El día de hoy tropecé con un sitio de Internet (The Death Clock) cuya única finalidad es pronosticar la fecha exacta de la muerte del infortunado internauta que tenga los arreos para atreverse a conocer tan aciaga fecha. Por medio de contestar un cuestionario bastante escueto pude determinar la hipotética fecha de mi futuro deceso: 4 de octubre del 2035. Dicha fecha me llevó a reflexionar con respecto a todas las estupideces que he cometido en mi vida y que han causado que a mis 45 años no me sienta del todo orgulloso por los logros alcanzados.
A pesar de ello he decidido desde hace mucho no utilizar mi pasado como un garrote para auto castigarme, sino utilizarlo como una escuela donde aprender de mies errores y para corregir para el futuro. El hecho de hacer tangible - por medio de una fecha - algo tan abstracto como el día exacto en el cual partiremos hacia el más allá a dilucidar la "Gran Incógnita", me llevó a henchirme de un sentimiento de apremio y de urgencia ante todas las tareas pendientes que tengo por delante, ya que si el oráculo de marras tiene la razón, solo me quedan 25 años de vida para alcanzarlas. Parecen muchos, pero en realidad son pocos y se nos escapan como agua entre las manos. Debemos aprovechar cada segundo de nuestro tiempo, ya que de otra forma estaremos desperdiciando el más valioso de los bienes que poseemos a saber: el tiempo. No cejemos en nuestro intento de alcanzar el éxito y nuestras metas, ya que sin importar la edad, el tiempo nunca es suficiente y desperdiciarlo es un pecado de lesa humanidad.
Yohel
A pesar de ello he decidido desde hace mucho no utilizar mi pasado como un garrote para auto castigarme, sino utilizarlo como una escuela donde aprender de mies errores y para corregir para el futuro. El hecho de hacer tangible - por medio de una fecha - algo tan abstracto como el día exacto en el cual partiremos hacia el más allá a dilucidar la "Gran Incógnita", me llevó a henchirme de un sentimiento de apremio y de urgencia ante todas las tareas pendientes que tengo por delante, ya que si el oráculo de marras tiene la razón, solo me quedan 25 años de vida para alcanzarlas. Parecen muchos, pero en realidad son pocos y se nos escapan como agua entre las manos. Debemos aprovechar cada segundo de nuestro tiempo, ya que de otra forma estaremos desperdiciando el más valioso de los bienes que poseemos a saber: el tiempo. No cejemos en nuestro intento de alcanzar el éxito y nuestras metas, ya que sin importar la edad, el tiempo nunca es suficiente y desperdiciarlo es un pecado de lesa humanidad.
Yohel
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