jueves, 13 de agosto de 2009

“A la oportunidad la pintan calva”

calva

El título del presente artículo significa que la oportunidad cuando se ha ido ya no hay forma de detenerla… ni halándola por los cabellos, ya que carece de ellos.

En muchas ocasiones en la vida se nos han presentado oportunidades que en su momento nos parecieron atractivas.
Sin embargo las dejamos pasar.

Según el diccionario:

OPORTUNIDAD: Momento propicio para algo.

Ello quiere decir que las oportunidades significan el momento adecuado para actuar; para proceder; para que las cosas se den.

Sin embargo, de ninguna manera todas las oportunidades son buenas…

Oportunidad no es sinónimo de conveniente

El hecho que se presente la oportunidad de hacer algo y que todo dependa de nuestra decisión no quiere decir que debamos actuar automáticamente.
Nosotros no somos galgos de carrera a la espera de un disparo para arrancar en desbocada carrera detrás de un conejo mecánico. Para eso tenemos el discernimiento y el libre albedrío.

Lo mas conveniente sería analizar muy bien la oportunidad presentada y usar el sentido común y nuestros paradigmas para determinar rápidamente – recuerde el título del presente artículo – si es conveniente para sus propósitos y metas; o si no lo es.

Una vez determinada su conveniencia… ¡A por ello!

Oportunidad sin planeación… ¡Desastre!

Si usted decide que la oportunidad es buena y que los frutos a cosechar son convenientes entonces deberá proceder a la acción, no sin antes preparar un plan de trabajo para la consecución del mismo.

Si usted se salta el paso que involucra la planificación, entonces inevitablemente estará limitando sus oportunidades de éxito.

Recuerde lo que dijo Kuang Chung: “Si planificas para un año, planta una semilla. Si para diez años, planta un árbol".

Oportunidad sin medir las consecuencias… ¡Estupidez!

Oportunidad

El hombre se encuentra en un almacén de electrónica. Desea un Ipod con todas sus ansias.
El vendedor le está mostrando varios modelos y todos están sobre el mostrador.
En eso le llaman para avisarle que tiene una llamada de casa, avisándole sobre una emergencia.
El vendedor desesperado corre hacia el teléfono, ya que espera lo peor… y de paso deja al cliente solo con la mercancía.

¿Que mejor oportunidad para tener un Ipod sin pagar por él?

Plan de Acción

El cliente aprovecha la oportunidad y toma el modelo que más le gusta y se lo pondrá rápidamente dentro de la camisa.
Hay gente por todos lados; más personas siguen entrando y saliendo en tropel; es Navidad y cada quién anda desesperado por comprar.

“Nadie se dará cuenta” – piensa el cliente.

Además el código de seguridad se encuentra pegado a la caja del Ipod y no al aparato “per se”. O sea que a la salida el detector no sonará.
Se trata de un plan perfecto.

No medir las consecuencias de tus actos… No tiene precio.

Con lo que no contaba nuestro malandrín era conque el local tenía circuito cerrado de vigilancia y por medio de él estaban grabando todo lo que sucedía en el almacén… entre otras cosas a nuestro oportunista.

De más está decirles que tuvo que sufrir el escarnio público de que le detuvieran y que posteriormente tuvo que ir a la cárcel por robo.

Si hubiera meditado un poco con respecto a las consecuencias que acarrearían tomar la oportunidad que se le presentó se habría ahorrado muchos sinsabores.

Si esperas a que la oportunidad toque a tu puerta… espera sentado, por favor.

Soy gran creyente en la suerte, y he descubierto que mientras más duro trabajo, más suerte tengo. - Stephen Leacock

Muchas personas creen en la buena suerte – yo entre ellas – sin embargo hay otras que van mas allá: depositan todas sus esperanzas en ella.

Se ha definido la suerte como la conjunción entre la oportunidad y la preparación.
En otras palabras, las circunstancias muchas veces se pueden tornar en buena suerte siempre y cuando haya premeditación por parte nuestra.

Por consecuencia, hay que preparar la buena suerte; no esperar por ella o confiar que - cual diosa caprichosa de la fortuna - un día se fije en nosotros y nos señale con su pródigo dedo.

Hay que salir a la calle todos los días y buscar las oportunidades. Allí están. Sólo tenemos que fijarnos en ellas y prepararnos para ser dignos del encuentro.

Si no tenemos el valor suficiente; la preparación; o simplemente la habilidad de encontrar -entre todo ese diario mar de problemas; eterna crisis; y desventuras – las oportunidades; entonces no somos dignos de aprovecharnos de ellas.

Y el que pega primero… pega dos veces.

Las oportunidades no se pierden, siempre hay alguien que aprovecha lo que uno deja pasar – Anónimo

Autor: Yohel Amat

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