jueves, 18 de febrero de 2010

En Búsqueda de la Excelencia: O somos depredadores o somos presas

Siempre he tratado de que mis "posts" sean lo más cercano a lo "políticamente correcto" que se pueda, para no herir susceptibilidades y porque en realidad mi personalidad es así.

Sin embargo en éste blog también estoy tratando de plasmar las diferentes experiencias que he tenido en mi vida y una de las más importantes que he conocido es la que le da título al presente artículo.

Aunque parezca un concepto descarnado y cínico, la experiencia me ha enseñado que en la mayoría de los casos en el ambiente de trabajo - principalmente en el del mundo corporativo - rige una sola ley: la de la selva. La de la sobrevivencia del más fuerte y hábil.

Con ello no quiero decir que ahora de aquí en adelante debemos empezar a dejar de practicar la honestidad y la ética en aras de un maquiavelismo salvaje en el cual "el fin justifica los medios". Nada mas lejos de nuestra intención.

Lo que queremos decir es todo lo contrario: con nuestra actitud debemos empezar a sentar precedentes que quizás sean noveles para nuestro entorno de trabajo y que al inicio crearan desconcierto y probablemente mas animadversión hacia nosotros.

Sin embargo tampoco podemos actuar con la candidez de esperar un trato recíproco por parte de nuestros compañeros de trabajo, ya que con ello nos estaríamos constituyendo en presas fáciles para nuestros enemigos, los cuales sin dudarlo nos despedazarán en la primera oportunidad.

Una vez determinado que nuestro ambiente es hostil, entonces deberemos identificar nuestros objetivos y proceder a neutralizarlos, practicando el dicho aquel que reza "Al enemigo, ni agua se le debe dar".

Nuevamente recalco que las armas a utilizar no deberán ser las mismas que nuestros desalmados enemigos utilizan, a saber: la mentira; el engaño; la traición; la conjura y tantas otras del amplio repertorio de los que practican la envidia y la maldad.
Las que vamos a utilizar por nuestra parte son la de la prudencia; la de dejar que nuestro trabajo hable por nosotros; la de mostrar firmeza y carácter; la de la honestidad; la de comunicación con nuestros superiores para lograr a la larga una mejoría en nuestro trabajo.

Principalmente nunca deberemos mostrarnos débiles o temerosos, ya que un buen depredador detectará nuestro miedo y procederá a ir directamente a nuestra yugular para acabarnos.

Inclusive, si nuestros enemigos son subalternos, deberemos a la larga sacar de la ecuación a al menos uno de ellos, de manera que se siente el precedente de que no se va a tolerar más un ambiente de trabajo alejado de la eficiencia y de la productividad, todo por estar concentrados en hacerle daño al resto de los compañeros por simple y pura envidia.

Por despiadado que parezca, con medidas como éstas nos estaremos haciendo cargo de los elementos que están sirviendo como lastre para la compañía y con ello crearemos un mejor ambiente de trabajo para todos.

Y por supuesto, a la larga seremos el depredador alfa y no una presa más.
Que prefiere usted?

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Posted via email from El Blog de Pixin

2 comentarios:

  1. Excelente!!! No existe ambiente laboral perfecto. Totalmente de acuerdo, nosotros debemos demostrar quienes somos con nuestro trabajo, honestidad y caracter.

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  2. Muchas gracias por tu comentario Ahikars y espero encuentres más material valioso en mi blog. Lo hago con esa idea: compartir mis experiencias y mi visión de las cosas.

    Además me sirve para exorcizar demonios.

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