Por: Yohel Amat
En muchas ocasiones en la vida confiamos en alguien en el cual la mayoría de nosotros creemos sabio y fiable: nuestro criterio.
Sin embargo, en muchos casos pasamos por alto evaluar los resultados de haber seguido los sabios consejos de nuestro criterio, de manera que nos permita evaluar los resultados de haber seguido sus instrucciones.
Antes de continuar, quiero aclarar que hay criterios y hay criterios: hay personas que tienen muy buen criterio para el amor y uno muy malo para las finanzas, por ejemplo.
Es importante aclarar esto.
Habiendo dejado bien claro este punto, antes de tomar decisiones basadas en tu criterio debes evaluar si te sientes satisfecho de los resultados obtenidos en ocasiones pasadas al dejarte llevar por lo que tu criterio te dictó.
Si la evaluación no es buena y si no has hecho nada al respecto para mejorar la calidad de tu criterio en esa materia - financiera, amorosa, espiritual, política, etc. - entonces sería de tontos volver a confiar en alguien que se ha mostrado ineficiente anteriormente en la obtención de resultados satisfactorios para nuestra vida.
Cuando digo mejorar la calidad de nuestro criterio me refiero a que si no hemos aprendido nada de nuestros errores pasados, si no hemos estudiado para darle mejores elementos para darnos mejores consejos, si no hemos madurado más que la última vez, entonces lo más seguro es que nuestro criterio seguirá siendo el mismo estúpido de la última vez.
Y por ello sería cuestionable volver a confiar ciegamente en él.
Lo más adecuado es que ante las oportunidades que nos da la vida para cambiar las cosas drásticamente - un dinero inesperado, una herencia, una oportunidad espectacular de trabajo, la aparición de la pareja de nuestros sueños, etc. - hagamos el análisis sugerido y si no pasa la prueba entonces busquemos alguien que sí tenga un criterio probado con resultados previos al respecto y nos asesoremos para esta vez sí tomar una buena decisión.
Recordemos que la vida raras veces da segundas oportunidades.
via plus.google.com
Ya sabes que el hombre es el único animal que tropieza dos veces, o más, en la misma piedra. Así que...
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