viernes, 11 de septiembre de 2009

El poder de una canción

Poder disfrutar de los recuerdos de la vida es vivir dos veces. - Marco Valerio Marcial

En días pasados estaba manejando en mi carro, cuando mi Ipod – el cual tengo en modo “al azar” de manera que siempre me sorprenda – empezó a reproducir una canción llamada “Emotion” de una cantante llamada Samantha Sang, de origen australiano.
Tengo que confesar que dicha canción fue para mí como una suave brisa de verano en mi cara.

De súbito me encontré recordando el año 1978 – año en que salió ésta canción –.
Tendría como 13 años de edad, y me encontraba en plena pubertad.

Era feliz e inocente y por supuesto muy tonto, como la mayoría de los púberes a esa edad.
Recuerdo con mucho cariño como mi padre todas las mañanas salía caminando – a pesar de su edad – hacia un café famoso en aquella época – se llamaba “Don Dicky”, ya que actualmente no existe – para tomarse un café; conversar con sus “véteros” amigos; y arreglar el mundo.

A veces quisiera que existiera la máquina del tiempo para poder regresar a dicha época y vivir tantas cosas bonitas que ahora ya son sólo un recuerdo: las caminatas diarias de ida y de venida a mi colegio - el Félix Olivares Contreras – mientras íbamos conversando todos en pandilla; el sabroso pan de la panadería “La Castellana”; el delicioso helado del “Dairy Queen”, sitio donde nos refugiábamos después de clases.

Pero por encima de todo recuerdo la librería donde conseguía los libros que me gustaban - “La Escolar” – y la discoteca y librería Rubyl.

RCA_45rpm_player Allí fue donde un día de 1978 compré el disco “sencillo” o de 45 rpm de la canción que da origen a la presente columna.

Admito que la escuché hasta la saciedad, ya que fue muy popular.

Sin embargo soy consciente de que es muy fácil caer en la trampa de la melancolía y comenzar a pensar que “todo tiempo pasado fue mejor”.

Soy plenamente consciente de que lo pasado, pasado y que nunca volveré a vivir tan bonitos momentos como los de aquella época de inocencia y juventud.

No perdáis vuestro tiempo ni en llorar el pasado ni en llorar el porvenir. Vivid vuestras horas, vuestros minutos. Las alegrías son como flores que la lluvia mancha y el viento deshoja. - Edmond Gouncourt

Sin embargo al vivir en el pasado estamos desperdiciando el presente… y ello es un pecado.
Si sólo vivimos para el ayer y renegamos de nuestra realidad actual, sería como si estuviésemos llorando por el agua que se escurre entre nuestras manos… en lugar de buscar una vasija para almacenar la que sigue fluyendo.

El tiempo pasa y nunca regresa, por lo que debemos atesorar en nuestra memoria los buenos recuerdos; pero alistarnos para los que vendrán, ya que si no valoramos el tiempo que nos ha sido regalado hoy, estaremos sembrando las penurias y lágrimas del futuro.

¿El mejor tiempo de nuestra vida? El actual; el que estamos viviendo hoy, ya que nunca sabemos cuando nos será quitado del todo.

Por ahora, les dejo para seguir disfrutando de mi canción; y para seguir viajando en el tiempo y recordar cuando vi la primera película de la saga de “La Guerra de las Galaxias” en el Teatro Plaza.
¡Que época!

Autor: Yohel Amat

2 comentarios:

  1. muy interesante punto de vista......
    enjoyed today because tomorrow you never know!
    Love always
    Mariela

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  2. Gracias Mariela por haberte tomado la molestia de leer mi trabajo. Me honras mucho. Ojalá pueda seguirlo haciendo, ya que me agradan mucho los comentarios que ustedes dejan.

    Saludos y éxitos.

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