martes, 9 de febrero de 2010

En Búsqueda de la Excelencia: Que seria del hombre sin los sueños?

En muchas ocasiones muchas personas se ven limitadas en sus posibilidades de evolución y crecimiento no solo por factores económicos, familiares o laborales - siendo estos los más comunes -, sino por uno de los elementos mas limitantes de todos: su yo interior.

Muchas personas hacen uso de la resignación para darse a si mismos la paz mental que necesitan para apaciguar su conciencia cuando le reclama el porque se limita a sí mismo a sobrellevar su vida y no a disfrutarla; a soportar un trabajo y no a hacer lo que le gusta realmente; a soportar una pareja y no a amar realmente a la persona con la que comparte su vida, entre otras cosas.

Siempre justificamos nuestras miserias con la excusa de que no podemos o merecemos más de lo que tenemos o hacemos, ya que eso es lo que es y basta.

Como pensar en un puesto de jefatura si toda mi vida he sido empleado? Como soñar con un mejor trabajo si en el mercado existen cientos de candidatos con mejores créditos académicos que nosotros? Como pensar en conquistar esa persona amada si pululan a su alrededor decenas de pretendientes con mejor presencia física y con mejor posición económica que nosotros? Que posibilidades tenemos de estudiar en el extranjero ante las decenas de candidatos para la misma beca?

Si ante los retos de la vida pensamos de ésta forma - por ejemplo - entonces definitivamente que siempre estaremos paralizados ante la certeza de nuestros futuros fracasos, mientras que aquellos que si se atreven a soñar y a elevarse sobre sus limitaciones se llevan los premios.

Es una realidad el hecho de que "las comparaciones son odiosas", por lo que deberíamos evitar compararnos con los demás, ya que ello nos puede llevar al desaliento.

En muchísimas ocasiones las cosas buenas de la vida no son ni para el mas guapo; ni para el mas inteligente; ni para el de una determinada raza o nacionalidad; sino para los que se atreven a soñar y que por ello avanzaron primero en pos de un sueño.

Soñar no cuesta nada y sin embargo los réditos que nos puede proporcionar pueden hacer la diferencia entre vivir como mediocres conformistas y conservadores, versus personas plenas y en la constante búsqueda de la utópica excelencia.

Dixi.

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