martes, 15 de diciembre de 2009

La santa paciencia

Cuando era niño - allá en los 70s - en un canal local de TV daban un programa humorístico peruano llamado "El Tornillo" si mi memoria no me falla.

Dicho programa consistía en segmentos humorísticos de breve duración en los cuales se burlaban de todo por medio de la sátira.

Uno de los segmentos que más hilaridad me causaba era el que se llamaba "La Santa Paciencia".
En dicho segmento, el personaje principal siempre se enfrentaba a personas en disputa y a punto de liarse a golpes, utilizando el recurso de mediar entre las parte por medio de lo que él llamaba "La Santa Paciencia".

Empezaba a predicar las bondades de la paciencia y de cómo por medio de ella se podían evitar los altercados y prevenir que "la sangre llegara al rio".
Casi siempre utilizaba un lenguaje grandilocuente y en el cual utilizaba una prosa que casi rozaba la prédica de púlpito.

El asunto es que casi siempre después que lograba que los antiguos contrincantes se abrazaran pletóricos de olvido y amistad, el personaje principal se veía enfrentado a una situación similar y para asombro de su reciente audiencia, el mismo reaccionaba con ira y violencia, terminando casi siempre enfrascado en una riña que nada tenía que envidiarle a una pelea de campeonato mundial de boxeo.

Lo irónico de la situación es que el personaje principal es el epítome de aquellas personas que son muy buenas predicando... pero no ejecutando.
Ahora no nos llamemos a engaño: todos en el fondo tenemos - en cierto grado - muchas cosas en común con mi querido personaje de la infancia.

Por ello deberemos estar conscientes de que la excelencia no se alcanza ni súbitamente; ni hablando de ella; ni escribiendo acerca de ella; etc.

Lo importante es avanzar poco a poco en pos del éxito, aprovechando en el camino todo el "alimento" que encontremos - libros; conferencias; audio libros, etc. - para poder tener la energía necesaria para llegar al final.

Por supuesto que es emocionante compartir todo lo nuevo que vayamos descubriendo en nuestro andar, pero lo más importante a tener en cuenta es que muchos ojos estarán puestos en nosotros a la espera de señalar nuestros errores y contradicciones.

Ojalá no terminemos convirtiendo nuestra imagen pública en un mal chiste.

Autor: YOHEL AMAT
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1 comentario:

  1. Ha una página muy interesante de audiolibros, http://www.audiomol.com, son títulos narrados por locutores profesionales

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