Me encanta la buena vida. Me gusta el buen comer y disfrutar de las cosas buenas que hay en éste mundo, ya que nadie ha vuelto del mas allá para garantizarnos que por dichos lares hayan mejores cosas. Es por ello que soy consciente de que muchas veces el grueso de las personas relacionen los placeres de la vida con un alto costo.
Y en muchas ocasiones ello les limita a disfrutar de cosas que - sin ellos saberlo - están a su alcance, pero que por su corta visión o por su tendencia a lo común, creen inalcanzables. Acostumbro llevar a la oficina mi almuerzo y tengo que admitir que uno de mis platos favoritos es la pasta con pulpo al ajillo.
En reiteradas ocasiones he recibido las "puyas" de mis compañeros en la forma de comentarios sardónicos, por mi supuesta tendencia hacia la comida "fina", léase - según ellos - cara; ya que en mi país se tiene el concepto de que la comida popular - por su costo - solo puede ser arroz, frijoles y carne (de res o de pollo).
Cualquier platillo que se salga de ese patrón se considera "fuera de la norma". La fama de "fino" en el comer me la he ganado a resultas de disfrutar delante de ellos del platillo de marras.
Ha sido infructuoso para mí convencerlos de que los ingredientes del supuesto "platillo fino" distan de ser caros. Al contrario. Son innumerables las veces en las que he repetido que el pulpo que uso viene en una "latita" cuyo costo es de $0.99; la pasta cuesta $0.75 la libra y el resto de los ingredientes - la sazón; el ajillo; etc. - todo viene en la "latita".
Sólo hay que agregar vegetales; sofreir y "presto". Por supuesto que mi mensaje no se circunscribe al ámbito culinario; ya que en realidad he utilizado ésta anécdota como una metáfora de como a veces nunca aspiramos a salirnos de lo cotidiano por considerar que "estamos en el lugar que nos corresponde" o de que otras cosas son inalcanzables, ya sea por limitantes financieras o de nuestra persona.
Ello se ilustra mejor con el abominable dicho aquel que reza "El que nace para lechón, muere cochino.". El epítome de conformismo en 7 palabras. Para concluir, el mensaje que aprendí fue que en muchas ocasiones no alcanzamos mejores cosas en la vida no porque no podamos, sino por que nosotros no creemos poder.
Que tristeza! Dixi. Mensaje enviado desde mi BlackBerry® de +Móvil!
Y en muchas ocasiones ello les limita a disfrutar de cosas que - sin ellos saberlo - están a su alcance, pero que por su corta visión o por su tendencia a lo común, creen inalcanzables. Acostumbro llevar a la oficina mi almuerzo y tengo que admitir que uno de mis platos favoritos es la pasta con pulpo al ajillo.
En reiteradas ocasiones he recibido las "puyas" de mis compañeros en la forma de comentarios sardónicos, por mi supuesta tendencia hacia la comida "fina", léase - según ellos - cara; ya que en mi país se tiene el concepto de que la comida popular - por su costo - solo puede ser arroz, frijoles y carne (de res o de pollo).
Cualquier platillo que se salga de ese patrón se considera "fuera de la norma". La fama de "fino" en el comer me la he ganado a resultas de disfrutar delante de ellos del platillo de marras.
Ha sido infructuoso para mí convencerlos de que los ingredientes del supuesto "platillo fino" distan de ser caros. Al contrario. Son innumerables las veces en las que he repetido que el pulpo que uso viene en una "latita" cuyo costo es de $0.99; la pasta cuesta $0.75 la libra y el resto de los ingredientes - la sazón; el ajillo; etc. - todo viene en la "latita".
Sólo hay que agregar vegetales; sofreir y "presto". Por supuesto que mi mensaje no se circunscribe al ámbito culinario; ya que en realidad he utilizado ésta anécdota como una metáfora de como a veces nunca aspiramos a salirnos de lo cotidiano por considerar que "estamos en el lugar que nos corresponde" o de que otras cosas son inalcanzables, ya sea por limitantes financieras o de nuestra persona.
Ello se ilustra mejor con el abominable dicho aquel que reza "El que nace para lechón, muere cochino.". El epítome de conformismo en 7 palabras. Para concluir, el mensaje que aprendí fue que en muchas ocasiones no alcanzamos mejores cosas en la vida no porque no podamos, sino por que nosotros no creemos poder.
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