viernes, 7 de agosto de 2009

¿Nuestro Demonio Personal?

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La desesperación es la anarquía de la esperanza. - Brooks Von Wich

En muchas ocasiones en mi vida – y creo que ustedes compartirán conmigo este sentimiento – me he sentido tan desesperado y angustiado por las circunstancias, que realmente no sabía en ese momento que hacer.

A mi alrededor veía como todo lo construido se derrumbaba; como los planes se malograban; como las caretas caían y podía ver los reales y espantosos rostros de muchas de las personas a mi alrededor.

Fue en uno de esos momentos donde inventé el término “Mi demonio personal”.
Con ello quería significar ese ser mítico que en esas ocasiones de mi vida aparentemente solo tenía un objetivo: hacerme la vida difícil y destruir todas mis oportunidades.

Pareciera que realmente ese ser existiera, ya que todos los intentos que hacía por seguir adelante salían mal… y lo peor que no siempre por mi negligencia o desidia, sino por la de otras personas.
Es en esas ocasiones cuando duele más y cuando el fracaso sabe mas amargo.

Sin embargo con el tiempo me dado cuenta de dos cosas:

  • Los problemas, adversidades y obstáculos en nuestra vida… ¡son divinos porque nos ayudan a reaccionar!
  • Sobre las cosas y personas sobre las que no tenemos control… nada podemos hacer.

Las Adversidades son Divinas

En las adversidades sale a la luz la virtud. - Aristófanes

Realmente sobre este punto se a hablado mucho y es tema que se presta a polémica.
Pero en realidad somos del convencimiento de que las adversidades se dan por dos motivos: para hacernos mejores personas y para que nosotros mismos sepamos de que estamos hechos

Sobre la utopía de vivir en un mundo sin problemas ya he escrito un artículo al respecto (“¿Puede existir un mundo sin problemas?” - http://yohelyav.blogspot.com/2009/07/puede-existir-un-mundo-sin-problemas.html), sin embargo quisiera resaltar lo dicho: los problemas llegaron para quedarse.

Sin embargo es en las adversidades que realmente sabemos quienes son nuestros amigos; es en las contrariedades cuando nuestra creatividad se dispara para encontrar una salida; es ante los problemas que realmente conocemos nuestro potencial y nuestras capacidades; es ante la calamidad que reaccionamos; es ante el desastre que nos conectamos mas con Dios.

Es en esas ocasiones donde podemos hacer uso de ese toque divino que todos tenemos y que nos ayuda a encontrar la forma de seguir adelante y de volverlo a intentar… una vez mas.

A pesar de lo que se piense, no podemos creer que exista un Dios que dentro de sus múltiples actividades tenga el tiempo de dedicarse a nosotros y de enviarnos cuanta calamidad exista por causa de nuestros pecados… de ser así hace mucho tiempo se hubiera extinguido la humanidad.

¿Tienes el control sobre la situación? ¿No? Entonces ¡Olvídalo!

Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir. - Jacinto Benavente

En muchas ocasiones en mi vida – sin descartar las veces que la causa del fracaso haya sido yo – he tenido que ver con ira contenida como un negocio o proyecto levantado entre varios se derrumba, producto de la desidia de los compañeros de aventura.

En esos momentos es frustrante ver como hace agua el proyecto y como poco a poco se va hundiendo en las oscuras e insondables aguas del fracaso… sin uno poder hacer nada.

Ante situaciones así - y sin tener ninguna posibilidad de influir en los demás para que salven el barco - solo nos queda resignarnos y comprender que la culpa no es nuestra; que hicimos todo lo posible; dejar de luchar ante lo inevitable… y seguir adelante.

Hay que comprender que todos dependemos de todos y que difícilmente podremos encontrar una actividad donde no necesitemos de alguien mas para llevarlo avante.
Lo que debemos aprender de la experiencia es a escoger mejor a nuestros compañeros de fortuna en el futuro de manera que podamos tener mas control de la situación al contar con personas que compartan nuestros paradigmas y filosofía de vida.

El Amigo que nunca falla

Realmente en momentos difíciles y angustiosos, lo que realmente tenemos sobre nosotros no es un “demonio personal”, sino un Dios que vela por nosotros y que espera que demos lo mejor… ya que nos equipó desde nuestro nacimiento para ello.

Lo que estamos experimentando en momentos de calamidad son “dolores de crecimiento” causados por una experiencia traumática y dolorosa… pero de la cual surgiremos fortalecidos; más maduros y lo mas importante: mas sabios.

La experiencia es lo más valioso que podemos ganar de toda circunstancia adversa en la vida y en nuestro concepto es el objetivo primario de las circunstancias de fracaso y angustia.
¿De que otra forma podríamos aprender?

A pesar de que en muchas otras ocasiones en mi vida he caído en el concepto de que ese “Mefistófeles personal” existe y que además hace demasiado bien su trabajo; siempre trato de recordar que aunque muchas veces me he preguntado “¿Por que a mi, Señor?”, siempre la respuesta es la misma: porque necesito reaccionar y necesito crecer.

Sobre lo que no está bajo nuestro control… al olvido.
Sobre lo que si está bajo nuestra influencia; o sobre lo que es responsabilidad directa de nuestra parte… análisis; estudio; crecimiento; y acción para corregir y seguir adelante.

Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas. - Miguel de Cervantes Saavedra

Autor: Yohel Amat

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