Tal y como lo definimos en la introducción de esta serie de 48 artículos - véase el enlace http://yohelyav.blogspot.com/2009/06/las-48-leyes-del-poder-el-inicio-de-una.html - el propósito es analizar en su totalidad "Las 48 leyes del Poder".
Hoy vamos a seguir con la Ley número 2.
Ley No. 2: Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos
"Desconfíe de los amigos; suelen ser los primeros en traicionarlo, ya que caen fácilmente presa de la envidia. También suelen convertirse en irrespetuosos y tiranos.
En cambio, emplee a quien haya sido su enemigo, y le será más leal que un amigo, ya que deberá hacer mayores esfuerzos por demostrar su adhesión. Lo cierto es que usted debe temer más a sus amigos que a sus enemigos. Si no tiene enemigos, busque la forma de creárselos."
Esta ley es una extraordinaria paradoja a la cual a primer vista es difícil encontrarle sentido. Sin embargo contiene, un claro mensaje: No confíes en tus amigos (por lo menos en la mayoría).
Hace muchos años un gran amigo - y jefe en aquella época - me dijo una frase que se me ha quedado grabada en la mente, pero que a veces me es difícil de adoptar: "No confíes ni en tu padre".
Aunque esta frase - y aplica lo mismo a la ley que estamos descifrando - pareciera exagerada, el principio es el mismo: nunca confíes del todo en nadie. Por lo menos en la mayoría de los casos.
El principal motivo por el cual existe esta ley es por algo muy sencillo: La gran mayoría de nosotros no sabemos la diferencia entre "conocidos" y amigos.
Muchas veces nos pasa que confiamos ciegamente en la gente asumiendo que son nuestros amigos, para que a la larga descubramos que dichas personas buscaban otros intereses que no necesariamente eran altruistas. Y a veces los resultados fueron devastadores para nosotros.
Parece mentira, pero a mi me encanta confiar en las personas, pero el tiempo me ha enseñado a tratar de discernir entre "amigos" y entre "conocidos". Es vital para nuestro futuro aprender y desarrollar esta habilidad.
Los "conocidos" son personas que tenemos que tratar, ya sea por trabajo; o por costumbre, pero el hecho es que para ganarse el título de amigo deberíamos ser mas exigentes al respecto.
"Nada hay más peligroso que un amigo ignorante; es mejor un enemigo razonable." - Jean de la Fontaine
Cuando la ley se refiere a que nuestros amigos pueden convertirse en "irrespetuosos y tiranos", creo que se refiere a situaciones específicas que todos hemos vivido.
¿Cuantas veces has hecho o dichos cosas bajo la presión de un amigo para que actuaras de acuerdo a sus designios? ¿Cuantas veces hemos actuado aún bajo nuestro disgusto solo por no incomodar a una amistad?
Inclusive me atrevo a decir que nosotros mismos lo hemos hecho así con nuestras amistades. Todos lo hacemos.
Ello, en mi concepto, marchita en si el concepto primario de la amistad que es aceptar a tu amigo tal y como es.
Generalmente cuando alguien esta en posición de ayudar un amigo -a nivel laboral me refiero - ello es una fuente casi fija de problemas.
Ello es así porque algunos "amigos" piensan que por el hecho de usted estar en una posición de decisión usted está obligado a emplearles como primera opción sin siquiera medir si están capacitados para el puesto o si tan siquiera están sintonizados con la misión y la visión de la empresa o institución.
Este tipo de situaciones han sido causa de desprestigio de particulares y principalmente de políticos, ya que por poner a un lado las normas habituales de conducta con respecto a la contratación de personal o subordinados caen en la trampa de la "amistad".
Si pudiésemos entender que un amigo que exige ayuda no es en realidad nuestro amigo, entonces nos ahorraríamos muchos problemas.
Nunca caigamos bajo la tiranía de un seudo amigo que en realidad lo único que le interesa es que le devolvamos todo lo que el ha hecho por nosotros.
Hay otro punto importante de conflictos causados por la presión de ayudar a un amigo que exige de nosotros. Nos referimos al caso de prestarle dinero a una amistad.
Las probabilidades de que esto desemboque en problemas es grande, ya que si nuestro amigo no nos paga - por el motivo que sea - entonces ello enturbiará una amistad que probablemente era valiosa para ambos pero que por dinero se desmoronó.
¿Quieres perder una amistad? Préstale dinero. ¡Ah!, y recuerda que también vas a perder el dinero.
"¿Acaso no destruimos a nuestros enemigos cuando los hacemos amigos nuestros?" - Jhamirley E. Marin Correa
Con respecto a los enemigos bien reza el dicho que dice: "A los amigos hay que tenerlos cerca; y a los enemigos aún mas cerca".
En realidad al tener a nuestros enemigos bajo nuestra égida ganaremos en que lo tenemos cerca para vigilarle y para someterlo a la vez por su dependencia de nosotros.
Un enemigo lejano e invisible tiene toda la libertad para complotar contra nosotros y es por ello que debemos estar alerta a lo que los mismos hagan.
"Nunca aleje a sus enemigos si tiene la oportunidad de mantenerlos a la vista. Por supuesto que también aplica el principio de que debe, a nivel laboral, reunir el perfil adecuado. No cometa el error de nombrar a alguien solo porque es su enemigo."
Aunque este principio aparentara que aplica solo al mundo de la política o al laboral, si lo analizamos bien aplica en cualquier circunstancia.
Ahora sobre la última parte de la ley, creo que allí estoy totalmente de acuerdo; si usted no tiene enemigos, entonces es una de dos:
- Usted CREE que no tiene enemigos, pero los tiene - grave situación que le pone a usted en una situación muy desventajosa;
- Si usted realmente no tiene enemigos, entonces preocúpese: va por la vida sin dejar huellas y probablemente está viviendo en un mundo de mediocridad donde al usted ser como todos los demás, sin destacarse en ninguna forma, se le ha sido fácil no granjearse ni la envidia ni el odio de nadie.
Si carecemos de enemigos es porque hasta el momento usted ha pasado por la vida como un fantasma, sin llamar la atención de nadie y sin "pisar callos".
Es lo mas normal del mundo que al ocupar nuestro lugar en el mundo y al hacer uso de l¡os talentos que el Señor nos dio despertemos la animadversión de muchas personas de nuestro entorno, ya que muchas personas son como el cangrejo: no quieren que nadie salga del caldero, por lo que cuando alguien intenta salir tratan inmediatamente de halarlo de vuelta.
"La diferencia entre los cangrejos y nosotros es que tenemos el libre albedrío de decidir si nos dejamos halar o si salimos hacia un mundo de realizaciones donde el cielo es el límite. Usted decide."
En próximas entregas seguiremos con la ley No. 3.
Autor: Yohel Amat
muy bueno amigo
ResponderEliminarquisiera saber mas de los 48 leyes del poder
ResponderEliminarrmtricardo@hotmail.com
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