lunes, 18 de abril de 2011

Las 4 fuentes de automotivación en la inteligencia emocional

Enviado por Manuel Gross
Manuel Gross


Self_motivation.jpgPor Alexis Codina  

DeGerencia  

 

“La auto-motivación es la clave para iniciar una tarea y llevarla a término”- Weisinger.

“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”- Emerson.

 

En el modelo de la inteligencia emocional de Goleman y Weisinger, después de lograr el “autoconocimiento” y el “autocontrol”, es necesario encontrar fuentes de inspiración que nos proporcionen energías para la acción, en eso consiste la automotivación.

 

Robbins (1999) define la motivación de la siguiente forma:

 

“Es lo que impulsa a una persona a actuar de determinada manera o, por lo menos, que origina una propensión hacia un comportamiento específico. Ese impulso puede ser provocado por un estímulo externo al individuo, o puede ser generado internamente. Es un proceso que conduce a la satisfacción de algo”.

 

Los expertos consideran que la motivación es un proceso que transita, aproximadamente, por los siguientes momentos:

 

NECESIDAD – MOTIVO – ESTIMULO – ACCION - RESULTADO

 

La necesidad es una insatisfacción (sentir sed); el motivo, es el objeto con el que pensamos satisfacerla (agua); el estimulo, un factor que genera inspiración para la acción, puede ser externo (reconocimiento, compensación), o interno (logro, poder); la acción, actividad para satisfacer la necesidad; el resultado, la satisfacción de la necesidad.

 

Weisinger destaca que, en muchos anuncios de empleo, se puede leer “Debe ser emprendedor”, o “Debe saber trabajar por su cuenta”. Uno de los requisitos exigidos es la automotivación. No es difícil comprender por qué es una cualidad tan deseable en el ámbito laboral: un empleado auto-motivado requiere menos control, pierde menos tiempo y suele ser más productivo.

 

Desde un punto de vista técnico, la motivación es el empleo de energía en una dirección específica y para un fin determinado. En el contexto de la inteligencia emocional, significa utilizar nuestro sistema emocional para catalizar todo el proceso y mantenerlo en calma.

 

Las cuatro fuentes 

 

Según Weisinger, las cuatro fuentes de motivación a las que podemos acudir son:

a - Nosotros mismos. Nuestros pensamientos, nuestra respuesta moral, nuestras experiencias anteriores, nuestro comportamiento.

b - Amigos comprensivos, familiares y colegas. A los que llama “nuestro equipo A”.

c - Un “mentor emocional”. Una persona real o ficticia que tomemos como ejemplo, inspiración, o modelo.

d - Nuestro entorno. El aire, la luz, los sonidos, la luz y otros estímulos en nuestro entorno de trabajo.

 

La manera en que la gente decide utilizar diferentes fuentes de motivación y enfrentarse a los contratiempos varía de un individuo a otro pero, independientemente de la fuente que utilicen, en cualesquiera deben estar presentes los siguientes elementos:

- La confianza, que nos da la certeza de que tenemos la capacidad para llevar a cabo la tarea.

- El optimismo, nos da esperanzas de que el resultado será positivo.

- La tenacidad, que nos mantiene centrados en la tarea.

- El entusiasmo, que nos permite disfrutar del proceso.

- La resistencia, que nos permite empezar otra vez, a partir de cero.

 

a - Nosotros mismos

 

Esta es la más poderosa de las cuatro fuentes de auto-motivación y, al mismo tiempo, de desaliento, porque somos el punto de partida. Un individuo, un mentor, una “musa inspiradora” pueden motivarnos, sin dudas, pero son nuestros pensamientos, nuestro nivel de ansiedad y los comportamientos de nuestro sistema emocional los que, en definitiva, determinarán el uso que haremos de otras fuentes.

 

A partir de esto, Weisinger nos propone que debemos “aprender a pensar de forma positiva”, para lo que propone las siguientes técnicas:

 

1-Utilizar afirmaciones motivadoras.

2-Realizar juegos mentales.

3-Centrar nuestros pensamientos, mediante la “Delimitación Temporal” y “Focal”.

4-Emplear imágenes mentales.

5-Hacer autocríticas constructivas.

6-Establecer metas significativas.

 

Por lo general, sabemos cuándo nos hacen falta las “afirmaciones motivadoras”. Los indicadores son los pensamientos negativos (“nunca lograré terminar este plan”) y la inercia (nos quedamos sentados contemplando la pared porque nos sentimos abrumados por lo que tenemos que hacer). Son los momentos de decirnos las reafirmaciones motivadoras. “Hoy podré terminar todo lo que tengo pendiente”, “Hoy va a ser un día muy productivo”, “Puedo hacer todo lo que hace falta para terminar este encargo”. “No lo abandonaré hasta terminarlo con éxito”. Coloquémoslas al alcance de nuestra vista y leámoslas cada vez que sintamos flaquear nuestra motivación, propone Weisinger.

 

En cuanto a los “juegos mentales”. Los dos que se proponen son: “Día Uno”, enfocando la tarea que abordemos como si fuera nuestro primer día de trabajo, abordándola con el mayor entusiasmo que podamos imprimirle. El otro es el “Mejor día laboral”, que consiste en proponernos que “ese día” sea el de nuestros mejores resultados. Esta técnica también la recomiendan especialistas de Calidad Total. Deming, uno de los más reconocidos especialistas en esta esfera propone establecer el “Día de Cero Defectos”, entre sus 14 puntos para el proceso de mejoramiento de la Calidad.

 

La “delimitación temporal”, es un período de tiempo que acotamos para realizar un trabajo intenso. Decimos a nuestros compañeros de trabajo que no queremos ser interrumpidos y no contestamos las llamadas, colocamos una pequeña “burbuja” a nuestro alrededor y establecemos un tiempo y un espacio para un área de trabajo intenso. La “delimitación focal” es un período durante el cual nos concentramos en distribuir las tareas que debemos realizar durante la “delimitación temporal” y luego las anotamos.

 

Una “representación mental” provoca a menudo las mismas respuestas fisiológicas que genera la actividad real. Utilizamos la imagen mental de nosotros mismos realizando una brillantísima presentación e imitamos en la realidad lo que vemos en la representación mental.

 

No hay peor enemigo de la confianza y el entusiasmo que la crítica negativa. A la inversa, no hay mejor manera de ayudar a una persona a mantener el ímpetu y el optimismo que mediante la crítica constructiva. La “autocrítica constructiva” funciona del mismo modo, sólo que en este caso somos nosotros los que nos hacemos las críticas. La autocrítica constructiva es la clave de la automotivación, plantea Weisinger.

 

Hemingway y García Márquez, Premios Nobel de Literatura, antes de enviar sus trabajos a la editorial eran muy severos en sus autocríticas. “¿Quién será el estúpido que escribió esto?”, se decía el norteamericano cuando revisaba sus borradores, tachando con lápiz rojo lo que no le gustaba. En una entrevista, El Gabo contó que, cuando terminó “Cien Años de Soledad”, “tenía el brazo caliente” y con mucha ansiedad escribió otra novela. Una semana después de concluida la revisó y se dijo “esta es la misma basura que ya escribí”, y rompió los papeles.

 

El “establecimiento de metas” como instrumento de estimulación de la energía humana está en el centro de muchos enfoques gerenciales; es la base del Enfoque de la DPO (Dirección por Objetivos), que formuló en los años cincuenta Peter Drucker; fundamenta una teoría sobre la motivación Establecimiento de metas que propuso Locke. También la teoría sobre liderazgo “Trayectoria-meta del liderazgo” de Evans y House. Se trata de fijarnos un objetivo que nos entusiasme, que nos estimule permanentemente y cuya consecución resulte factible, aunque sea con esfuerzo y algo de suerte.

 

Weisinger propone los siguientes consejos para utilizar los objetivos como instrumento de auto-motivación con eficacia.

-Antes que todo, reconozcamos los progresos hechos hasta la fecha, inyectémonos una dosis de refuerzo positivo para estimularnos en el trabajo. Recordemos algunos de nuestros éxitos.

-Pensemos en lo cerca que estamos de nuestro objetivo. Al preocuparnos por lo mucho que nos falta, es fácil pasar por alto lo mucho que hemos avanzado.

-Tracémonos objetivos en términos de resultados que quisiéramos alcanzar y que se encuentren dentro de nuestra “área de influencia”, es decir, de las cosas sobre las que podemos actuar.

-Utilicemos los objetivos como un estímulo para generar la energía que necesitamos para alcanzarlos.

 

En su forma más pura, la motivación se reconoce por un incremento del estímulo fisiológico y psicológico que nos impulsa, es tan intrínseca a los seres humanos como a los animales.

 

Todos hemos pasado por momentos de escasa energía en los que nos quedamos paralizados ante el escritorio, incapaces de hacer algo. Luego nos levantamos, caminamos un poco y, cuando regresamos, nos sentimos sorprendentemente despejados y con más energía y disposición. Los que practican ejercicios físicos o deportes saben cuánta energía y vigor les proporcionan estas actividades.

 

Esto tiene una explicación fisiológica. Cuando hacemos ejercicios, nuestro corazón bombea la sangre más aprisa con el fin de que lleguen más nutrientes a los músculos y otras partes del cuerpo. Además, se estimula la producción de endorfinas que hace que nos sintamos mejor. Considerando esto, Weisinger recomienda que “en cuanto sintamos flaquear nuestra motivación, levantémonos y pongámonos en movimiento”.

 

Si la causa de nuestra incapacidad para estimularnos es el agotamiento, necesitamos reservar períodos regulares de relajación, para que nuestros órganos, células y varios sistemas descansen y se regeneren. Weisinger recomienda dedicarle una hora al día, incluso veinte minutos es mejor que nada. Utilicemos ese tiempo para estar a solas, en silencio, sin que nos molesten. Tomemos un baño, leamos un libro, escuchemos música, meditemos. “Cerremos los ojos y eliminemos todos los pensamientos relacionados con el trabajo”, nos propone.

 

b -Amigos comprensivos, familiares y colegas

 

Para auto-motivarnos, a veces necesitamos ayuda del exterior. Sobre todo, cuando sufrimos un duro revés. No hay nada más duro, difícil y desalentador que encontrarnos solos ante una situación penosa. Para esto, debemos aprender a desarrollar relaciones mutuamente motivadoras, a obtener la motivación necesaria de estas relaciones y a corresponder con las mismas.

 

Weisinger recomienda que, antes que se produzca una crisis, fijemos en nuestra mente, las personas a las que podemos acudir en busca de ayuda. “No tengo con quien hablar”, este pensamiento negativo sólo sirve para agravar nuestra tensión.

 

Al desarrollar relaciones de motivación mutua es necesario determinar qué es lo que esperamos de los demás. Pero debemos saber como corresponder, porque, si únicamente nos dedicamos a obtener lo que necesitamos, entonces la relación no es mutua y probablemente no durará mucho tiempo.

 

¿Qué buscar?

 

Las tres características principales de nuestras relaciones motivadoras son: la confianza, la idoneidad y la disponibilidad. La clave es la confianza, porque cuando pedimos ayuda eso nos hace vulnerables. La idoneidad también es importante, porque si una persona no es capaz de responder a nuestras necesidades, no podrá ayudarnos. Nuestro mejor amigo puede ser una magnifica persona, pero es posible que no sea capaz de motivarnos, sencillamente porque no es de esa clase de personas. A veces sólo necesitamos a alguien que sepa escuchar, que nos permita desahogarnos, hacer “catarsis”.

 

Otras veces necesitamos alguien que nos dé consejos sobre como ir del punto A al B. En otras ocasiones, podemos necesitar a una persona cariñosa y comprensiva. Finalmente, la disponibilidad es una cosa importante, porque si la gente no está accesible, no podrá ayudarnos.

 

Estas relaciones no son entidades formalmente constituidas. Echemos un vistazo a las relaciones que ya tenemos y veamos a quién(es) podemos acudir cuando nos resulte necesario, tome nota de a quién llamaríamos y para qué.

 

¿Qué pedir?

 

Cuando nos enfrentamos a una crisis, con frecuencia perdemos nuestro sentido de la perspectiva y nuestra capacidad para resolver problemas. Los amigos, los familiares y los colegas que están en condiciones de tomar distancia y que no están totalmente consumidos por la crisis, pueden proporcionarnos ayuda en estas dos áreas.

 

Las crisis nos hacen sentir rechazados, pese a toda nuestra práctica con los diálogos interiores constructivos y las reafirmaciones motivadoras, a menudo dejamos que los pensamientos distorsionados se adueñen del control. Otras personas nos pueden ayudar dándonos un sentido de perspectiva y nuevas ideas para enfocar los problemas. Para que puedan ayudarnos, necesitamos decirle qué está ocurriendo exactamente, lo que pensamos y preguntarles qué opinan.

 

¿Cómo corresponder?

 

La reciprocidad es la base de cualquier relación sólida. Se trata de relaciones de apoyo y motivación mutuos. La reciprocidad no siempre tiene que darse con la misma moneda. Puede que recibamos consejo y lo retribuyamos con una invitación. Mostremos a nuestros amigos y colegas que no mantenemos las relaciones únicamente en beneficio de nuestra motivación.

 

A medida que nosotros y nuestros amigos, familiares y colegas nos apoyemos unos a otros, las relaciones se fortalecen, aprendemos a motivarnos mutuamente y damos un paso hacia el control de nuestra vida laboral, con inteligencia emocional.

 

c-Los “mentores emocionales”

 

Si podemos pensar en una persona a quien quisiéramos tener en nuestra vida laboral, un héroe que nos inspire, ésta es la persona que debemos elegir como “mentor emocional”. Esta persona nos puede servir como modelo de motivación, es el individuo al que preguntaríamos: “¿Qué harías tú en esta situación?, ¿Cómo te sentirías en esta situación?”. Da igual que nuestro mentor esté vivo o muerto, sea real o imaginario, lo fundamental es que nos motive. Weisinger propone los siguientes consejos para sacar provecho de nuestro “mentor emocional”.

1-Elijamos como mentor a una persona que nos resulte extraordinariamente motivadora.

 

2-Elijamos un momento motivador de la vida de esa persona, y revisémoslo a menudo.

 

3-Evoquemos a menudo a nuestro mentor. Cuanto mas evoquemos a nuestro mentor y revivamos un momento de inspiración en la vida de esa persona, más fácil le resultará a nuestro mentor provocar nuestra motivación.

 

d-Nuestro entorno

 

La mayoría de nosotros no tiene mucho control sobre su entorno laboral, sin embargo en nuestras manos está la posibilidad de hacer unas cuantas cosas para dar al lugar de trabajo un carácter más motivador. Las tres áreas que nos propone Weisinger son:

1-Convertir nuestro lugar de trabajo en un espacio agradable y motivador.

2-Rodearnos de objetos motivadores.

3-Organizar nuestro lugar de trabajo de forma que nos beneficie, en lugar de perjudicarnos.

 

Convertir nuestro lugar de trabajo en un espacio agradable y motivador

 

Esta demostrado que, del mismo modo que la salud puede ejercer una gran influencia sobre nuestro nivel de motivación, el medio ambiente también afecta nuestra conducta. Nos referimos a la luz, la ventilación, los sonidos y los objetos que nos rodean en el trabajo. Para poder concentrarnos en nuestras actividades y ser productivos, estos cuatro elementos deben estar orientados hacia nuestro bienestar.

 

Por lo general, no notamos cuando el aire que respiramos es limpio y fresco, pero sí cuando no lo es. (Son los “factores de higiene o mantenimiento” que plantea Hertzberg en su teoría sobre los factores motivacionales). Imaginemos entrar en un salón de reuniones lleno de humo y sucio, o un despacho sin ventilación o luz insuficiente. Igualmente, los olores tienen un efecto sobre la motivación. Los ruidos pueden limitar la concentración de la gente, pero una música adecuada puede contribuir a crear un ambiente agradable.

 

Rodearnos de objetos motivadores

 

Pinturas o fotos, de familiares, de “mentores” que nos inspiran, o de paisajes, pueden hacernos mas agradable el entorno laboral. Fotos de líderes (deportistas, artistas, etc.) o de situaciones inspiradoras pueden estimularnos en momentos difíciles. En algunos casos, flores naturales o artificiales, peceras u otros elementos pueden contribuir a romper la monotonía.

 

Organizar nuestro lugar de trabajo de modo que nos beneficie, en lugar de perjudicarnos

 

Intentamos trabajar en un proyecto, pero avanzamos poco porque no encontramos los papeles que necesitamos, los números de teléfonos importantes están en papeles dispersos quién sabe dónde y no hay una superficie despejada donde trabajar. El proyecto no podrá iniciarse hasta que ordenemos los papeles en carpetas, limpiemos el escritorio y tengamos a mano todo lo que vayamos a necesitar.

 

El entusiasmo por hacer un trabajo puede durar poco si el lugar de trabajo no está orientado a la comodidad y la accesibilidad. Cualquier cosa que hagamos para organizar nuestro entorno de trabajo con el fin de motivarnos valdrá el tiempo y esfuerzo que invirtamos. Algunas sugerencias que se pueden aplicar para esto:

-Tener la documentación que podamos necesitar ordenada de forma que podamos acudir a ella rápidamente, aplicando el criterio que nos resulte más práctico: por temas, por años, alfabéticamente, una guía numérica, o cualquier otro.

 

-Aplicar el principio “un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”.

-Mantener al día el archivo de todos los papeles en el lugar que corresponda.

 

Si vamos a realizar una tarea que nos llevará algún tiempo y necesitaremos consultar documentos que están en diferentes lugares, se recomienda proceder de la siguiente forma:

 

-retirar del buró o mesa donde trabajaremos, todo lo que no tenga relación con ese asunto;

-preparar una lista tentativa del orden en que haremos el trabajo, señalando al lado de cada tema, la información que necesitaremos y dónde podemos encontrarla;

-localizar la información que necesitaremos para desarrollar el primer punto, asegurándonos que es la suficiente y necesaria;

-poner en el buró esa información, en el orden que nos convenga;

-preparar el primer punto;

-al concluirlo, volver a poner los documentos utilizados en su lugar, si no necesitamos consultarlos más adelante;

-proceder de la misma forma con las partes restantes.

 

Cómo enfrentarnos a los contratiempos y sacar ventaja de ellos

 

Todos hemos experimentado contratiempos en determinados momentos de nuestra carrera. Los contratiempos nos desvían de nuestro camino y reducen nuestra energía y entusiasmo. Ejemplos de situaciones que pueden causar contratiempos son: una pobre evaluación del desempeño, la cancelación de un proyecto, el rechazo de un ascenso. “La persona emocionalmente inteligente, no sólo sabe qué hacer ante los contratiempos, si no que suele sacar ventaja de ellos”, plantea Weisisnger.

 

Muchas veces, ante un contratiempo, el impulso que teníamos se detiene, nuestra autoestima, se resiente. Probablemente sentimos emociones negativas: depresión, miedo, ira, ansiedad. Esto puede afectar a otras áreas de nuestra vida: la familia, las amistades y las autoridades no laborales.

 

Cada persona responde de forma diferente a un mismo contratiempo. Un vendedor que pierde una cuenta puede caer en una depresión; otro, en la misma situación, reconoce sus errores, toma impulso y se lanza a gestionar nuevas ventas. Después de perder el trabajo, una persona cae en la bebida, mientras que otras aprovechan el “problema” para estudiar y cambiar su tipo de trabajo.

 

Lo que diferencia a unos de otros es la capacidad de recuperarse. Lo que hace que una persona sea más resistente que otra no es un “gen especial”, sino la capacidad de procesar y utilizar de forma productiva las emociones generadas por la experiencia del contratiempo. Cuentan que Napoleón decía: “los hombres no pueden evaluarse por las veces que se caen, sino por las veces que son capaces de levantarse”.

 

Muchas de las herramientas y técnicas que se han comentado en otros trabajos pueden servirnos para esto, como son:

-Sintonizar con nuestros sentimientos e interpretaciones

-Utilizar reafirmaciones motivadoras y diálogos internos positivos.

-Mantener el sentido del humor.

-Practicar la relajación.

-Realizar actividades físicas.

-Utilizar técnicas de solución de problemas.

-Confiar en nuestro “equipo de respaldo”.

-Reafirmar nuestras metas y plantearnos otras.

 

Por lo general, experimentamos un contratiempo como una pérdida: perdemos el rumbo, la motivación, la confianza, la autoestima y el entusiasmo. Es posible que perdamos algo mas concreto como un ascenso, un aumento de sueldo, la aprobación de un proyecto e inclusive el empleo. Aunque la velocidad con la que superamos un contratiempo y la manera en que lo hacemos varía de un individuo a otro, las etapas por las que transitamos, según Weisinger, son comunes: incredulidad, ira, deseo de volver atrás, depresión, aceptación, esperanza, actividad positiva.

 

Es necesario experimentar y afrontar cada etapa pasando con éxito de una a otra. La incapacidad para hacerlo nos mantiene estancados en una etapa concreta y, por tanto, lejos del desenlace positivo.

 

El proceso de tránsito por las distintas etapas es sumamente fluido. En ocasiones, experimentamos varias etapas a la vez, en otras nos estancamos y a veces recaemos en una etapa ya superada. No existe una fórmula única para transitar por las distintas etapas, la única condición es trabajar concienzudamente en cada una de ellas, concluye Weisinger proponiendo algunos consejos para manejarlas, que podrán comentarse en trabajos posteriores.

 

Resumen y conclusiones

 

1- La automotivación es la aptitud de la inteligencia emocional que nos permite encontrar energías para superar un contratiempo y seguir adelante.

 

2- Las cuatro fuentes de automotivación a las que podemos acudir son: nosotros mismos (experiencias anteriores, autoestima, seguridad en sí mismo); amigos comprensivos, familiares y colegas; un “mentor emocional” (real o ficticio, vivo o fallecido); nuestro entorno laboral.

 

3- Con independencia de la fuente a la que acudamos deben estar presentes aptitudes como: la confianza, (nos da la certeza de que tenemos la capacidad para llevar a cabo la tarea); el optimismo, (esperanzas de que el resultado será positivo); la tenacidad, (que nos mantiene centrados en la tarea); el entusiasmo, (que nos permite disfrutar del proceso); y la resistencia (que nos permite empezar otra vez, a partir de cero).

 

4- Entre las técnicas a las que podemos acudir para encontrar la motivación en “nosotros mismos” están: afirmaciones motivadoras, juegos mentales (el “Día Uno”; el “Mejor día laboral”); delimitación temporal y focal; imágenes mentales; autocrítica constructiva; establecer metas significativas.

 

5- Al acudir a “amigos comprensivos, familiares y colegas”, debemos preguntarnos: ¿Qué buscar? (confianza, idoneidad, disponibilidad); ¿Qué pedir?; ¿Cómo corresponder?.

 

6- Para acudir a “mentores emocionales”: elegir alguno que nos resulte motivador; seleccionar un momento de su vida que nos resulte inspirador; evocarlos a menudo.

 

7- Sobre “nuestro entorno”, como fuente de motivación: convertir nuestro lugar de trabajo en un espacio agradable; rodearnos de objetos motivadores; organizarlo de modo que nos beneficie.

 

8- Para “enfrentarnos a los contratiempos y sacar ventaja de ellos”: sintonizar con nuestros sentimientos e interpretaciones; utilizar reafirmaciones motivadoras y diálogos internos positivos; mantener el sentido del humor; practicar la relajación; realizar actividades físicas; utilizar técnicas de solución de problemas; confiar en nuestro “equipo de respaldo”; reafirmar nuestras metas y plantearnos otras.

 

9- Manejar adecuadamente las etapas por las que transita nuestro proceso emocional al enfrentar un contratiempo, como son: incredulidad; ira; deseo de volver atrás; depresión; aceptación; esperanza; y actividad positiva.

 

AUTOR(A): Alexis Codina TEMA: Inteligencia Emocional PUBLICADO: 26/01/2011

 

Este artículo es Copyright de su autor. El es responsable por el contenido y las opiniones expresadas, así como de la legitimidad de su autoría. El contenido puede ser incluido en publicaciones o webs con fines informativos y educativos pero no comerciales.

 

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Fuente: DeGerencia 

Imagen: Self motivation 

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miércoles, 6 de abril de 2011

12 trampas de dinero que todos debemos evitar


La mercadotecnia, la publicidad, y las ganas de tener objetos o experiencias nos hacen caer en trampitas. Algunas fuertes, otras no tanto, pero todas son dignas de esta lista para que las tengas siempre en cuenta:

1.  Disfruta hoy paga mañana. Aunque han perdido su esplendor, las promociones de pague quien sabe cuando siguen vigentes. El peligro: como no pagamos luego luego, no nos “duele” y gastamos ya sea de más, o en lo que no podemos pagar.

2. 3X2. Para empezar quién necesita 3? a menos que sea jabón de baño, rara vez necesitamos 3 piezas de lo mismo. Es una trampa porque nos hace comprar de más.

3. Uno por $5 o 3 por $15 Lleve la promoción! No es broma, Mi esposo en una convención de cómics, ayudaba a un amigo a vender material de dibujantes. No recuerdo que artículo estaba a $5 y para divertirse, pusieron un letrero que decía: Llévate 1X$5 o 3x$15. Cuando vieron que más de 3 se “compraban” la promoción entusiasmados, pararon el “bizne”. Fue una gran lección.

4. Crédito pre aprobado. Yo no se porque pero la palabra pre aprobado parece tener poderes mágicos de atracción. BEWARE.

5. Meses sin intereses. Esta ya es clásica. No siempre se convierte ne trampa, claro, pero más de dos han caído del lado oscuro de esta promoción.

6. 0% de comisión por apertura. Ultimamente he visto algunos créditos de consumo (préstamos) anunciarse así. Dan la idea de que hay costo 0% aunque no lo están diciendo tal cual. Tramposo y mucho.

7. Pagar menos x más tiempo. La trampa clásica de los créditos en general. Muy común en el crédito hipotecario. Se paga una mensualidad baja (quizá por el miedo a no poder pagar)  a 35 años! por supuesto que mientras más largo es el plazo, más caro te sale a ti. Es lo que hacen tiendas como Elektra, Coppel o Femsa. Abonos chiquitos, precio gigantesco.

8. Oferta limitada. Esta es una de las más peligrosas porque suelen usarla los estafadores de gran vuelo. Pero aunque no sea una estafa, si una oferta es por un corto corto tiempo, lo más probable es que no nos den tiempo de pensarlo bien. Hay que alejarse. Donde una puerta se cierra, otra se abre.

9. El carro/casa de tus sueños. Si, y los gastos extras apá? es una gran trampa pensar solo en el costo del objeto cuando se obtiene. Hay que pensar en la tenencia, el predial, el mantenimiento, las refacciones, etc. etc.

10. Alto rendimiento-bajo riesgo. La muerte de las inversiones y una de las razones por la que la gente tiene miedo a invertir. Tantos fraudes demasiado bello para ser verdad? entonces es mentira.

11. Las tarjetas son para emergencias. Ok, no me voy a clavar en este punto, porque si no no acabo, solo les digo lo que ya alguna vez pregunté : ¿de verdad creen que la solución a una emergencia de dinero, es pedir prestado??

y hablando de pedir prestado…

12 Prestarle a un amigo/conocido/familiar. Trampa muy común en la que además, se rompe la relación con el deudor. Porque créanme, el que pide prestado, rara vez paga.

Si tienen más trampitas, pásenlas para hacer la segunda parte!

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El mundo de las finanzas es muy delicado y a veces no somos conscientes de que estamos en una selva, donde los entes económicos nos ven como sus presas. Por ello harán lo que sea para sacar de nuestro bolsillo todo el dinero que puedan. Y peor aún: nosotros mismos se lo entregamos en bandeja de plata.
Estos consejos son muy buenos y si los seguimos, vamos a tener siempre dinero en la cartera. De otra forma seguiremos viviendo esperanzados al siguiente pago para sobrevivir.

Yohel

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lunes, 4 de abril de 2011

Finanzas a prueba de tontos: 5 pasos para empezar

Todo suena muy complicado: presupuesto, ahorro, porcentajes, inversiones, rendimientos. Aquí una GUÍA sencilla para empezar a ordenar tus finanzas sin tanta complicación.

En las Preguntas financieras, me preguntaron por lugares que publicaran una serie de fórmulas fáciles de seguir para quien empieza a ponerse en orden en esto de las finanzas. No conozco ninguno, así que ¿porqué no empezar yo?

1. Del dinero que ganes aparta SIEMPRE una cantidad. Si no tienes familia la tercera parte será bueno, la mitad ideal. Si eres padre de familia, una cuarta parte será bueno, una tercera parte lo ideal.

2.Abre una cuenta de banco que esté ligada a un fondo de inversión seguro. NO tienes que aprender mucho, ni complicarte. Tu banco te pueden orientar. El fondo LQ de Ixe esta bien: es seguro, esta ligado a tu chequera y dispones de tu lana diario. Un pagaré puede ser otra buena opción. No lo dejes en una cuenta corriente porque no te dará ningún tipo de ganancia y tu dinero se irá diluyendo.

3. NUNCA cargues con la tarjeta de débito de tu cuenta de ahorros.

4. No uses tarjetas de crédito. Si crees que te hace falta para ciertos trámites y compras, asegúrate de que el límite (la cantidad que te prestan) sea poco. Una buena cantidad es un octavo de lo que ganas. Por ejemplo, si ganas $8,000, que tu tarjeta NO exceda los $1,000, $1,200 de límite. Si tiene problemas financieros y crees que esto es poco y que tus necesidades de crédito son mayores, te sugiero cortar con tijeras tu tarjeta.

5.NUNCA, nunca escuches a nadie que te pida sacar tus ahorros para “invertirlos” en algo que no entiendes. Mejor que digan que uno es tonto a que nos desplumen.

La riqueza, la abundancia no son cuestiones de inteligencia. A decir verdad, hay muchas personas brillantes paradas en este planeta que tienen severos problemas con el dinero día a día. Por el contrario, también abundan los Forrest Gumps con enormes sumas acumuladas de dinero. ¿La razón? el dinero tiene más que ver con nuestros prejuicios, con nuestras ideas, con malentendidos, y hasta fobias. Mientras que todas estas cosas se pueden quitar con terapia, la mejoría de tus finanzas puede empezar con mantener las cosas SIMPLES. Sin trampas, con constancia.

Este post fue publicado por primera vez en mayo de 2009

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