón inmediatamente superior".

Dado que en occidente nuestras necesidades más elementales están generalmente satisfechas, entran en juego necesidades de un nivel superior, es decir, de estima y realización.

En este sentido, la pregunta que nos podemos hacer sería: ¿Qué es lo real que nos motiva?

F. Herzberg, ((1923 - 2000) fue un renombrado psicólogo que se convirtió en uno de los hombres más influyentes en la gestión administrativa de empresas.

Es especialmente reconocido por su teoría del enriquecimiento laboral y la teoría de la Motivación e Higiene). consideraba que el trabajo en sí mismo es el principal factor de motivación, basándose en un análisis realizado a las reacciones de 1685 empleados de nivel, nacionalidad y sector diferentes, enfrentados a distintos incidentes.

La necesidad de realización, de progresar y de ser reconocido en el trabajo no puede ser satisfecha más que si el estilo de dirección de la empresa permite una organización del trabajo en la cual el personal encuentre los factores de motivación necesarios.

Tom Peters (nació el 7 de Noviembre del 1942 en Baltimore. Estudió ingeniería civil en Cornell University y después economía en Stanford University donde ha obtenido un M.B.A. y Ph.D. En 2004 ha recibido un doctorado honorario de la Universidad Nacional de Management de Moscú. Es un guru del management de los negocios desde los años 70 hasta hoy) no dudaba al respecto: “¡Es absurdo¡ Y no son los ejemplos los que faltan, el empleado medio es capaz de levantar montañas, ahora bien hay que pedírselo y crear un clima favorable” esa es la clave.

Algunos estudios recientes en gestión Humana, demuestran hasta qué punto resulta motivante para el personal llevar a cabo desde la dirección iniciativas del tipo “ser tenido al corriente” a través de una buena comunicación e información del personal, así como lo desmotivante y negativo que resulta ser dejado de lado.

Una organización competitiva si desea saber realmente lo que motiva o desmotiva a un miembro del personal, lo más acertado y sencillo no es otra cosa que preguntarle. En el Reino Unido ciertos servicios de la función pública organizan entrevistas de motivación en cuyo transcurso los superiores jerárquicos interrogan a sus colaboradores sobre su función actual, anterior, realizaciones, satisfacciones, aspiraciones, de forma que comprendan mejor aquello que les motiva. Estas iniciativas ejercen una influencia muy positiva en el sentimiento de ser importante y reconocido por la dirección como una parte importante de ella.

Nunca olvidemos, que una empresa no es más que la suma de las personas y capacidades que la componen, movilizar ese potencial ilimitado puede resultar apasionante y los resultados inimaginables.

Pretender citar en estas breves líneas, todas las iniciativas o esfuerzos desplegados para estimular la motivación haría necesario más espacio y tiempo, sin embargo, lo expuesto me parece claro: el Capital Humano de una empresa, la que sea en forma indistinta, es quien en última instancia pondrá en marcha con todos los recursos de esta (administrativos, financieros, físicos y técnicos). Entonces ¿Porqué negarles ser el mejor aliado de quien les administra? DE mi experiencia y formación las organizaciones eficientes y competitivas, esto ya no se convierte en una opción, sino más bien, en la dinámica de los tiempos que marchan aún paso cada día más acelerado, la motivación es ya una obligación de gestión y de buenas prácticas, de la que no pueden evadirse los empresarios o rectores que tienen responsabilidades sobre otras personas.

"Carácter es la motivación interna para hacer lo correcto, cueste lo que cueste".

Fuente: http://bit.ly/1aLLj9
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Autor: Mg. Luis Adolfo Meneses Romero

Ejecutivo Senior, Magíster graduado en la Maestría en Dirección Estratégica de Empresas en la Pontificia Universidad Católica del Perú – CENTRUM. Con una amplia experiencia profesional y laboral de 25 años de servicio, tanto en el sector público y privado. Profesional en Administrador de Empresas de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, con entrenamiento especializado profesional como Experto en Logística y Operaciones con un Post Grado en ESAN, Experto en Gestión Administrativa y Gerencial con Post Grado en la UPC. Competente con una amplia experiencia en temas de Gestión Gerencial y Empresarial, Comercio Exterior, Compras, Operaciones Aduaneras, Recursos Humanos, Relaciones Industriales, Operaciones, Logística, Producción, Negociación, Desarrollo Organizacional, Gestión, Derecho Aduanero, Derecho Administrativo y Derecho Tributario. Gestor de Programas de Desarrollo, Capacitación y Entrenamiento Laboral. Experiencia en cargos de Dirección de Logística, Administración, Recursos Humanos, Operaciones y Dirección. Especialista en Gestión y Desarrollo del Capital Humano y habilidad para Liderar, administrar, dirigir, conducir y gestionar equipos humanos a la consecución de los objetivos delineados y al logro de resultados. Gran adaptabilidad a nuevos entornos y labores bajo presión y que requieren capacidad y competencia profesional. Especialista en Logística privada y pública con amplia experiencia. Conocedor de la legislación de Contrataciones y Adquisiciones del Estado y de las del Sistema Nacional de Control, como de las modernas herramientas, técnicas y estrategias de la logística, a fin de gestionar los procesos de abastecimientos, transformación y distribución al menor costo, en el tiempo oportuno, lugar adecuado y calidad requerida; bajo el enfoque de convertir en una fuente de ventaja competitiva la administración de la cadena de abastecimientos de la Empresa. Agente de Aduanas con amplio conocimiento y experiencia en operaciones de comercio exterior y conocedor de la legislación tributaria, aduanera, administrativa y de comercio exterior.

lmeneses@electroperu.com.pe

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jueves, 22 de octubre de 2009

Confesiones de un mediocre en rehabilitación: Capítulo 6; Las bases del futuro

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Capítulo anterior: Capítulo 5; La Adolescencia, el perfeccionamiento de la mediocridad

Tus defectos como hijo son mi fracaso como padre.
César a Cómodo, en la discusión previa a su asesinato.

Por supuesto que influye mucho el apoyo que tengamos de nuestros padres, ya que por desgracias para muchos no sólo hablar con sus hijos de sexo es tabú; lo más grave es que temas tan vitales como los siguientes son considerados “incómodos” y raras veces son conversados abierta y sinceramente con sus hijos.
¡Graves son las consecuencias de actuar así!

Esos temas los resumo a continuación y les podríamos llamar…

Las Bases del Futuro

las bases del futuro

Estos y otros temas más son el material con el cual se construye el futuro de esos adolescentes que tanto amamos.
Y aún así dejamos que sus jóvenes mentes “llenen los espacios” que nosotros los padres dejamos, con información basura aprendida de ineptos más torpes que ellos mismos. “Ciegos guiando ciegos”.

¿Qué he aprendido?: “Los mediocres, por acción u omisión, le enseñan a sus hijos a perpetuar la estirpe”

No es lo mismo acumular conocimiento que ser educado

Generalmente el sistema encargado de “educar” a nuestros hijos tiene un solo norte: preparar buenos empleados.
Para nada les interesa su formación como ciudadanos integrales con espíritu emprendedor.

Es por ello que la mayoría de esos adolescentes terminarán mal preparados; en trabajos que nunca quisieron; viviendo vidas que no planificaron; deseando cosas que nunca podrán tener (al menos con las herramientas mentales con las que contarán); renegando de lo injusta que ha sido la vida con ellos; y en fin: seres sin rumbo, mediocres y fracasados.

Las probabilidades de que dicho sistema produzca futuros ciudadanos exitosos en un ambiente tan hostil a él, son aterradoramente remotas.

Nos llenamos la mente de conocimientos; memorizamos hasta la saciedad todos los libros de texto; pero al final del camino sabemos mucho de nada.
Sobre como planificar nuestro futuro desconocemos todo, ya carecemos de lo más elemental: un plan de vida (PdV) que nos indique los pasos a seguir para lograr explotar en su totalidad nuestro potencial.

Sin embargo no quiero que me malinterpreten: el conocimiento es necesario, ya que él nos da las herramientas para que la consecución de nuestras metas sea más fáciles de lograr.
Por supuesto que en este punto algunos de ustedes podrán argumentar que hay muchos ejemplos de personas carentes de educación universitaria – inclusive de educación media – que han tenido éxito en la vida.

Sin embargo para mí esto no es más que una excusa para justificar nuestra pereza de estudiar, ya que para alcanzar un título hay que tener coraje y decisión; y tener una idea clara de lo que se desea.
Sin improvisaciones y sin dejar nada al azar.

Una persona que ve su sus estudios como algo superficial; aburrido; carente de sentido; u opcional lo único que está logrando es comprometer el alcance de sus metas… aunque esta forma de pensar generalmente está asociada a personas que carecen de metas o de un PdV (Plan De Vida).

Sobre ello hablaremos en detalle mas adelante.

"Al estudiante que nunca se le pide que haga lo que no puede, nunca hace lo que puede." - John Stuart Mill

(Continúa: Capítulo 7; De la adolescencia a la etapa adulta – La Gran Transición)

Autor: Yohel Amat

Toma efectiva de decisiones: las tres preguntas

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Todos los días Dios nos da un momento en que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia.
Paulo Coelho

A veces volteo a ver hacia atrás “y me espanto” como dice la famosa frase.
¿Cuantas veces estuve ante la disyuntiva de contestar con un “SI” o con un “NO” y al final escogí la peor respuesta? ¿Cuantas veces con una sola palabra, mi vida habría sido otra y sin embargo no lo hice así y ahora cargo con las consecuencias?

Una de las materias que debería ser de obligatoria enseñanza en nuestros centros educativos es la de “Toma de decisiones”; ya que a lo largo de nuestra vida la mayoría de nosotros deambulamos sin siquiera tener una idea de como tomar buenas resoluciones que sean de edificación para nuestras vidas y que nos ayuden a alcanzar nuestras metas… si es que tenemos, pero eso es material de otras columnas.

Y si tomamos en cuenta que una mala respuesta ahora pudiera acarrearnos pesadas consecuencias mañana, estaríamos entonces ante la certeza de que la sabia toma de decisiones en un momento dado es un elemento clave para nuestro futuro bienestar.

He leído muchos libros al respecto y en muchos de ellos se plantean extensos planes y además complejos de ejecutar para la sabia toma decisiones; cosa que considero un error, ya que para resolver las pequeñas disyuntivas diarias de nuestras vidas no deberíamos enfrentarnos a complejas elucubraciones.

He aprendido un método muy simple para ayudarnos a mejorar nuestra habilidad para la toma sabia de decisiones y el mismo se basa en someter a tres preguntas cualquier situación dada que exija de nuestra parte una resolución.

1. ¿Realmente quiero ser esto; o queremos hacer esto; o tener esto?

Cada vez que se nos exija una respuesta de nuestra parte – generalmente tan simple como decir “Si” o “No” – deberemos preguntarnos si la disyuntiva vale la pena por medio de someterlo a ésta pregunta, ya que las consecuencias que acarree una respuesta o la otra deberán sopesarse de acuerdo al grado de importancia que tenga la situación para nosotros.
No contestemos a la ligera por cosas que en el fondo realmente no deseamos, actuando en la mayoría de los casos bajo la presión de nuestro interlocutor.

2. ¿Me ayudará al logro de mis objetivos y metas?

Debemos evaluar si el hecho de contestar de una u otra forma me ayudará a alcanzar mis objetivos o si me llevaría en sentido contrario.

Por ejemplo si camino a una entrevista de trabajo me encuentro con un amigo y el mismo me presiona para que me tome unas cervezas con él, quizás la respuesta a la primera pregunta sea “Si”, sin embargo al someter la propuesta a la segunda me doy cuenta de que llegar con aliento alcohólico a la entrevista no me va ayudar a conseguir el trabajo.

Escojamos la respuesta que más nos acerque a nuestros objetivos y procedamos en consecuencia.

3. ¿Está en armonía con las leyes de Dios y los hombres?

Si la situación supera las dos preguntas anteriores, ya sólo queda someterla a la luz de la tercera, mismo que nos dirá fácilmente si una acción en uno u otro sentido rompe con alguna ley divina o terrenal; siendo ambas de igual valor.

Si la respuesta es negativa, entonces alejémonos de futuros problemas y contestemos en consecuencia.

Es importante acotar que para el momento de tomar la decisión final, es clave que la respuesta que vayamos a dar haya pasado los tres filtros, ya que aquí no es válido eso de “dos de tres” o “una de tres”.
De proceder así, el resultado al final – casi garantizado que así será – se volteará contra nosotros y nos morderá en la garganta… y para entonces probablemente ya sea muy tarde.

Autor: Yohel Amat

 

lunes, 19 de octubre de 2009

Confesiones de un mediocre en rehabilitación: Capítulo 5 - La adolescencia; El perfeccionamiento de la mediocridad

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La pérdida de nuestras fuerzas es debida más bien a los vicios de la juventud, que a los estragos de los años.
Cicerón

Capítulo anterior: Capítulo 4: De cómo echar a perder un cerebro genial

Sobre esta etapa si tengo que confesar que tuve una infancia feliz, por lo menos que yo recuerde.

Cuando inicié el colegio - alrededor de 1977 - fui con todas las intenciones de conocer esos dos nuevos mundos: el de la educación media y el de la adolescencia, la etapa crucial de todo hombre y mujer.
Es en ella donde nos encontramos en una encrucijada donde podremos escoger por cual camino continuar nuestro caminar… y de esas decisiones dependerá nuestro futuro.
Yo no estaba consciente de esto, por lo que entré a esta etapa crucial de la vida sin un PdV –Plan de Vida - y a “ensayo y error”.

Ahora el principal obstáculo que tenemos en esta etapa no se encuentra en nuestro entorno, sino en nuestro interior: las hormonas.
Esas condenadas nos transforman de niños inocentes en púberos calenturientos en búsqueda de “acción” con el sexo opuesto. También nos nublan la razón y no nos dejan tomar buenas decisiones.
La situación es más grave cuando papá y mamá están más ocupados trabajando, que aconsejando a sus hijos; siendo peor aún cuando alguno de los padres falta.

La pubertad es una etapa muy confusa en la cual el joven se siente perdido; carente de un plan o rumbo fijo.
No sabe que quiere; y si lo sabe no sabe cómo conseguirlo; y en la mayoría de las cosas la situación es aún más grave: piensa que todo lo sabe y que vivirá para siempre.

El peor de los errores que cometemos durante nuestra adolescencia es PENSAR QUE TODAVÍA NOS SOBRA TIEMPO PARA HACER LAS COSAS QUE TENEMOS QUE HACER.

El púber típico se siente inmortal. Piensa que las cosas “le ocurren a los demás”. Por eso hace toda clase de disparates, tales y como:

  • jugar con el sexo antes de tiempo;
  • empezar a crear malos hábitos tales y como fumar o beber bebidas alcohólicas;
  • descuidar sus estudios “porque estudiar es aburrido”;
  • empezar a jugar con el dinero;

image El gran problema - y que algunos aún después de ser adultos todavía tienen - es pensar que todavía hay tiempo de sobra para realizar las cosas que hay que hacer.
Tareas como estudiar, prepararse, planificar, investigar, etc., son consideradas aburridas y propias de viejos. Lo único que interesa es departir con los amigos y “vivir la vida”; ya que ya habrá tiempo para las cosas “aburridas” o “serias”.
Tristemente muchos de esos jóvenes nunca superan ese tipo de actitud y pasarán el resto de su vida actuando en consecuencia.

Es por eso que algunos define la adolescencia como “la etapa donde se adolece de docencia”.

¿Siguen siendo nuestros padres los villanos?

Durante toda nuestra juventud - y en la mayoría de los casos -nuestros padres son los “malos” de la película.
Por supuesto que nuestros “héroes” son nuestros amigos y compañeros, por muy estúpidos y mediocres que sean.

Nuestra mente está nublada por la cantidad de mensajes anodinos que recibimos por todas partes:

  • De nuestros profesores;
  • De nuestros amigos;
  • De nuestros políticos;
  • De la televisión;
  • De las letras de las canciones que escuchamos;
  • De los libros y revistas que leemos (lo cual ya de por sí es un milagro ya que el adolescente promedio no lee ni aunque su vida dependiera de ello)

Sin embargo, de entre todo ese mar de señales -y que la mayoría de ellas lo único que causarán al seguirlas es “naufragar” nuestro futuro - siempre hay algunas que son constructivas, objetivas y didácticas.

Siempre hay un familiar o amigo que nos dice cuales son las cosas realmente importantes; siempre nos tropezaremos con un profesor o maestro que tratará de aconsejarnos con respecto o nuestras malas actitudes o errores para que corrijamos; siempre habrá algún libro o revista donde habrá un artículo que tratará de abrirnos los ojos; siempre habrá un mensaje en la radio o televisión que tratará de darnos el mapa necesario para salir de la adolescencia como personas de éxito y no como “personas de bien”.

Persona de Bien: dícese del asalariado promedio, resentido por no ganar lo que él considera justo y lleno de deudas. Pero eso sí: no le hace mal a nadie. Lo malo es que no se hace bien a sí mismo.

He aquí donde nuestro nivel de responsabilidad por nuestras actitudes aumenta, ya que al ser imberbe ya dejamos de ser niños.
Ya somos más conscientes de lo bueno y lo malo y muy en el fondo sabemos que cosas son importantes y cuáles no, pero la presión de grupo y nuestra falta de madurez nos impiden tomar las decisiones correctas.

Es por ello que tan pocos adultos salen incólumes de la adolescencia.
La mayoría arrastramos durante toda nuestra vida adulta las consecuencias de las malas decisiones o malos hábitos adquiridos durante esta etapa púber de la vida: vicios; embarazos indeseados; matrimonios inmaduros; abandono de la educación por el trabajo; malos hábitos financieros; drogas; pandillerismo; etc.

Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.
Martin Luther King

(Siguiente capítulo: Capítulo 6; Las bases del futuro)

Autor: Yohel Amat

domingo, 18 de octubre de 2009

¿Que hacer cuando no se encuentra una salida?

arrinconado

Paciencia: forma menor de desesperación disfrazada de virtud.
Ambrose Bierce

Si hay algo que he aprendido en los últimos meses es que los viejos pecados tienen largas sombras y que hasta que no expiemos todos los mismos, tendremos que estar conscientes de que el verano no llegará.

Cuando los mastines del desempleo; las deudas; los problemas; las carencias o la desesperanza hincan sus fauces en nuestra carne, deberemos tener la suficiente sangre fría para resistir sin desesperarnos, ya que si somos presas de la angustia, entonces en nuestro afán de librarnos de las fauces de nuestros torturadores, lo único que lograremos es que las heridas sean más profundas.
Parece mentira, pero ante situaciones extremas, a veces la mejor estrategia no es correr como locos o el enfrentamiento directo: lo mejor es una suave pero firme estrategia ejecutada con tesón.

En mi caso, ya he llegado a un grado tal de desespero que me ha exigido el refinar mi actual estrategia y redefinir mis proyectos para determinar su viabilidad.
Tengo que dejar mi orgullo a un lado y enfrentarme a la realidad de que muchas veces – por no decir siempre – los plazos que nos trazamos para la consecución de nuestros fines no están escritos en piedra, ya que lo único cierto en esta vida es la incertidumbre.

La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar.
Mario Vargas Llosa

Para prevenir mi actual situación, hace más de tres años había trazado un “plan maestro”, donde cumplí con todos los requisitos: planeación; convencimiento de las partes; visualización; etc.
Todo como dice el “librito”.
Sin embargo, el tiempo me ha enseñado que hasta los mejores planes se van por el caño por un motivo muy sencillo: la volubilidad de las personas que son vitales para el logro de la meta.

Por mucho que tratemos de actuar con eficiencia y convencimiento, raro es el proyecto que podamos realizar sin la vital ayuda de otras personas.
En mi caso, con las cuales iba a preparar mi escudo contra el mal tiempo que sabía iba a venir - a resulta de los profundos cambios que iba a enfrentar -, con el tiempo cambiaron de opinión o se dejaron asustar por los primeros obstáculos que se presentaron.
¿Resultado? Otro “Titanic” en el fondo del mar.

A inicios de año traté de levantar una compañía en compañía de dos socios, pero contra la desidia de uno y la irresponsabilidad del otro no pude luchar, por lo que nuevamente coleccioné otro buque en el fondo del mar del fracaso.

Posteriormente fui timado por un pariente, con el cual íbamos a realizar una empresa en familia. Pensé que iba a cumplir mi sueño de trabajar entre personas de mi propia sangre. Craso error.

Actualmente estoy en una nueva aventura empresarial, de la cual espero comentarles muy pronto cuando la misma vea su primera luz… pero mientras tanto la realidad hunde su puñal en mis carnes y me recuerda que mientras los sueños se cumplen, las deudas y las necesidades requieren de nuestra inmediata atención.

¿Que se hace cuando no se tiene una salida? Fabricarla.

Aplicar la filosofía de la hormiga, la cual ante los obstáculos busca la forma de continuar su peregrinaje en busca de su objetivo final. Si tiene que pasar por abajo o por arriba; por la izquierda o por la derecha lo hará, pero nunca se rendirá ni se desalentará.

Las consecuencias de nuestros actos irracionales nos perseguirán por mucho tiempo cual divino aguijón, sólo para recordarnos que si queremos expiar nuestras culpas y alcanzar nuestras metas, la mejor forma de hacerlo es contrarrestar nuestra pasada estupidez con inteligencia y paciencia; aunado a acciones inmediatas.

Autor: Yohel Amat