jueves, 20 de agosto de 2009

¿Alguna vez saldremos de la crisis?

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En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. - Albert Einstein

No se ustedes, pero desde que tengo conciencia vivimos en crisis.
Desde muy niño escucho de crisis políticas; crisis sociales; crisis económicas; crisis petrolera; crisis existenciales; etc.

Hay una definición de la palabra “crisis” que me encanta porque dentro de ella subyace una gran verdad:

CRISIS: Cambio importante en el desarrollo de un proceso que da lugar a una inestabilidad.

El proceso de una crisis consta generalmente de tres elementos: inestabilidad, cambio e incertidumbre.

Cambio

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. – Eugenio Trias

Los procesos sociales y la historia del ser humano se dan en ciclos que en algunas ocasiones son buenos y en otras malos, en el contexto del efecto que causan en la masa de las personas que viven bajo su égida.

Los cambios siempre son incómodos y para muchas personas indeseables.
¿Que porcentaje acepta de buen talante que le cambien su sillón favorito por otro nuevo? ¿Quienes aceptan cambiar de restaurante para probar otros sabores y texturas? ¿Que persona acepta que le cambien de puesto de trabajo para que se ocupe de otras actividades dentro de la empresa?
Estamos seguros que el porcentaje sería muy bajo.

Podríamos comparar los cambios con las mudanzas: ambos son odiosos.
Tener que efectuar alteraciones en nuestra vida o experimentar los que la sociedad y la economía ejercen sobre nosotros, casi siempre causarán una sensación de irritación que nos hará al inicio resistirnos al nuevo escenario.

Sin embargo deberemos ser conscientes de que los cambios casi siempre son la señal visible de la muerte de un ciclo y del inicio de otro.

Inestabilidad

Toda crisis es un riesgo y una oportunidad. - Anónimo

Si hay una cosa que la mayoría de las personas amamos es la estabilidad, ya que la misma nos hace sentirnos en control de las situaciones de nuestra vida… y no hay nada que amemos más que el control.

Somos maniáticos del control y nos encanta manipular a las personas y decidir sobre los demás, ya que con ello aumentamos nuestra autoestima e inflamos nuestro ego: seremos los amos de nuestro dominio y dueños de vidas y haciendas… o al menos eso quisiéramos.

Así mismo nos encanta saber que todo a nuestro alrededor se da en la misma forma que siempre ha sido y que no existe ningún elemento sorpresa en nuestra vida, ya que generalmente las “sorpresas” – exceptuando las de nuestro cumpleaños y fiestas de diciembre – son desagradables e implican incomodidades.

Sin embargo – y como dice la famosa frase – lo único estable en nuestro mundo es la inestabilidad, ya que el mismo estará siempre en constante cambio.
La regla universal es que del caos nacen los nuevos sistemas.

Incertidumbre

Si las cosas sucedieran como deseamos, el mundo sería muy hermoso o un verdadero caos, porque debes recordar: No todos deseamos las mismas cosas. - Anónimo

Otro elemento que es uno de los primeros en ser sacrificado al inicio de una crisis es la certeza: el hecho de que las cosas que dábamos por hecho ya no se darán, sino que ahora su comportamiento o presencia estarán en entredicho.
A causa de ello nos veremos en brazos de la incertidumbre, una de las deidades mas temidas por los seres humanos.
No hay horror mas grande para el grueso de las personas que el hecho de no saber que va a pasar.

Si usted lee cualquier periódico; revista; o si usted ve o escucha cualquier noticiero se dará cuenta de cuantos elementos inciertos pululan a nuestro alrededor, causando con ello temor y desazón al no poder controlar los acontecimientos de acuerdo a nuestro parecer.

Los Paradigmas

Hay varias cosas importantes a acotar, pero una de las principales es el convencernos de que las crisis siempre existirán.

Si basamos nuestra felicidad en la esperanza de que en algún momento todos los planetas se alinearán de manera que todas las cosas salgan bien, entonces nunca seremos felices.

En el fondo lo importante no es cual sea la realidad en nuestro entorno, sino que creamos nosotros al respecto.
He allí la importancia de nuestros paradigmas.

Nuestros paradigmas nos indican como reaccionar ante las situaciones y deciden cuales serán nuestros sentimientos y comportamientos en un momento dado.

Para ilustrar el tema usaré una anécdota: en una ocasión en una fiesta había una persona que se comportaba de forma inaceptable, ya que bebió en exceso casi hasta la inconsciencia, no sin antes haber hecho toda clase de desmanes y hechos bochornosos.

Durante varias horas tuvimos que soportar sus impertinencias y su tono de voz alto y escandaloso.
Además de eso la persona devolvió el estómago prácticamente delante de nosotros, con el correspondiente disgusto y desagrado de todos los presentes.
En un momento dado, todos en la reunión deseábamos que desapareciera para que dejara de arruinarnos la fiesta.

Al comentar al respecto con el organizador del ágape y hacerle la observación de cómo era posible que permitiera tal comportamiento en su casa, me hizo saber que la persona de marras hacía un mes que había perdido a su esposa a resultas de una penosa enfermedad que acabó con su vida en menos de tres semanas.

Dicha persona no había podido asumir la pérdida y por ello no sabía cómo enfrentar tamaña situación.
De allí su comportamiento errático y suicida.

A partir de dicho conocimiento mi actitud cambió: lo que veía ante mí ya no era un borracho impertinente; sino un ser humano profundamente herido y confundido con un inmenso vacío en su corazón, el cual trataba de llenar con alcohol y caos.
Ahora simpatizaba con él.

Este hecho real muestra dos cosas: nuestros paradigmas deciden como reaccionamos ante nuestro entorno y como lo interpretamos; y en segundo lugar que lo que modifica los mismos es la información.

En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios. - Juan Pablo II


Conclusiones

Las crisis no están bajo nuestro control y el caos es una constante a lo largo de toda la historia de nuestro inmenso planeta azul, por lo que despotricar al respecto es un gasto innecesario de energía.

Debemos estar conscientes de que en medio de las crisis hay personas que se hacen millonarias; personas que son felices; personas que conocen el amor verdadero; personas que están planificando nuevas formas de hacer las cosas; personas que están trabajando para mejorar nuestras vidas; mientras que otros están lamentándose; despotricando; llorando; entregándose a la desesperanza; y peor aún: dándose por vencidos.

Si modificamos nuestros paradigmas – por medio de la información adecuada – empezaremos a ver a nuestro alrededor todas las oportunidades que nos aguardan; mismas que anteriormente estaban veladas para nosotros como producto de nuestra anterior ceguera.

Aprendamos que nunca las cosas estarán totalmente a nuestro favor y que ante los vientos desfavorables, lo más inteligente no es esperar a que el mismo cambie de dirección; sino cambiar el sentido de nuestras velas para aprovechar la fuerza innata en él.
Con ello podremos entonces seguir avanzando al tornar la fiera brisa en contra, en calmo céfiro benéfico para nuestro viaje.

La catástrofe que tanto te preocupa, a menudo resulta ser menos horrible en la realidad, de lo que fue en tu imaginación.
Wayne W. Dyer

Autor: Yohel Amat

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