jueves, 23 de septiembre de 2010

¿Exito o fracaso?. Consejos para ser exitoso  | GestioPolis

¿A quién no le gustaría ser un triunfador? Todos deseamos el triunfo. Pero, ¿qué hacemos realmente para ser triunfadores?

Todo lo que se quiera lograr de la mejor manera y, con los menores inconvenientes posibles (objetivos), debe ser planeado. Vivimos el día a día a la espera de que ‘las oportunidades lleguen solas’. Hay quienes dicen y, de ello están convencidos, de que las oportunidades se da a diario. No nos opongamos a ese pensar y, más bien reforcemos la teoría añadiendo, el que debemos estar preparados para detectarlas y saberlas aprovechar.

Los reveses que sufrimos en la vida (personales, de amistades, de estudios, de pensamiento, de ideologías, de comportamientos, de imagen, etc), pueden enseñarnos mucho (retroalimentación). Si aprovechamos las lecciones, y aplicamos los debidos correctivos, nuestras posibilidades de triunfar se ampliarán. Es posible aprender de los fracasos; poner en claro qué los causó, y enmendarlos. Usted dispone del poder para cambiar.

Hay que analizar muy bien las derrotas; estudiar sus verdaderas causas y una vez detectadas éstas, hacerle frente con pasión, entereza, carácter y ante todo con decisión.

Cuando fracasamos en algún cometido, lo ‘normal’ es empezar a buscar culpables : ‘mala voluntad de la gente’, ‘poco entendimiento hacia mis ideas’, ‘no están de acuerdo al que yo sea diferente’, ‘mis ideas están por encima de sus pobres pensamientos’, ‘temen a mis capacidades’, ‘les enfada el que sea simpático (a)’, ‘les molesta mi introversión o extroversión’, etc., pero no pasamos la antesala de nosotros mismos para indagar que hay más allá de esas justificaciones facilistas. Si usted tiene algún conflicto de este tipo, quizá se trate en realidad de una deficiencia suya, para relacionarse con la gente.

Recuerde la frase publicitaria ‘una imagen vale más que mil palabras’, intentemos cuidar nuestra imagen ante los demás. Es difícil, pensará usted y, definitivamente tiene razón. Es bastante difícil. Pero no imposible.

Hay que trabajar por conseguir un alto grado de interacción social. No discriminar clase social, religión, color y, mucho menos aplicar el regionalismo. Ésta última es quizá, junto con la discriminación de raza, la que más popular en el medio. Si usted tiene algún conflicto de este tipo (deficiencia suya), apártela de su mente; piense en la igualdad en todo sentido, ya verá como le irá mejor.

Los hombres somos ‘animales sociales’. Algunos han salido avante en la soledad durante algún tiempo, a base de puro talento, pero la mayoría de las ocupaciones implican relacionarse permanentemente con otras personas. Se podrá tener una gran inteligencia para lo académico y, no obstante, carecer de inteligencia social: es decir saber escuchar, tener tacto, aceptar y hacer criticas en forma convincente. Las personas que gozan de gran inteligencia social reconocen sus errores, aceptan la censura justificada y siguen adelante. Además, saben granjearse el apoyo de sus colaboradores.

Quiere ser un fracasado. Adelante, la gente está dispuesta a colaborarle.

Recuerde que todo es reciproco. Da para recibir. Si no te das a ‘querer’ o a estimar de la gente, estás pidiendo a gritos que te ‘odien’, que te discriminen, que te corten el paso hacia el triunfo. Los compañeros de trabajo e incluso los subalternos, pueden contribuir a que te hundas. Todos necesitamos de todos. No ha habido en la historia un triunfador, que podamos mencionar como ‘triunfador solitario’, siempre hubo a su alrededor muchas o pocas personas que de una u otra manera le apoyaron, directa o indirectamente.

El que tiene inteligencia social, así cometa los errores más garrafales, nunca estará solo. Cuando se equivocan, sus partidarios, amigos y aun los que no lo son, estarán dispuestos a ayudarlos a recuperarse.

A nuestro alrededor hay personas bien intencionadas que piensan en ayudarnos, pero vivimos con la guardia en alto. Las sugerencias, observaciones y/o comentarios, los tomamos como ‘criticas mal intencionadas’, y si tenemos poca habilidad social, nos resultará difícil aceptar esas criticas. Si ellas no han sido presentadas sutilmente, nos ponemos a la defensiva y desencadenamos nuestras emociones, ya que consideramos han ‘herido nuestro ego’; negamos tener alguna responsabilidad, nos enfurecemos y exteriorizamos nuestro mal humor.

‘La falta de autoestima es una causa básica de fracasos. Para comprometerse en una empresa y alcanzar el éxito es necesario creer que uno es capaz de hacerlo... Las personas que no están seguras de sí mismas, por bien que se expresen, suelen hacerlo en tono de interrogación. Es posible proyectar una imagen de seguridad, aunque no se sienta uno seguro’.

Aplicando los conceptos de Frederick Taylor y de Henri Fayol, ‘debemos ser unos especialistas en lo que hagamos’. Algunas personas hacen tantas cosas a la vez que acaban no haciendo bien ninguna. Reconozcamos nuestras propias limitaciones, fijémonos prioridades y reforcemos nuestros puntos fuertes, ya nos daremos cuenta que, más cerca estaremos del éxito.

Fracasar ni pensarlo. Ser un fracasado, menos. Pensemos sólo en triunfar. La psicóloga Annes Sheikn afirma ‘Los investigadores han comprobado que la práctica mental puede tener el mismo efecto que la práctica real’. ‘En muchos sentidos, el cerebro no distingue un evento real de uno imaginario’, afirma el Dr. Gerald Epstein, médico que trata mediante imágenes mentales los trastornos físicos y emocionales, afirmando en tal sentido que, cuando alguien se hace una representación mental del éxito, en rigor está creando recuerdos. ‘De ese modo se crea una nueva pauta de conducta’, concluye.

Imaginémonos triunfadores. Proyectemos lo que queremos lograr y trabajemos para lograrlo. ‘Una detallada representación mental del éxito es más que una fantasía. Una fantasía suele tener lagunas, pues quien fantasea salta demasiado rápido a su objetivo. En el proceso de visualización se deben imaginar las etapas que hay que ir superando, y se avanza paso a paso hacía la meta’.

Shakti Gawain, autora de Creative Visualization (Visualización Creativa) dice: ‘Lo más importante es hacer de la visualización creativa parte de nuestra vida diaria’. Te invitamos a la práctica diaria, empieza a ‘disfrutar’ de antemano lo que puede brindarte el logro de tus metas, comunícale a tu subconsciente lo que quieres hacer, ser, lograr, ella te ayudará. No esperes resultados inmediatos, pero ten la seguridad que lo que quieres lograr se te dará. (Fe).

Revisa periódicamente tu entorno. Aplica en tu persona el análisis Dofa, descubre tus fortalezas, sigue fortaleciéndolas. Trabaja permanentemente por transformar tus debilidades en fortalezas. Detecta las oportunidades que se te brindan a diario, captúralas, y por último, no descuides las amenazas, que son comunes en este mundo de competencia; conócelas y ‘destrúyelas’, convirtiéndolas en oportunidades.

Este artículo se publicó originalmente en la Revista Inesco No. 1 de Noviembre de 2001.Bogota-Colombia.

William Jiménez Lemus - wjlemusarrobahotmail.com

Administrador de Empresas.

Asesor Recursos Humanos y Docente.

 

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domingo, 19 de septiembre de 2010

Plan de negocio. Un instrumento para afianzar el éxito en las start-up | GestioPolis

En las últimas tres décadas, una parte sustancial de las innovaciones se ha producido a través de empresas surgidas expresamente para explotar oportunidades tecnológicas y de mercado detectadas por su equipo promotor.

Este fenómeno se ha dado tanto en España como en el resto de países desarrollados y ha sido especialmente importante en sectores como el software, las telecomunicaciones, internet, las energías renovables, la biotecnología, los medical devices o la nanotecnología.

Los planes de negocio son una herramienta imprescindible para justificar un nuevo proyecto empresarial y describir las acciones y recursos necesarios para desplegarlo, ya se trate de una nueva empresa, una nueva línea de negocio o un spin-off.

Al fundamentar el proyecto, las actuaciones y medios requeridos y su impacto estimado, los planes de negocio se convierten en un instrumento útil para juzgar su potencial.

Propósito de los planes de negocio

Los planes de negocio tienen tres finalidades. La primera es planificar las acciones ante una oportunidad y evaluar su viabilidad. La segunda es justificar y comunicar el proyecto a personas u organizaciones que puedan aportar fondos. Y la tercera es establecer sus objetivos e hitos de desarrollo.

Elaborar un plan de negocio es un ejercicio valioso que da a su promotor la oportunidad de realizar una reflexión estratégica sobre el proyecto. Esto permite considerar aspectos relevantes para su éxito futuro como:

- Analizar la industria y el mercado.
- Definir las acciones, recursos y organización necesarios.
- Anticipar y prevenir los obstáculos y riesgos.
- Establecer objetivos para evaluar el progreso del proyecto.
- Simular el impacto financiero de las acciones y recursos utilizados para valorar la viabilidad de la empresa.

Asimismo, el plan de negocio es un elemento esencial para comunicar y conseguir fondos para dicho proyecto, ya se trate de capital que proceda de inversores, de créditos de entidades financieras o de subvenciones, créditos blandos o inversiones por parte de entidades públicas de promoción económica.

Cuando el plan de negocio sirve para captar recursos, se convierte en un compromiso respecto al cual los inversores y acreedores del proyecto comprometerán los fondos y evaluarán al propio proyecto. Además, se convierte en un punto de referencia para las valoraciones de la empresa y las negociaciones para la entrada en el capital.

El plan de negocio no sólo comunica con detalle cómo el promotor piensa actuar para aprovechar la oportunidad. También refleja su nivel de comprensión del mercado, las operaciones, las necesidades de recursos y los retos, además de la calidad de su pensamiento y su creatividad.

Factores de fracaso en las nuevas iniciativas

Numerosos estudios han analizado las causas del éxito y el fracaso de los nuevos proyectos empresariales. Las causas del fracaso más mencionadas son:

- Problemas organizativos y de negocio.
- Nivel de ventas insuficiente.
- Problemas financieros.

Los problemas organizativos y de negocio pueden lastrar el desarrollo del proyecto. Si no se establece una organización y unos procesos claros, será más difícil que la organización detecte y resuelva las cuestiones competitivas clave. Tampoco se podrán superar esos obstáculos si la empresa no obtiene unos recursos y personal con las capacidades idóneas, a nivel técnico y directivo, para llevar a cabo con éxito el proyecto.

Unas ventas insuficientes provocarán que la empresa no pueda cubrir sus costes fijos, lo cual creará un problema en la cuenta de resultados que, antes o después, afectará a la tesorería.

Esas menores ventas pueden deberse a que el mercado crezca a unas tasas inferiores a las previstas. Pero también pueden derivarse de que la penetración efectiva del nuevo producto en el mercado sea menor. Esta menor adopción sería el resultado de sobrevalorar la proposición de valor del nuevo producto en relación a sus competidores y sustitutivos.

En cuanto a los problemas financieros pueden deberse a dos causas principales. La primera son las dificultades en la obtención de financiación del proyecto. Y la segunda son los problemas en la gestión del cash flow generado por el mismo.

Estos problemas en el cash flow generado pueden derivarse de problemas en la cuenta de resultados. Aparte de proceder de unas ventas insuficientes, pueden haberse previsto los costes de una forma optimista. Así, se pueden haber estimado unos costes demasiado bajos, ya sean de desarrollo del producto, de esfuerzo comercial para introducirlo, o de haber sobredimensionado la organización para la demanda efectivamente materializada.

Finalmente, la temporización de los cobros y pagos puede diferirse respecto a la prevista. Los retrasos en el proyecto aplazan el momento de arranque de la comercialización, pero también se puede haber estimado un ciclo de venta más corto que el que realmente se acabe dando.

Una vez realizada la venta, los plazos de cobro efectivos pueden alargarse debido a un mayor poder de negociación del comprador, por retrasos en la entrega del producto o servicio, o por retrasos en el cobro del cliente.

Por el otro lado, los plazos de pago de la empresa pueden acabar siendo menores a los previstos si se sobreestima la capacidad de negociación ante los proveedores.

Así pues, de no conseguirse unos niveles de ventas, de fondos y un ciclo de caja adecuados, la nueva empresa irá consumiendo poco a poco sus recursos financieros hasta su extenuación.

Criterios de evaluación de los planes de negocio

Los criterios que buscan los inversores en los nuevos proyectos son aquellos que contrarrestan los riesgos anteriores. La lista de elementos valorados es muy amplia pero, a modo de resumen, los más importantes se refieren a la personalidad y experiencia del empresario, las características del producto y mercado, y los aspectos financieros.

Las empresas de capital riesgo valoran especialmente la personalidad, experiencia y capacidad del equipo emprendedor. Buscan un equipo compenetrado y que disponga de habilidades en las funciones empresariales necesarias para que el proyecto salga adelante: experiencia comercial y marketing, en administración y finanzas, y en operaciones e I+D.

Este equipo debe tener una reputación por los resultados obtenidos en su trayectoria anterior y una experiencia relevante, a ser posible en el sector. La experiencia sectorial proporciona un buen conocimiento de los obstáculos y requisitos operativos y comerciales del negocio así como de las deficiencias y oportunidades en el mercado.

Los inversores valoran que el proyecto esté conectado con las necesidades de los clientes, especialmente que partan de sus problemas. Los proyectos basados en ofrecer soluciones sobredimensionadas a problemas poco importantes o con una diferenciación irrelevante están abocados al fracaso.

Una alta rentabilidad en un mercado con un alto crecimiento resulta muy atractivo a los inversores, dado que es más fácil penetrar en un mercado en ampliación que en uno estable.

Finalmente los inversores valoran enormemente la claridad y el realismo. Se requiere que el plan de negocio sea sencillo y preciso explicando el proyecto. Un emprendedor que sea confuso explicando su proyecto, es posible que no tenga claro el modelo de negocio o la prioridad con la que hay que ir desarrollando sus diferentes posibilidades.

Por otro lado, los inversores buscan planes realistas. Nada genera más sospechas sobre la capacidad y motivaciones de los promotores que los planes de negocio con enormes necesidades de fondos que tienen previsiones de ventas y beneficios excepcionalmente altos.

Planes de negocio y éxito

Diversos estudios han puesto de relieve la importancia de los planes de negocio para el éxito de los proyectos empresariales.

Delmar y Shane_ han encontrado una correlación positiva entre disponer de planes formales y recibir capital externo. También hallaron que haber elaborado planes de negocio aumenta las probabilidades de supervivencia y facilita el desarrollo de productos y la organización de la compañía.

Sin embargo, tal y como esos autores advierten, no sólo cuenta tener un plan formal sino también la calidad de su contenido y de su implementación. En este sentido, Reid y Smith_ no encontraron que tener un plan de negocio tuviera efectos sobre el rendimiento de los nuevos proyectos empresariales. Pero que sí que hallaron que la planificación mejoraba dicho rendimiento, entendiendo a esta como el número de meses que los directivos proyectaban los efectos de sus decisiones para evaluar su impacto.

Contenido y alcance del plan de negocio

El plan de negocio típico contiene una serie de secciones que describen los puntos básicos el funcionamiento planificado de la nueva iniciativa.

El nivel de detalle de estas secciones puede variar según el propósito del plan, su receptor, los recursos requeridos y la novedad del proyecto. Algunas de las secciones más accesorias pueden, incluso, desaparecer.

Así, un plan que exija pocos recursos para su despliegue puede permitirse el lujo de ser más sintético que uno que requiera grandes inversiones.

Asimismo, un documento dirigido a captar inversiones externas deberá ser más exhaustivo que uno que tan sólo desee ordenar el pensamiento sobre una oportunidad.

Por otro lado, la familiaridad con el sector que tengan los receptores del plan también determina su amplitud. Un inversor conocedor del sector dará por sentados determinados aspectos que será necesario aclarar a inversores sin esa experiencia.

Finalmente, los proyectos que presenten productos o servicios totalmente nuevos para el mercado deberán realizar unas explicaciones más minuciosas, dado que se debe educar al receptor sobre las características del mercado y producto, el modelo de negocio, las operaciones y el modelo financiero que se deriva.

A continuación se muestran las secciones típicas de un plan de negocio:

1. Resumen.

a. Resumen ejecutivo del proyecto.

2. Datos de la compañía.

a. Antecedentes y justificación del proyecto.
b. Equipo promotor.
c. Estado actual.

3. Actividad de la compañía y producto.

a. Descripción del producto / servicio.
b. Modelo de negocio.
c. Comparativas del producto.
d. Cronograma.

4. Análisis del sector y estrategia.

a. Definición del mercado. Datos de interés.
b. Competidores.
c. Clientes.
d. Análisis DAFO.
e. Estrategia propuesta.

5. Plan de marketing.

a. Estrategia de marketing.
b. Proposición de valor del producto o servicio.
c. Política de precios.
d. Previsión de ventas.
e. Canales y distribución.
f. Plan de comunicación.
g. Plan comercial.

6. Operaciones y tecnología.

a. Estrategia de operaciones.
b. Desarrollo de producto.
(i) Funcionalidades y arquitectura.
(ii) Mapa de desarrollo.
(iii) Costes de desarrollo.
c. Plan de operaciones.
(i) Mapa de procesos.
(ii) Plan de producción.
(iii) Recursos operativos. Descripción y previsiones.
(iv) Recursos tecnológicos.
(v) Costes operativos.
(vi) Proveedores y partners.
(vii) Plan de calidad.

7. Organización

a. Organización.
(i) Organigrama propuesto.
(ii) Definición de funciones.
(iii) Roles y asignación.
(iv) Control de gestión.
b. Recursos Humanos.
(i) Política de recursos humanos.
(ii) Plan de retribución.
(iii) Plan de plantilla.

8. Aspectos jurídicos y sociales.

a. Forma jurídica.
b. Patentes y marcas.
c. Obligaciones fiscales, laborales y administrativas.
d. Prevención de riesgos laborales y aspectos medioambientales.
e. Responsabilidad social empresarial.

9. Plan financiero. a. Estrategia financiera.

b. Bases de cálculo.
c. Cuenta de resultados previsional.
d. Balances previsionales.
e. Presupuesto de tesorería.
f. Pla de inversiones.
g. Necesidades financieras y uso de los fondos.
h. Principales ratios y conclusiones.

10. Inversión.

a. Fondos propios actuales.
b. Inversión solicitada y condiciones propuestas.
c. Órganos de gobierno societario.
d. Pactos societarios.
e. Estrategia de salida.

11. Próximos pasos.

a. Objetivos, fases, actividades e hitos para el despliegue.
b. Riesgos.

12. Anexos.

Según necesidades.

Conclusiones

Los planes de negocio son documentos que permiten a los emprendedores analizar oportunidades de mercado y diseñar la organización idónea para explotarlas.

Sirven para describir cómo los promotores pretenden sortear los obstáculos a la viabilidad de la iniciativa, en especial los comerciales, financieros, operacionales y organizativos. Por ello se convierten en una herramienta idónea para comunicar y justificar dichas iniciativas a inversores.

Los planes de negocio deben probar que establecen una estrategia y organización claras y razonables para necesidades significativas del mercado, a través de un equipo capacitado para hacer frente a las vicisitudes previstas e imprevistas.

Por estos motivos, los planes de negocio no son sólo un requisito imprescindible para dirigirse al mercado para captar fondos. Como demuestran diversos estudios, pueden convertirse en un ejercicio de planificación sólida que aumente las probabilidades de éxito de la empresa.

Notas:

1 : Macmillan, I. C., Siegel, R. y Narasimha, P. N. S.: “Criteria Used by Venture Capitalist to Evaluate New Venture Proposals”. Journal of Business Venturing, (1985), 1(1).

2 : Delmar, F. y Shane, S.: “Does Business Planning Facilitate the Development of New Ventures?”. Strategic Management Journal, (2003) 24(12).

3 : Reid, G. C. y Smith, J. A. (2000): “What makes a New Business Start-up Succesful?”. Small Business Economics, (2000), 14(3).

Autor: David Coloma Guerrero - d.colomaarrobacynertiaconsulting.com

Director de Proyectos de Cynertia Consulting.

 

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Consejos para ser millonario

 

consejos para ser millonario

Veamos algunos consejos que nos ayudarán en nuestro camino a ser millonarios:


Desarrollar mentalidad de millonario

El primer consejo para ser millonario consiste en desarrollar la mentalidad de millonario, lo cual implica pensar en ser millonario la mayor parte del tiempo, pensar siempre en la forma de cómo llegar a ser millonario, estar atento a todas las oportunidades que nos permitan ser millonarios, etc.


Desarrollar la mentalidad de millonario también implica establecer metas que nos ayuden a alcanzar nuestro principal objetivo que es el de ser millonarios, comprometernos con dichas metas y hacer todo lo posible por alcanzarlas, y actuar de acuerdo a estas metas y no hacer cosas que nos desvíen de ellas.


Gastar poco

El siguiente consejo para ser millonario es gastar poco, lo cual implica considerar cada gasto, evitar gastos innecesarios, consumir poco, buscar siempre ofertas y descuentos, comparar bien precios antes de comprar, no comprar nuevo si podemos comprar usado, no comprar si podemos alquilar, no alquilar si podemos pedir prestado.


Gastar poco significa vivir una vida por debajo de nuestras posibilidades, aunque es aconsejable que de vez en cuando nos demos algunos gustos para así desarrollar nuestra mentalidad de millonario, por ejemplo, ir al mejor restaurante, hospedarnos en el mejor hotel, o hacer cualquier otra cosa que haríamos si ya fuéramos millonarios.


Ahorrar

Para llegar a ser millonarios un requisito fundamental es adquirir el hábito de ahorrar, es decir, adquirir el hábito de destinar una parte del total de nuestros ingresos a una bolsa de ahorros, que luego nos servirá para empezar a invertir.


Lo recomendable es ahorrar como mínimo el 10% del total de nuestros ingresos, aunque si ello se nos hace difícil al principio no importa que empecemos con el 1%, la idea es ir adquiriendo el hábito de ahorrar, hasta que poco a poco vayamos aumentado este porcentaje.


Invertir

El secreto de la riqueza no es tanto el dinero que ingresa, sino lo que se hace con éste, es decir, no importa tanto los ingresos que uno tenga, sino su capacidad para administrar su dinero, ya sea para gastar poco, ahorrar y, sobre todo, para invertir.


Para empezar a invertir, no es necesario contar con mucho dinero, muchas personas ricas empezaron con menos de 1000 dólares; además, en caso de que nos falte dinero para invertir, podríamos pedirlo prestado o asociarnos con alguien.


Otro consejo es que antes de invertir nos informemos bien y analicemos bien una inversión, no invertir en algo que no sabemos o no llegamos a entender del todo; de ser ese el caso, debemos dejar pasar la oportunidad, sabiendo que ya aparecerán otras.


Actuar

Habíamos dicho que antes de invertir es necesario informarse y analizar bien, sin embargo, un consejo es que evitemos hacer ello en demasía, pues cuando pasemos a la acción, la oportunidad podría ya haber desaparecido hace tiempo y lo más probable es que otro ya la haya tomado.


Antes de invertir es importante prepararse, informarse, investigar, analizar y planificar bien, pero lo más importante es actuar; no prepararse, informarse, investigar, analizar o planificar en demasía; tomar una idea (que ni siquiera tiene que ser muy buena), y ponerla en práctica si tenemos la convicción de ello, sabiendo que ya habrá tiempo para corregir en el camino.


Capacitarse constantemente

Otro consejo para ser millonario consiste en capacitarse constantemente, ya sea estudiando, leyendo libros, tomando cursos, escuchando cintas, asistiendo a seminarios, o simplemente investigando en Internet.


Nuestro objetivo al capacitarnos constantemente debe ser el estar preparados para identificar, analizar y aprovechar de la mejor manera posible las oportunidades que se nos presenten; pero también el de llegar a ser los mejores en lo que hagamos.


Tener paciencia

Si queremos llegar a ser millonarios, debemos tener paciencia, no esperar convertirnos en millonarios de la noche a la mañana, sino, saber que el camino para a ser millonario es un camino largo.


Por ejemplo, no especular con nuestras inversiones y tomar riesgos innecesarios para ganar dinero rápido, sino, tener una visión a largo plazo, disciplinarnos para ahorrar y acumular dinero a través de los años, procurando que nuestra riqueza crezca de año en año.


Mantener las cosas simples

Otro consejo para ser millonario consiste en no complicarse la vida y mantener siempre las cosas simples.


Por ejemplo, no elaborar complejos planes de negocios de más de cien páginas, no tratar de saberlo todo antes de invertir, no realizar trabajos que podríamos delegar, no tratar de aparentar más de lo que en realidad sabemos, etc.


Rodearse de gente adecuada

Rodearse de gente adecuada consiste en identificar y contratar personas competentes que sean especialistas en sus respectivas áreas, y que todas juntas se complementen y forme un gran equipo de trabajo.


Pero también, rodearse de gente adecuada implica juntarnos con personas que tengan nuestros mismos objetivos de riqueza, que nos motiven o inspiren, o de las cuales podamos aprender; y, por el contrario, alejarnos de personas negativas, criticonas o pesimistas que puedan ser una influencia negativa para nosotros.


Buscar mentores

Otro consejo es buscar mentores y pedirles que compartan con nosotros sus secretos para ser millonario, que nos brinden información valiosa, o que nos ayuden a resolver nuestros problemas.


Buscar uno o dos mentores, y no tener miedo en pedir su ayuda (descubriremos que a las personas ricas les encantan compartir sus ideas y ayudar a los demás), invitarlos a comer o tomar un café, decirles que admiramos sus logros y que aspiramos también a convertirnos en personas ricas y exitosas.


Pero al buscar mentores, buscar personas que hagan o hayan hecho lo que nosotros queremos hacer y, sobre todo, que hayan tenido un éxito demostrado en ello, y que hagan o hayan hecho las cosas que nos dicen que hagamos.


Reducir impuestos

Gran parte de nuestras ganancias irá destinada al pago de impuestos, por lo que si queremos ser millonarios, otro consejo es que aprendamos a disminuir nuestros impuestos lo máximo posible, pero siempre de manera legal.


Para ello, a medida que nuestra riqueza crezca, debemos buscar un buen contador y un buen abogado fiscal y trabajar con ellos para desarrollar y aplicar todas las deducciones de impuestos que nos sean legalmente posibles.

Para más consejos sobre cómo ser millonario, te invitamos a leer el artículo: consejos para ser rico.

 

 

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jueves, 16 de septiembre de 2010

Si pudiera comenzar todo de nuevo...

Me atrevo - pecando de agorero - a decir que en un gran porcentaje todos en algún momento desearíamos retroceder en el tiempo; cambiar ciertas acciones o palabras dichas y comenzar de nuevo, buscando con ello corregir entuertos o alcanzar resultados diferentes.

Por supuesto que dicho deseo no es más que una forma por medio de la cual encontrar un alivio ante el azote inclemente de las consecuencias de nuestras acciones u omisiones en el pasado.

El asunto es que - como todos sabemos - todavía no se ha diseñado el artilugio que nos permita viajar al pasado.
Y si nos ceñimos a las últimas teorías, dicho dispositivo jamás podrá existir ya que ello conllevaría un caos enorme debido a las teóricas consecuencias de los cambios que todos realizaríamos.

Tal y como dice la canción el presente es lo único que tenemos y si persistimos en añorar el pasado y en temerle - o peor aun: menospreciarle - al futuro lo único que estaremos consiguiendo es desperdiciar ese valioso activo con el que contamos, con cada avance del segundero y fabricar las futuras añoranzas de todo lo q hicimos o dejamos de hacer AHORA.

Tratemos de darnos cuenta de ello, de manera que sepamos que el tiempo se acaba y de que es uno de los bienes más valiosos con el que contamos.
Siendo así dejemos de lamentarnos; curemos nuestras heridas; perdonémonos a nosotros mismos; determinemos que es lo que queremos del futuro; diseñemos un plan de trabajo para alcanzarlo y luego manos a la obra.

Así de sencillo y así de simple.

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sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Quieres disminuir los inconvenientes y malos entendidos? ¡Instrucciones claras, entonces!

En muchas circunstancias en mi vida he cometido muchos errores "sin querer queriendo" como dicen en un famoso programa de TV.

No hay nada más frustrante para mí que el hecho de haber cometido un error; causar demora en la entrega de un proyecto; faltar a la confianza de una persona o producir resultados que no eran los esperados.

Por otra parte también me ha pasado que doy instrucciones para que se ejecuten y entonces soy espectador asombrado de cómo los resultados fueron exactamente lo contrario de lo que necesitaba o de cómo las personas aplicaron su propia versión de lo que les había transmitido.

En ambos escenarios se ilustra un concepto que no es valorado por la mayoría de las personas – no vamos a decir ejecutivos o personal administrativo, ya que somos de la firme convicción de que esto aplica en todas las facetas de cualquier persona – y por ello los resultados al final no son los esperados: el de dar instrucciones simples y directas; y el de asegurarse de que los receptores hayan asimilado las mismas; que las tengan claras y estén en sintonía con la intención de quién dicta la instrucción.

  1. Las instrucciones tienen que ser simples: las instrucciones que se den DEBEN ser sencillas y simples, de manera que ameriten el menor esfuerzo posible por parte del receptor para su comprensión.
    También es importante asegurarse de que el encargado de ejecutar la misma tenga la capacidad anímica, académica y cultural para poderla llevar a cabo.

  2. Las instrucciones tienen que ser directas: las mismas no se deben prestar a interpretación, sino que deben contener todas las posibilidades que se puedan presentar; de manera que el receptor no tengo que aplicar – dentro de lo posible, por supuesto – su propio criterio para llevarlas a cabo, ya que ello puede ir en contra de la intención original de las mismas.

  3. Hay que asegurarse que el receptor tenga claro el concepto de la instrucción: es muy importante que después de dar una instrucción nos aseguremos que el receptor está claro en lo que se desea y en todas las consecuencias que puede acarrear el hecho de no ejecutarlas al pie de la letra.
    Se puede utilizar el método que prefiera el emisor de la instrucción, pero el más adecuado es un breve interrogatorio por medio del cual se pueda detectar cualquier confusión o mala interpretación de la intención original.

  4. Las instrucciones se deben dar, preferiblemente, por escrito: con ello ayudamos a lo planteado en los puntos inmediatamente anteriores, ya que como reza el dicho “Las palabras se las lleva el viento”.
    Debemos fomentar en las personas en nuestro entorno el hábito de apuntar, ya que el simple hecho de escribir algo que se nos transmite ayuda a la comprensión de lo que se nos está diciendo.
    Si nos acostumbramos a solo DECIR las instrucciones y no a APUNTARLAS aumentamos las posibilidades de que se desvíen de las mismas y se malogre el resultado final y esperado.

Con seguir éstos simples consejos nos ahorraríamos múltiples dolores de cabeza; enojos y frustraciones y podríamos asegurarnos de obtener los resultados esperados.

Dixi

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jueves, 9 de septiembre de 2010

La depresión, el mal de este siglo « ** PANA LETRAS *

-

Elodia Muñoz -

Existe un temor natural a perder la salud, lo que es comprensible en todo ser humano, por lo que admiro la actitud de aquellos que por un motivo fortuito la pierden.

Hoy exalto la gran valentía, aplomo, valor y dignidad de la que fue mi compañera y amiga, PS. Lourdes Ulloa, a quien el cáncer le ganó la batalla, pero nos legó un regalo de vida.   Nos conocimos cuando laborábamos en la Gobernación de Panamá, sufrimos con su enfermedad, le apoyamos en sus quimioterapias y fue en esta adversidad, cuando conocimos a una mujer afanosa, valiente y decidida a vivir. El trabajo diario nos confraternizó, intercambiando sus experiencias y preocupaciones como profesional, defensora a ultranza de La Red Interinstitucional de Prevención Contra la Depresión laboral, guardo los mejores recuerdos y una gran admiración por ella; tuvimos la oportunidad de reflexionar sobre las crisis depresivas, el origen del alto índice de ausentismo y el bajo rendimiento laboral, limitando la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida.

En los últimos tiempos se ha pensado que la depresión, el estrés y la forma de vida, son los efectos de la modernización, consecuencia de un mundo vertiginoso.   Sin embargo, esto no es del todo cierto, también le ocurre a hombres y mujeres de sensibilidad a flor de piel; recién un amigo muy estimado fue víctima de este terrible padecimiento, fue un ser solitario, sin apego alguno a la vida ni a los bienes materiales, pero de afectos hacia sus seres amados, hoy se dice que es la fuerza de voluntad el único nervio motor para enfrentar este mal.

La depresión es estimada como un trastorno mental, un sentimiento de tristeza y melancolía eventual o prolongada donde el individuo se abisma en sus propios pensamientos a veces de culpa o alegría desmesurada.

Lo preocupante de esta enfermedad que afecta el entorno laboral, tanto público como privado, es la actitud indolente de los directivos, siendo el punto neurálgico y coincidente y criterio compartido con la PS. Ulloa; puesto que el colaborador depresivo, pierde el interés por la vida, incapacidad laboral e incluso presenta asomo de suicidio. No obstante, reconocemos la responsabilidad de los facultativos en el tratamiento de este mal, también es cierto que demanda del interés, empatía y la comunicación que se ejecute entre jefes y colaboradores.

Por lo que no se requiere graduarse de psicólogo o psiquiatra; lo que sí se necesita es un mejor ser humano, (directivos o jefes), con profesionalismo, capaces de comprender que la depresión es una enfermedad tratable, llevadera y curable, pero una gran parte de la terapia depende tanto de paciente como de quienes conviven con él.

Artículo publicado el 4 de septiembre de 2010 en el Diario El Panamá América, a quienes damos, lo mismo que a la autora,   todo el crédito  que les corresponde.

 

 

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domingo, 5 de septiembre de 2010

Una historia de "Sci Fi" y superación personal: Críticas a la carta | 'Gattaca'

Ese arcano de lograr el ser humano perfecto, de jugar con la ingeniería genética para pulir nuestros defectos, que bebe directamente del espíritu de Aldous Huxley no es nada novedoso, ni estrictamente original. Pero es el punto de partida que toma Andrew Niccol para abordar otros temas más profundos sobre nuestro yo, sobre la unión de cuerpo y mente y la capacidad de superación, más allá de lo que está escrito en los genes desde que nacemos. Así, en ‘Gattaca’ encontramos a nuestro protagonista, un ser humano concebido bajo el abrigo del amor, con todas sus virtudes y sus defectos. Aunque, en ese futuro no muy lejano, las virtudes quedan tapadas por la preponderancia de las carencias físicas que la genética se ha encargado de subrayar. Especialmente porque la sociedad ha llegado a una fase de deshumanización, donde la más mínima tara física queda señalada y relegada.

Es una sociedad donde la segregación genética es absoluta y sólo los “válidos”, aquellos que han nacido seleccionados con el mejor código genético heredado son los que pueden desarrollar a lo mejor. Un elitismo absoluto en el que la sangre determina que puertas puedes atravesar y que vida puedes desarrollar.

‘Gattaca’: sobre la búsqueda de los sueños y de la identidad

El debate sobre la identidad (tema recurrente en la escasa filmografía del realizador) queda planteado apenas en la primera media hora del film. Aunque en realidad queda todo dispuesto en esa primera parte. Niccol expone sus cartas con claridad, sin pretensiones y, lo más importante, sin tener que doblegarse al típico molde hollywoodiense, ya que se permite apostar plenamente por desarrollar con un ritmo cadente unos personajes complejos. Y, sobre todo, Niccol no cae en la impuesta floritura del efecto visual. Prefiere ahondar en los temas expuestos en esos primeros minutos gracias a los personajes (con un cast sobresaliente, todo sea dicho).

Quizás se le pueda tachar, precisamente, por la simpleza de la trama. El joven con un código genético predestinado a no llegar a ninguna parte que un buen día encuentra la posibilidad de romper con lo establecido y superarse. Estar por encima de lo que se esperaba de él y cumplir, a toda costa, su sueño. Esa búsqueda de su sueño, que no es otro que viajar a las estrellas, algo exclusivamente destinado a astronautas perfectos (genéticamente seleccionados y técnicamente preparados), se convierte en el principal motivo de su existencia. Una búsqueda de afirmación de la identidad que, curiosamente, tiene que lograr siendo otra persona, utilizando los datos genéticos de un “válido” que le son prestados para su cometido.

Para plantear este futuro desolador, deshumanizado, el hábil escritor y guionista neozelandés no recurre a los efectos. Muy al contrario, huye de ellos y se apoya en una realización técnica que le permite plasmar, con contundencia y solvencia, en bellas imágenes ese futuro. Así, la fotografía firmada por Slawomir Idziak es un auténtico ejercicio ejemplar de adecuación a la historia. La frialdad y sobriedad de los escenarios, de la luz, de los personajes queda reflejada con sobresaliente acierto. Todo ello unido a un vestuario que recuerda, junto con la dirección artística, a títulos del género de la década de los cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Todo el film rebosa una estética que se inspira claramente en los clásicos de esa época y que depara planos asombrosamente bellos.

 

No podemos olvidarnos de la banda sonora compuesta por Michael Nyman, quizás uno de sus mejores trabajos y que se encarga de subrayar con sutileza ese mundo deshumanizado, esa pulcritud ambiental y esa atmósfera futurista que vemos en el film. A la vez, sabe romper ese tono monocorde (estético, que no musical) subrayando los momentos de suspense de manera altamente apropiada, pleno de pasión e intensidad.

Todo ello responde con espléndida armonía a la narración del realizador, que mantiene un ritmo cadente, tan sólo roto por los momentos de suspense, que sin embargo, sabe mantener con firmeza y con las dosis de progreso en la historia suficientes para completar un largometraje entretenido, fascinante y mucho más rico de lo que aparenta.

Vincent y Jerome, el luchador y el derrotado

Pero lo verdaderamente destacable de la trama, y en lo Andrew Niccol quiso destacar, son los personajes. Ahí tenemos a Vincent, el protagonista, interpretado por Ethan Hawke en uno de sus mejores trabajos. Convincente y contenido. Pero también excelentemente bien acompañado por Jude Law y Uma Thurman, muy bien dirigidos y que reflejan con sobriedad y mesura a sus respectivos humanos “válidos” que acompañan al protagonista en buena parte de la historia. No nos podemos olvidar del resto del elenco, todo un guiño al clasicismo con la participación de Alan Arkin, como el sagaz detective que sigue los instintos por encima de la tecnología y del veterano Ernest Borgine, en un papel menor.

El personaje de Vincent está tan bien cuidado y definido que se convierte en el motor que hace avanzar la historia y sobre el que orbitan los temas planteados, es la base de los cuestionamientos. Su juego de suplantación de identidad llena de intriga el relato y ofrece los momentos más álgidos del film. Destacable, por su narración sublime y unos diálogos secos pero relevadores, es la escena de la escalera y el interrogatorio, donde Jerome, el frustrado ex nadador de genética válida, al que suplanta Vincent, tiene que ser él mismo para ocultar la trampa que ambos llevan urdiendo. Es éste personaje clave para plasmar la búsqueda de identidad del protagonista. Su carácter perdedor, frustrado (esa medalla de plata habla por sí sola), de falta de pundonor y perseverancia, es la antítesis de Vincent. Es la demostración que el destino no está escrito.

Entre ellos no sólo hay una transferencia de identidad física, sino también son los dos claros ejemplos de la excepción a la norma. Uno que llega hasta dónde nadie esperaba, que lucha contracorriente para cumplir su sueño y llegar tan lejos (resumida en la esclarecedora frase: “jamás me dejé nada atrás”). Y otro que se convierte en lo que era impensable. Un tipo bendecido, genéticamente seleccionado para ser un ganador y que acaba derrotado y asumiendo su falta motivación. Todo ello queda bien reflejado en el montaje paralelo del poderoso (y emotivo) cierre y final de ‘Gattaca’.

 

 

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