martes, 9 de junio de 2009

Las 48 Leyes del Poder: Ley No. 3 - Disimule sus intenciones


Tal y como lo definimos en la introducción de esta serie de 48 artículos - véase el enlace http://yohelyav.blogspot.com/2009/06/las-48-leyes-del-poder-el-inicio-de-una.html - el propósito es analizar en su totalidad "Las 48 leyes del Poder".

Hoy vamos a seguir con la Ley número 3.

Ley No. 3: Disimule sus intenciones

"Desconcierte a la gente y manténgala en la mayor ignorancia posible, sin revelar nunca el propósito de sus acciones. Si no tienen la menor idea de qué es lo que usted quiere lograr, les resultará imposible preparar una defensa. Condúzcalos por el camino de las falsas suposiciones, envuelvalos en una nube de humo y verá que, cuando al fin caigan en la cuenta de las verdaderas intenciones, ya será tarde para ellos."
Esta ley es sumamente importante y de una relevancia logística inmensurable. En realidad aplica para varios campos, pero principalmente para el laboral y para el político.

En esencia el mensaje es sencillo:

"Nunca demuestres tus verdaderas intenciones... y menos a tus enemigos"

Esta ley se deriva de la Ley No. 2 - ver http://yohelyav.blogspot.com/2009/06/las-48-leyes-del-poder-ley-no-2-nunca.html - en la cual se nos advertía de los peligros de confiar ciegamente en los amigos, y menos aún de los enemigos.

Cuando se está en una situación de competencia hay que tener mucho cuidado de que el enemigo sepa cuales son nuestras reales intenciones. Esto aplica también para el mundo de los negocios y de la negociación en el plano que sea, donde la información es poder y es deseable... siempre y cuando seamos nosotros mismos los beneficiarios de la misma.
Si son nuestros enemigos entonces resultará fatal para nosotros.

Es sumamente importante que una vez definido nuestro interés en algo y habiendo diseñado un plan para su consecución, nuestros enemigos no tengan ni la menor idea de nuestras reales intenciones.

Daremos mas luces sobre el tema utilizando un ejemplo: en un país del cual no quiero acordarme un grupo de parlamentarios presentó una ley mediante la cual los dueños de propiedades cercanas al mar podían titular sus tierras de manera que fueran dueños de las mismas.

La idea se le vendió a todos como una ley altruista que lo único que buscaba era justicia para los humildes panameños que no podían titular sus tierras por encontrarse a orilla de playa.

Todo el mundo estuvo de acuerdo con ello y hasta se le llamo "justicia social para los mas pobres".

Lo que no sabía la mayoría es que estos parlamentarios actuaban con la boca llena de dinero de un grupo de inversionistas extranjeros los cuales ya contaban con un fondo para que apenas se aprobara la ley y se finiquitaran todas las titulaciones comenzaran a ir de uno en uno a comprarles las recién tituladas tierras... y por supuesto por una bicoca.
Después procederían a urbanizar y a construir residencias de playa y resorts y de esa forma el metro cuadrado se dispararía a niveles estratosféricos.

Esto es completamente anti ético, sin embargo vemos en su mas pura expresión la aplicación de esta ley.

El único interés de los diputados proponentes era que las personas titularan sus tierras para que después terceras personas, previo pago de una "comisión" por supuesto, pudieran comprarlas por centavos.

Sin embargo ante el pueblo se vendía la idea como una acción de justicia, y donde lo que se buscaban era fines altruistas.

Por supuesto que esto es una forma poco edificante de la aplicación de esta ley, pero es que al igual que un arma, la misma se puede usar tanto para el bien como para el mal.

Volviendo al análisis de la ley, también es importante que sepamos ser discretos inclusive con nuestros allegados y amigos (ver análisis de la ley No. 2 http://yohelyav.blogspot.com/2009/06/las-48-leyes-del-poder-ley-no-2-nunca.html) ya que muchas veces no sabemos si nuestros planes despiertan el interés, codicia o envidia de alguno de ellos y puedan en consecuencia echar por tierra nuestros planes.

Uno de las grandes virtudes que hay que cultivar, y que acepto todavía no domino, es el arte de la discreción.
No es buena idea andar por allí contando todo lo que uno está haciendo; todo lo que uno tiene planeado; o peor aún el detalle de la vida personal.

Todo esto puede darle armas a personas que aparentemente son nuestros allegados o amigos y lo que en realidad desean es aprovecharse de nuestra candidez en su propio beneficio.

Es por ello que debemos volvernos expertos en disimular nuestras reales intenciones de manera que nadie tenga idea concreta sobre nuestros planes. El factor sorpresa - y mas aún en el ambiente laboral, político y comercial - es sumamente útil como arma de ataque.

El hombre discreto saca mayores ventajas de sus enemigos que un tonto de sus amigos. - Proverbio español.
Autor: Yohel Amat

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