domingo, 12 de julio de 2009

“¿Como he llegado hasta aquí?”

interrogacion_mejor

Generalmente las personas que nos hacemos esa pregunta es a resultas de una situación traumática que nos a abierto los ojos y nos hace ver la realidad: no estábamos tan bien como pensábamos.
Las situaciones a las que nos referimos generalmente tiene que ver con asuntos de tipo financiero.

Las mismas pudieron haberse prevenido, pero el problema es que carecíamos de un elemento fundamental: información.
La respuesta a esta pregunta sería la contestación a otra interrogante: "¿Por que sigo así?":

1. Porque nos gusta estar así

El hombre debe considerar cuán rico es el reino que pierde al hacerse conformista. - Henry Kaiser

Por increíble que parezca muchas veces las personas consideran que están bien. No nos detenemos a auto analizarnos y poner en la balanza de los resultados y de los activos nuestros logros, para poder determinar si vamos por buen camino en la vida.

Conozco personas que a los 30 años ya se han dicho a si mismas – y a los demás por supuesto, ya que se ufanan de ello – “Ya me he realizado”. Como quién dice el epitome del éxito.
Se basan para pensar así generalmente en dos cosas: sus posesiones materiales y sus logros laborales.

Se ufanan de la gran casa que tienen en el área mas exclusiva de su ciudad, aunque no se han dado cuenta de que esa casa se la deben al banco. NO es suya en realidad.

Se vanaglorian de la gran camioneta que manejan; o del carro de lujo que conducen; o del número de autos estacionados en su garaje.
Sin embargo la mayoría de las veces esos carros también son del banco y cuando finalmente los están terminando de pagar – o muchas veces cuando todavía no – ya están pensando en el reemplazo, ya que como hombres y mujeres de éxito ellos no pueden andar en cualquier auto. ¡Que va!

Se sienten orgullosos de que todos los bancos les ofrezcan opciones de préstamos y de tarjetas de créditos, ya que ello quiere decir que son buenos sujetos de créditos.
Y ni hablar de la satisfacción que les brinda el ver los límites de crédito que tienen en sus tarjetas, ya que ellos son símbolos de estatus.

Hacen alarde de sus logros laborales y de lo alto que han llegado en la pirámide de su empresa, sin ponerse a pensar que la única diferencia entre ellos y el novato que acaban de contratar para limpiar pisos, es el salario.
No se dan cuenta de que ambos son asalariados; esclavos del que les paga.
No se dan cuenta de que entregan sus vidas a una empresa pensando que la misma se los agradecerá cuando en realidad se les contrata por el beneficio y el rendimiento que aporten a las utilidades de la misma.
En el momento que este aporte sea cero o negativo serán reemplazados.

Siempre hemos pensado que la riqueza se mide en dinero cuando en realidad se mide en tiempo.
Este concepto lo acuño Robert Kiyosaki en su libro “Padre Rico, Padre Pobre” al decir:

Riqueza es la capacidad de una persona para sobrevivir hasta una determinada cantidad de días... o, dicho de otra manera, si yo cesara hoy de trabajar, ¿cuánto tiempo podría vivir? – Robert Kiyosaki

Nunca nos hacemos esta pregunta y por ello vivimos en un mundo de fantasía donde mientras los cheques de quincena sigan fluyendo podemos seguir alimentando nuestra burbuja financiera… o peor aún: coartando nuestro crecimiento como personas al entregar nuestra vida al conformismo.

En realidad, desde nuestra mas tierna edad hemos sido programados para tres cosas: para ser empleados; para consumir; y para pedir prestado.
Los que escapan a este “lavado de cerebro” son los alcanzan su máximo potencial en la vida y serán los encargados de nuestras programaciones futuras y las de nuestros descendientes.

El día que nos demos cuenta de esto, será el día que empezará el cambio en nuestra vida y el día que comenzaremos nuestro camino hacia la libertad económica.

2. Porque no sabemos como salir de allí

Muchas veces sí somos conscientes de nuestra lastimosa situación pero hemos estado por mucho tiempo dando vueltas y vueltas tratando de encontrar la manera de cambiar nuestra realidad… infructuosamente.
Y esto le puede suceder a personas estudiadas o no estudiadas; a personas ricas o a personas pobres; a personas de países ricos y a personas de países pobres. Nos sucede a todos.

Como lo señalamos al inicio de la presente columna lo que en realidad necesitamos se reduce a una sola palabra: información.
La información nos hará libre. La información nos señalará el camino.

Ahora, para nuestra buena fortuna, en nuestra realidad actual estamos rodeados de información.
Nunca antes habíamos tenido tanta información a nuestra disposición como ahora.
Antiguamente los libros había que pasarlos a mano y la información era propiedad exclusiva de unos pocos para perjuicio de muchos.
Ahora no: la información está por doquier.

Es por ello que ahora podemos ir a la librería más cercana y conseguir toda clase de libros escritos por personas de éxito; podemos también buscar biografías de personas exitosas y de esa forma aprender de sus vidas; podemos inclusive comprar audio libros al respecto - en caso que tengamos fobia de leer; podemos usar el Internet menos para chatear y mas para “cazar” información con respecto a personas de éxito y sus tácticas para alcanzar sus metas.
En otras palabras la información a nuestro alrededor es numerosa: solo tenemos que estirar la mano y tomarla.

3. Hemos recibido la información equivocada

Muchas veces podemos decir que ya hemos buscado información sobre como cambiar nuestra realidad actual pero o hemos empeorado las cosas o no ha cambiado nada.
Ello es así por dos simples razones: o recibimos información incorrecta o porque no supimos seguir instrucciones.
De cualquiera de las dos formas el resultado es el mismo: fracaso y frustración.

Si al solicitarlo lo que recibimos es el mapa equivocado hacia el éxito, entonces inevitablemente nunca lo alcanzaremos.
Lo que debemos hacer en dicho caso es examinar bajo la lupa de la lógica y del sentido común el camino sugerido y si las conclusiones finales y sus logros en otras personas tienen sentido, entonces sigamos el curso sugerido.

Lo importante es nunca rendirse, ya que el abandonar es el mas grande de los obstáculos para poder realizar los cambios que cambien nuestra situación actual.

4. Teníamos la información… pero la desechamos

En otras ocasiones somos conscientes de las cosas; tenemos el conocimiento; hemos visto los resultados en otras personas a nuestro alrededor… y sin embargo persistimos en nuestras actitudes.

Ello tiene mucho que ver con el punto número 1 de la presente, ya que el meollo del asunto se encuentra en nuestros sistemas de clasificación.

Sistema de Calificación (SC): Escala de valorización personal con la cual le asignamos un valor a cada elemento constitutivo de nuestra vida. Dicta cuales serán nuestros hábitos.

Por ejemplo: para un conservador su trabajo recibe dentro de su SC un 100 de importancia; mientras que para un emprendedor, dueño de su propio negocio, el trabajar para otro recibiría un 1 o inclusive un cero, de acuerdo a su filosofía.
Todo es relativo.

Nuestro SC nos dicta las cosas que tienen importancia en nuestras vidas y cuales no: a ver TV le damos una calificación de 100 mientras que a leer un libro para nuestro propio beneficio le asignamos 1; comer y beber le damos 100 de calificación; mientras que a hacer ejercicio le asignamos 0 o menos; asistir a un seminario donde aprenderemos como cambiar nuestra vida y alcanzar nuestros logros le damos una calificación de 1, mientras que a ir al cine le damos 100.

Si pudiéramos saber el SC de las personas exitosas – de ello hablamos en el punto 2 de la presente – nos daríamos cuenta de que son totalmente opuestos.
Lo inteligente es compararlos y comenzar a hacer las correcciones necesarias en el nuestro para de verdad empezar a ver como cambia nuestra vida.

Conclusiones

No hay peor enemigo nuestro que la persona que se refleja en el espejo.
Nosotros mismos somos los artífices de nuestro destino y somos los únicos culpables de nuestra realidad presente.
Es peligroso no ver esto y empezar a buscar culpables: que si el gobierno; que si la economía; que si la gasolina; que si mis padres; que si mi pareja; etc.

La realidad es que bajo cualquier circunstancia o realidad siguen surgiendo personas de éxito. ¿Son ellas mejores que nosotros? ¿Los días de esas personas tienen mas horas que las de los nuestros? ¿Son de una raza en específico? ¿Son nacionales o extranjeros?
No.

En realidad la única diferencia entre ellos y nosotros es que ellos si tuvieron – y buscaron - la información necesaria para alcanzar sus metas y la supieron aprovechar; y además no se sentaron a esperar a que las circunstancias fueran favorables para hacer lo que tenían que hacer, sino que analizaron su entorno de entonces y supieron encontrar las posibilidades de éxito que siempre estuvieron - y también ahora - allí.

¿No sería inteligente aprender de ellos?

Autor: Yohel Amat

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