jueves, 23 de julio de 2009

“Todo Saldrá Bien”

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El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie, el realista ajusta las velas. - William George Ward

En anterior artículo (“¿Como cruzas tu Calle?” - http://yohelyav.blogspot.com/2009/07/como-cruzas-tu-calle.html) comentamos la diferencia entre ser positivo y ser optimista. Además mencionamos en el mismo que es mejor combinar un poco de ambas cualidades para enfrentar los retos de nuestra vida.

Sin embargo muchas personas renuncian a su derecho a planificar y controlar en lo posible su futuro y prefieren dejar su responsabilidad al azar; a los dioses; o a terceros.

Este fenómeno se da principalmente entre los púberes, los cuales toman sus deberes escolares generalmente a la ligera, pensando que el futuro está muy lejos y que cuentan con todo el tiempo del mundo.

Las personas que renuncian al control de su futuro generalmente lo hacen basándose en el pensamiento “Todo saldrá bien”. Este exceso de optimismo puede ser mortal para su éxito futuro.

Con ello significan que cuando el futuro los alcance algo sucederá que resolverá la situación o que un tercero – sus padres; el gobierno; Dios; la compañía donde laborarán; etc. – dará la cara por ellos y les librará de las consecuencias de su dejadez y de su inacción.

Esta manera de conducirse en la vida trae generalmente consecuencias desastrosas, ya que en la vida real – a diferencia de las películas de Hollywood – los súper héroes o los defensores de la justicia escasean.

Debemos empezar a comprender la importancia de planificar el resto de nuestro vida y de asumir la responsabilidad que tenemos con respecto a nuestro futuro, ya que las consecuencias que nos esperan, estarán en directa proporción a nuestra dejadez.

Hay que estar conscientes de que las cosas no se arreglarán solas y que si no estamos preparados para enfrentar los retos que tiene la vida para nosotros inevitablemente saborearemos la hiel del fracaso.

"Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida." -Woody Allen

Por ejemplo, a un joven se le puede brindar toda la información pertinente sobre el manejo del dinero para que desde adolescente vaya comprendiendo la importancia del conocimiento acerca de como usar y administrar el dinero.
Sin embargo el púber prefiere escuchar música; conversar con los amigos; y agarrar la vida a la ligera, restándole importancia a dicha información, la cual será vital para él en su futuro.

El problema reside en nuestro erróneo sistema de calificación – tema del que hablé en otra columna (“¿Como he llegado hasta aquí?” - http://yohelyav.blogspot.com/2009/07/como-he-llegado-hasta-aqui.html) - el cual nos hace etiquetar como importante lo banal; y darle la calificación mas baja a lo que realmente incidirá en nuestra vida futura.

Mientras no aprendamos a darle la correcta calificación a los elementos que constituyen nuestro presente, estaremos jugando a la “ruleta rusa” con nuestro futuro.

Autor: Yohel Amat

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